Tres meses después.
La vida y el destino son, esporádicamente, caprichosos.
Un hijo representa un sinfín de cosas en la vida de una persona. Sin embargo, muchas de esas mismas cosas no abarcan el amor incondicional que un hijo debiese de recibir de sus padres. En el caso de Nick, sucedió lo opuesto.
Conforme pasó el tiempo, se dio cuenta de la razón de aquellas palabras profetizadas por la persona que amó y sigue amando, Liam: «Un hijo es lo más importante que cualquier cosa en el mundo».
A pesar del dolor interno, no permitió que su corazón hecho trizas fuese un impedimento para amar a Junior, en lo absoluto. Sin embargo, contra todos los intentos por encontrar un equilibrio con Ámber, no pudo. La fémina seguía empecinada con recuperarlo, con formar una familia, aunque en algún punto pudo obtener algo de sosiego ante la insis
Han pasado seis meses desde que Liam y Nick se separaron. Pese a la distancia, el amor sigue intacto, latente… vivo.Liam decidió alejarse, poniendo un océano de por medio con tal de que Nick pudiese dedicarse pura y exclusivamente a su hijo. Pero por más que hubo pasado el tiempo, por más lejos que estuviesen, sus corazones siguen latiendo el uno por el otro.Alex y León viven juntos.Liam, ahora, tiene su propio departamento (en la zona céntrica de Madrid).Kael y Nathael están comprometidos; diariamente visitan a Nick.Todos siguen sus vidas, todos tienen sus propias metas y objetivos.Todos siguen siendo muy buenos amigos.Hallaron un equilibrio; aún así, no todo será perfecto.El destino es caprichoso y cuando dos personas se aman verdaderamente, todo puede ocurrir, incluso volver a estar juntas. Sin embargo, existe un secreto. Uno que podrí
Un mes. Treinta días desde que Liam se hubo marchado a España y en los cuales Nick se sumergió en un mundo dónde el alcohol, las lágrimas, el dolor y la soledad, se convirtieron en sus fieles acompañantes. No hallaba nada que menguase la agonía ni siquiera las visitas de Kael quién, con pesar, trataba en lo posible de ayudar a Nick y cada uno de esos intentos fueron en vano.Y el tiempo no se detendría, por más que suplicase, por más rogase, por más que hubiese llamado a gritos, Liam no volvió.Diariamente se repetía a sí mismo mejorar porque —si bien las cosas no resultaron ser como lo hubiese deseado— ahora tenía otras obligaciones y responsabilidades: Junior, su hijo.Con el transcurso de las semanas —y la ayuda incondicional de sus amigos y de su padre—, Nick Müller recapacitó y prometió reponerse. S
Seis largos meses y todo pareciese que pasó ayer. No lo fue. El haber dando un paso al costado no significaba dejar de amar, no significaba olvidar. Pese a los sentimientos, las emociones, los recuerdos, la vida continuaba.Nunca estuvo tan seguro de algo cuando hubo tomado la determinación de quedarse al margen, alejarse. Para las personas ajenas a la situación, lo catalogaron de egoísta. No lo era, realmente no. Las cosas son como son y ya.Ingresó al Blue Heart, devolvió saludos y sonrisas mientras se dirigía hacia su oficina (misma que se encontraba en la segunda planta). Su mirada recorrió el salón VIP, notándolo tranquilo. Pese a ello, sabía que todo el panorama sosegado mutaría mas tarde.~*~Observaba —desde el ventanal de su despacho— a la multitud de personas que se aglomeraron en las distintas mesas, otras en la barra y otras simplemente esparc
Asumir que todas sus creencias y pensamientos pudiesen modificar al punto de provocarle un caos interno, era tan descabellado como surrealista. No comprender el por qué de muchas cuestiones, la razón de muchos dilemas hasta que con el pasar del tiempo todo encaja como un maldito rompecabezas. Terminó por aceptarse por quién era, por quien es. Fue difícil —al principio— aceptar que sus sentimientos despertasen tan férreos por y hacia una persona del mismo sexo.Hubo sido un enredo de emociones y sensaciones que lo arrastraron al punto de desesperarse por tratar de entender el por qué se enamoró de un chico.Liam fue el causante de todo. Y estaba bien. Ahora que lo reflexionaba con nitidez, se daba cuenta de muchos detalles que en su momento no tuvieron relevancia, no hasta que rememoraba cada fragmento del tiempo que pasó con Liam.Cada una de las salidas, los encuentros, las noches de bar
*Liam*Había algo que no encajaba en el ambiente, algo denso y quizá hasta molesto. Varias veces sintió una tensa mirada sobre su persona como si lo estuviese analizando o buscando algo malo en él. Durante todo este tiempo (años de amistad) aprendió a identificar cada una de las miradas, gestos y sonrisas de su mejor amigo. Se preparó mentalmente para el posible vómito verbal de preguntas que Alex dispararía en cualquier instante.Aun así, restó relevancia y continuó con el trabajo. Hace poco más de una semana implementaron un nuevo menú de comidas. Por lo tanto, el bar —durante el día— funcionaba muy bien. Pronto los mismos clientes, que eran habitúes por las noches, corrieron la voz y el Blue Heart inauguró el restaurante. Una buena decisión que Lex y él habían realizado. Pese a ello, el trabajo aumentó, demand
*Nick*Aún no lograba asimilar la realidad. La mirada perdida en algún punto invisible como si su mente se hubiese desconectado de todo a su alrededor. Una fusión de emociones revoloteaba dentro de su estómago y no, no eran las jodidas mariposas, en lo absoluto.La semana fue caótica, por decirlo de manera muy sutil. La situación con Ámber iba de mal en peor. La fémina se hubo empecinado en hacerle la vida casi imposible, aunque debiese de reconocer que por lo menos pudo estar con Junior días anteriores (por un par de horas). Logró estar con su hijo gracias a la intervención de su padre; si no hubiese sido por Frederick, él no hubiese podido ni hablar con su hijo.Le pudo explicar a Junior que saldría de viaje por unos cuantos días, quizás un par de semanas
*Nick*Dos días. Dos jodidos días y aún no sabía nada de Liam o, bueno, casi nada. Alex aconsejó que debía de tener paciencia y aguardar. Sí, hasta ahí entendía, pero la paciencia se agotaba. Pese a ello, prometió y juró a Alex esperar.Lex le hubo comentado que con los demás chicos estaban organizando una fiesta sorpresa por el cumpleaños de Liam y él sería el regalo. Le agradó la idea en demasía, lo desagradable era la espera, aunque la fiesta se llevaría a cabo esta noche, por ende, los nervios lo carcomía lentamente.Viendo el lado positivo, los dos días que llevaba en Madrid, pudo salir a recorrer la ciudad. Controló el impulso de ir y conocer el Blue Heart (por obvias razones) y se conformó con ver los cortos vídeos que León grabó con el teléfono. Quedó fascinado con la
*Liam*Paseó la mirada entre Alex y León, para luego fijarla en el atuendo tendido sobre la cama. Sí, los chicos habían llegado a su departamento, invadiendo su privacidad sin que pudiese hacer… nada. Y era ilógico cuando hace menos de un par de horas habían estado juntos en el Blue Heart.Exhalando un extenso suspiro, comenzó a caminar de un lado al otro.—Esto es ridículo —musitó, más para sí. Detuvo los pasos, la mirada cayó, de nuevo, sobre sus dos amigos—. No tiene sentido, los descubri. Sé lo que estuvieron planificando, ¡fue obvio desde el principio!—Aja, como digas y si ya terminaste con tu maniática danza, es mejor que te apresures —espetó Alex, cruzándose de brazos—. Además, todo lo que hemos hecho vale la pena, bueno, espero que así sea.—¿Organizaron