Después de tener ese encuentro penoso, me levanto y salgo del instituto para seguir mi camino rumbo a casa. Olvidar todo aquello y alejarme de aquel muchacho, se habían convertido en mis prioridades.
Llevo unos años aquí y ya tengo problemas con este chico, pero eso no me detendrá a seguir adelante. Voy caminando de regreso a mi casa, cuando veo a un joven teniendo una discusión con una chica que al parecer es su novia. Me entretuve más de la cuenta viendo esa peculiar discusión, de la cual salió ganando la chica.
Aquella escena me hizo sonreír levemente, y me recordó a Jeremy, las tantas discusiones, celos y los malos entendidos que tuvimos. La verdad no es envidiable pasar por eso, ya que son momentos normales para cualquier tipo de relación pese a lo frustrante que podía ser.
Pensando en todo esto del amor, odio, o desamor, me doy cuenta que ya estaba en frente de la puerta de mi casa. Abro la puerta y entro, me dirijo a mi habitación y me acuesto en la cama boca arriba mirando el techo y pensando en lo que pasó hoy, fue tan extraño.
Me siento en la cama estirando mi mochila y me dispongo a hacer las tareas, para luego cocinar y ver la televisión. Me concentré demasiado tratando de ordenar mi carpeta de estudio, hasta que en una pausa me fijo en mi móvil.
— ¡Por las Barbas de Merlín! — Exclamo sorprendida
— Han pasado las horas sin darme cuenta.
Me levanto y voy directo a la cocina para ver que hago para la cena, pero, para mi sorpresa no tengo casi nada en mi despensa.
Me pongo mi campera, la gorra, y mis guantes para ir al mini supermercado. Cuando entro en ella, tomó un carro y voy cargando lo que necesito, y de paso chismear en los estantes, cuando por mi descuido choco el carro por otro carro.— ¡Perdón, no me fije por donde iba! — Observo a la persona en frente y veo a Jessica.
—Oye ¿Cómo que andas muy distraída? — Me dice con expresión preocupada.
—Sí, disculpa, te ayudo a juntarlo — Me dispongo a tomar los enlatados de cerezos que eché.
—Vamos, no te preocupes, sólo dime que está pasando.
—De verdad, Jessica, no es nada — Respondo con firmeza.
— ¡Está bien! ¡Está bien! Entendí el mensaje — Me dice con sonrisa.
—Nos vemos — Le respondo y sigo con mi camino.
Paso por la caja y pago lo que me alcanza, para luego retirarme a mi casa. La verdad llegó cansada, esto de ir al supermercado no es lo mío, organizo la alacena y me dispongo a preparar mi cena.
Mientras me aseguró que se cocinen las verduras, escucho mi móvil nuevamente, la tomó y contestó sin antes revisar el identificador de llamadas.
—Hola ¿Quién es? — Y para mí desgracia es Jeremy.
—No cuelgues, al menos oye lo que tengo que decir —lo escucho decir al otro lado del teléfono.
— ¿Por qué? ¿Qué cambiaría eso? — Respondo con amargura.
—Sé que hemos terminado, pero debemos hablar. Te has ido y sin decirme nada, ¿Acaso me has dejado de amar? —me reclama, desbordando confianza en su voz.
— ¡Sí, te he dejado de amar! —Contesto con molestia
— Por favor no vengas y no me llames más, al menos deja que mis heridas sanen.
Después de eso corto la llamada, tomo un vaso y me sirvo un poco de agua para calmar la resequedad repentina de mi garganta. No entendía esa insistencia de Jeremy con regresar y continuar con esto, pero no puedo negar que aún lo amo no tanto como antes, aunque no debería hacerlo.
Ciudad de florida Dos años atrás....
Me estoy retocando, feliz, totalmente feliz ya que saldré a cenar con Jeremy. Hoy era el día más feliz de mi existencia ya que mañana me casaría con él, sin perder tiempo pido un taxi para ir a su departamento.
Luego de minutos esperando, por fin llega el taxi.
—Buenas noches —le digo de forma cordial al conductor.
— ¡Buenas noches señorita! ¿Dónde la llevó? — Me contesta.
—Llévame a Kosten y av. Crun 235. — Le digo en tono de firmeza.
—Muy bien señorita.
Después de unos minutos llegamos, buscó en mi billetera el dinero para luego despedirme. Camino hacia el edificio donde vive Jeremy, entro y subo en las escaleras hasta el tercer piso.
Al fin llegó al tercer piso, aunque un poco cansada, camino hasta la puerta 3456. Me detengo en frente pensando en tocar el timbre, pero luego de pensar unos segundos decidí entrar, ya que tengo una copia de la llave de su apartamento.
Introduzco la llave y giro con cuidado la perilla de la puerta, la abro y me adentro con mucho cuidado al interior de ella. Voy caminado cuidadosamente queriendo darle una sorpresa, cuando veo ropa de él tirado en el suelo. Tomó la camisa y la corbata sabiendo que a veces era un poco desordenado, pero para mi sorpresa veo unos tacones de mujer. Tengo los ojos llenos de lágrimas, y de tan sólo imaginarme lo que estoy pensando siento el dolor más grande que puedo experimentar.
Dejo las prendas en el sofá, y voy caminando hasta el dormitorio, veo que la puerta está entreabierta. Sin pensarlo dos veces, abro la puerta para llevarme la decepción más grande que una mujer puede experimentar.
—¡Je-Je-Jeremy!
—Deyanira, no es lo que piensas.
Sin decir más nada, salgo lo más rápido que pueda de allí, sólo quería ir lejos donde no lo vea más. Corría y corría, como si no pudiera detenerme, sentía que se me rompía en mil pedazos mi corazón. Luego de horas llego a mi casa, cierro las ventanas y la puerta con cerrojo, y me voy a mi dormitorio donde saco el vestido de novia que con tanto esmero y ansiedad me había comprado. Tomo una tijera y empiezo a cortar, destrozarlo incansablemente dejando salir mucha ira de mi interior.
Cuando lloraba, miré hacia el espejo de la habitación, y vi un cuadro con una firma de mi padre. «Ciudad de Tolhuin» Sin pensar ni dudar tres veces, al día siguiente compré boletos para ir a esta Ciudad, alejándome de todo y todas, tratar de empezar una nueva vida con nuevas personas a mi alrededor.
Son las diez de la mañana y faltaban 15 minutos para abordar el vuelo, tengo lo necesario y voy camino a la planta de arriba para subir al avión. El guardia verifica mis papeles, y al ver que estaban correctos me deja continuar. Cuando voy caminando escucho una voz muy familiar, me quedo parada y sin mirar atrás escucho
— ¡Deyanira no te vayas, déjame explicarte! — Con lágrimas en mis ojos y sin mirar atrás, me decido a continuar con mi camino.
Iam...Después de lo sucedido con la chica en el pasillo, camino lo más rápido posible para alejarme de ella. Siento que no me controlo, nunca pensé que en todos mis años lobunos me encontraría con esta sorpresa. Su aroma, su cara tan bella, no sé cómo pude resistir tenerla tan cerca. A pesar de vivir con mi familia en las afueras del pueblo, no me agrada la idea de asistir a la universidad. Quizás sea unas de las personas más jóvenes que se ha hecho cargo de la manada Black Word, a mis 200 años de vida lobuna, es una responsabilidad bastante grande.Pensaba que mi compañera sería para toda la vida, como también creí que mi mate sería una loba, vampiro o porque no, una bruja. Jamás pensé que sería una humana, tengo tantas emociones por dentro que me rehusó aceptarlo. Existen motivos de sobra para odiar con t
DeyaniraPor fin termino de hacer la cena, y cuando dejo de pensar en Jeremy y todo lo que hemos pasado, me dispongo a servirla. Sin embargo, escucho sonar el móvil nuevamente, pero para mi sorpresa era Jessica.— ¡Hola, Jessica! — Respondo con sorpresa.—Deyanira te llamaba para preguntarte ¿Quieres cenar conmigo y mi familia? — Me quedo helada ante su invitación.— ¡OH! Si creo que sería genial — Le respondo un tanto inseguro.—Bien, es para ahora la cena — Me dice con firmeza.—Mmm… si me vestiré e iré enseguida — Respondo.Luego de cortar la llamada, me voy a mi dormitorio para cambiarme. No tenía tantas opciones con respecto a la ropa, ya que aquí es de temperaturas bajas, por ello no puedes de ir vestida de gala. Así que voy y tomó algo sencillo, un Jean de color negro, con un
Iam...Veo que mi luna sale corriendo, salgo tras ella debo detenerla, pero vaya sorpresa me llevo al encontrarla. Tenía encima a Ethan, y en ese momento sentí que mi sangre hervía, pero me tuve que comportar porqué estaba antes muchos humanos.¡No sé cómo! Debe ser por la rabia que contenía que de un solo tirón lo quité de arriba de ella y la miré fijamente, después dirigí mi atención a Ethan.— ¡Te dije que te alejaras de ella! — Le reclamé con furia, mientras mi luna aprovechó ese momento para salir corriendo.« ¡La volví a perder de vista! ¡Maldición!»Me quejé.— ¡Vamos hermanito! Sé que a ti no te gustan las humanas, está oportunidad no la desaprovecharé — Me dice en tono de engreído.Al e
Deyanira.Estoy tan confundida y desorientada, perdida en mis pensamientos cuando escuchó sonar mi celular. Me despabilo y veo que es Jeremy, decido responderle.— ¡Hola mi amor, no he dejado de pensar en ti en toda la semana, te llamo para avisarte que en unos días estaré allí! — Esto me coge de sorpresa, no lo esperaba.— ¡Esta bien! — Siento como la línea es cortada inmediatamente.«Pero que idiota soy, dime tonta ¿Has olvidado del engaño que te hizo un día antes de intentar casarte con él?»Me reñí.Me recuesto, pero no logro pegar un ojo. Luego de un tiempo y mil vueltas en la cama, me quede dormida. Mañana iré a pasear algún lugar, con suerte encontraré un trabajo por aquí. Me levanto a la media noche porque estaba helando, sentí un frío inf
Iam.Después de lo sucedido en el salón me decido a seguirla y la veo que entra al sanitario, estaba tan molesto que no me importó si era sanitario de hombres o de damas, sólo quería darle una lección por atreverse a desafiarme. Entro y la veo en frente del espejo, la sostengo del brazo y le hago salir un gemido de dolor. La miro en los ojos y le advierto, sé que estaba tan asustada que me gusto ver esa mirada de miedo en sus ojos. Luego de esa advertencia me salgo afuera y pienso« ¿Por qué me duele ver sus lágrimas?».Sin embargo, a la vez me gusta verla sumisa, sentirla tan asustada que me llena de tanta seguridad que no controle mi irá y golpeo la pared dejándole un hueco. Me recuesto ahí esperando que salga del baño, para mi asombro veo venir a mi hermana.— ¿Qué haces aquí? —pregunto asombrado.
Deyanira.No descansé bien después de lo sucedido ayer, por lo que preferí avisar al instituto que no iría. Me voy a quedar en la casa y tratar de calmar mis nervios, busco mi cámara en la habitación y reviso si está preparada, me dispongo a dar un pequeño paseo y ver si hay alguna librería por aquí para comprar un libro de verdad, necesito despejarme. Después de todo tengo algo de suerte, no muy lejos diviso un lugar con estantes inmensos llenos de libros. Al entrar suena una pequeña campanita y una anciana sonriente, aunque de aspecto un poco raro, me recibe.— ¡Buenos días joven! ¿Qué deseas? — Me pregunta.—Necesito un mapa de esta ciudad, ¿Tendrá alguno disponible? —Pregunto con toda confianza.— ¡Claro que sí! — Me da la espalda acercándose a un estante d
Deyanira.Al pasar la mañana, decido ir de vuelta al lago tan hermoso que encontré. Preparo mi cámara y veo que el clima está un poco despejado, así que voy rumbo al lugar.He llegado al lago un poco agitada y cansada, por lo que me siento en un tronco mientras veo pasar con mucha fuerza el agua. No dejo de admirar dicha belleza, pero luego me viene a la mente la imagen de aquel chico y se me estremece todo el cuerpo.«Ni modo»me digo«mañana volveré a mis actividades al instituto y si es preciso, pediré el cambio de materia, pero no dejare que me intimide un chico que ni siquiera conozco».Al pasar la hermosa tarde, me pongo a explorar el lugar a mis anchas. Noto un enorme tronco que hace como un puente, pero al ver que el tronco tenía escarcha supe que estaría resbaladizo, así que dudo en si cruzar o no. Vuelvo al tron
Iam.— ¿Hueles lo mismo que yo? — Me dice Jacob.—Claro que sí y no me gusta esto. ¿Verificaste su casa?—No Alfa, bueno vayamos para allá.Él me sigue hasta que llegamos a su casa, entro por la ventana y al instante huelo el mismo aroma del vampiro que estaba aquí, ¿Pero qué rayos sucede?Me pregunto, por lo que decido llamarla al celular y escucho su celular que proviene de la cocina, de la rabia solo puedo gritar.— ¡No puede ser!A lo lejos, veo colgar en la puerta la chalina de ella, lo olfateo y me dispongo a rastrillar la zona. Le digo a mi beta que organice algunos hombres y la encuentren, que levanten hasta las piedras si es necesario, pero que la encuentren.—Ya pasaron varias horas y nada que la encontramos — Dice Jacob.La rabia me consume, por lo que empezaba a desesperar por lo que busco a mi hermana para preguntarle si la