En la mañana del 5 diciembre me encontraba recostada en mi cama pensando en mi decisión de irme a trabajar lejos de mí ciudad natal, aunque aquí en la ciudad de México encontraría un buen trabajo de mi carrera he decidido irme a Mallorca, mi familia ha aceptado con buenos ojos mi decisión y estoy feliz con el hecho de que me apoyan, pero es sumamente difícil dejar todo atrás. Pero lo que más duele es dejar a Jacobo, ese gran amor de infancia y adolescencia, a pesar de que solo somos amigos, yo siempre lo ame, fue mi confidente de toda mi juventud, platicábamos de todo, aunque algunas ocasiones nos confundían como pareja solo es mi amigo. Él tiene pareja, Melody una hermosa compañera de colegio, por la cual siempre estuvo enamorada y por lo cual nunca pude decirle lo que yo sentía por él, aunque en estos momentos ya es tarde para decirle, yo creo que si lo guardo me odiare, a lo mejor por la tarde que nos veamos para nuestra despedida le diré que lo quiero y siempre lo tendré en mi cor
Mi vuelo sale el día de mañana, me encuentro ansiosa ya estoy lista para irme, mi mama me hará una comida familiar, solo mi hermano Mauro, mi abuelita Sofía y ella.He terminado de meter todas mis cosas en las maletas, mi vuelo sale a las 5 de la mañana, en ese tiempo estuve revisando algunas fotografías de mis vivencias con amigos y Jacobo, tuve un poco de nostalgia al recordar todo por lo cual tome todas las fotografías y las volví a meter en su cajita y la coloque en un baúl donde guarde todo lo que conservare.Mi mamá y mi hermano salieron de la casa para ir por mi abuela, que tenía ya un tiempo que no la veía y con esto del viaje quizás tardaría más tiempo en verla. Me quede sola en casa.Bajé a la cocina y mientras tomaba una manzana sonó el timbre, fui a ver quién era y para mi sorpresa era Jacobo, mi corazón comenzó latir más rápido y con mayor fuerza, abrí la puerta con calma, nos vimos durante unos segundos antes de pronunciar palabra.– ¿Cómo estás? –Dijo con voz rápida y s
Capítulo 3 Te conocí verdaderamente en el vuelo.Siento sus manos recorrer mi cuerpo, es algo súbito, me encanta, permito que me besé apasionadamente, sus manos acarician mis muslos y mis manos entrelazadas se encuentran alrededor de su cuello acariciando su cabello, quiero que me tome, que me haga suya. Sus besos recorren mi cuerpo y siento su calidez en cada una de sus caricias, Me siento estallar.Tiene su cuerpo sobre el mío. Me ha comenzado a desabrochar la blusa dejando expuestos mis pechos desnudos, sus dedos firmes pasan de mi cuello a mis pechos y se deslizan con suavidad hasta mi ombligo, estoy en un borde de placer. Le quito su playera y puedo sentir su cuerpo desnudo sobre mi piel, mi cuerpo lo abraza, su respirar es agitado, poco a poco mis manos tocan su espalda, lo sujeto con fuerza acerco mis manos hacia su pantalón, comienzo a desabrochar poco a poco, bajo la cremallera con cuidado, Jacobo está completamente excitado.Encienden las luces del avión y me despierto abrup
Al poco tiempo de iniciar la carrera, Jacobo y yo platicábamos de cuáles eran nuestros sueños y metas, recuerdo que me contaba que quería salir de la ciudad y poder vivir en algún lugar tranquilo, la ciudad solía absorber sus sueños, decía que construiría dos casas una a lado de otra de dos pisos cada una, fachadas muy rústicas, con puertas y ventanas de madera, tendrían chimeneas porque nos iríamos a un lugar frío, tendríamos también un amplio jardín para que nuestros hijos jugaran juntos, una de las casas sería para él y otra para mí.El inicio del curso en la universidad pasaba sin mayor problema, cada quien se enfocaba en su carrera, pero el tiempo para vernos era difícil y convivir todos los días era todo un reto, cuando salía de clases me dirigía a su edificio que me quedaba un poco lejos, solía esperarlo por dos o más horas, aprovechaba el tiempo haciendo tareas o viendo alguna película, absorbía toda mi energía.No puedo negar que adoraba estar día tras día con él, habíamos el
Estoy preparando la ropa que usaré el día de mañana, un vestido color guinda con unas medias negras y unas bellas zapatillas negras altas, muy elegantes, acompañada además de un abrigo negro largo. Estoy sumamente emocionada, estoy segura de que aprenderé mucho al estar ahí, quiero hacer amigos y además por la tarde tengo una cita con Gabriel y en cierto modo, me emociona volverlo a ver. Hemos platicado bastante por llamadas y mensajes, me cuenta su día y yo le he contado como me siento aquí, me resulta un poco extraño porque lo normal es que nadie preguntara por mí o de como me siento, y Gabriel lo hace y en cierto modo me causa mucha Ilusión.Me he despertado temprano, son las 5:00 de la mañana, me he dado una ducha con agua caliente y comencé a vestirme tranquilamente porque tengo tiempo. He terminado de vestirme y no he decidido como peinarme, al final he optado por recogerme el cabello en una coleta y he rizado un poco mi cabello para que tenga una linda caída, tierna, pero el
Las citas que he vivido no han sido, ni de lejos, memorables. Más bien, podría decir que muchas de ellas rozan la categoría de desastres. Una en particular, durante mis años de universidad, se grabó en mi memoria como un episodio tan incómodo como frustrante.Era un chico guapo, con un aire de timidez que a primera vista parecía encantador. Acepté su invitación y quedamos de vernos en una pequeña cafetería en el corazón del bullicioso centro de la Ciudad de México. Sin embargo, el encanto comenzó a desmoronarse antes de que siquiera llegara: apareció tarde, sin prisa alguna, como si el tiempo no tuviera importancia.Ya en la cafetería, su falta de conversación llenó los minutos con un incómodo silencio que ni siquiera el aroma del café pudo disipar. Pero eso no fue lo peor. Al momento de pagar, descubrí que no llevaba dinero consigo. Sorprendida, terminé cubriendo la cuenta, algo que podría haber pasado como un simple detalle si no hubiera tenido que costear también el taxi que lo lle
Gabriel es, sin lugar a dudas, el hombre más guapo que he conocido creo que más que Jacobo. Incluso ahora, después de lo que acabamos de vivir, me cuesta asimilarlo. Mi mente está llena de preguntas, y el simple pensamiento de lo que nos espera mañana me hace sentir una mezcla de emoción y nerviosismo.—¿Estás bien, Aurora? Te veo algo dispersa —dijo Gabriel, con una mirada que reflejaba tanto duda como preocupación.Su voz me sacó de mi ensimismamiento, pero al regresar al presente, un cúmulo de emociones me invadió. Mi pecho parecía demasiado pequeño para contener todo lo que sentía en ese momento.—Estoy bien, Gabriel... pero tengo muchas preguntas —respondí, tratando de sonar firme, aunque mi tono estaba cargado de incertidumbre.Un breve silencio se instaló entre nosotros, cargado de una tensión que no era incómoda, sino más bien expectante. Fue Gabriel quien finalmente lo rompió, con una confesión que parecía haber estado guardando por un largo tiempo.—Aurora, vengo de una fami
Gabriel me dejó frente a mi departamento, el rugido suave del motor del auto apagándose marcando el final de nuestra velada. Bajamos juntos, y aunque la noche era fría, el calor de su presencia hacía que el aire pareciera más tibio. Con un gesto tímido y una mirada intensa, se acercó lo suficiente para darme un beso en la mejilla, Me sonroje pero no me negue aceptar su beso. Sentí un temblor recorrerme, aunque no sabía si era el frío o el vértigo de lo que parecía gestarse entre nosotros. ¿Cómo era posible que en tan poco tiempo él lograra despertar en mí algo que iba mucho más allá de la amistad?Antes de que el nerviosismo pudiera atraparme, solté las palabras casi atropelladas:—¿Te gustaría pasar a tomar un café? Creo que aún podemos seguir conversando un poco más.Hubo un destello de duda en sus ojos, pero rápidamente fue reemplazado por una sonrisa que desarmó cualquier posible arrepentimiento.—Claro, me encantaría —respondió con una mezcla de nervios y entusiasmo.Subimos por