Brendan se retiró del salón unas horas después, luego de despedirse de algunos importantes invitados. A pesar de que la noche había empezado excelente, se había empañado al escuchar el reporte de Nolan. Su humor estaba arruinado y se notaba en su aura, lo cual muchos habían notado y trataron de no añadir a su enojo. Tampoco ayudaba que fuera Luna Llena, ya que esto aumentaba la irritabilidad de los Alfas. "¿A dónde iremos?" Preguntó con una coqueta sonrisa el Omega a su lado. Un lindo chico que había escogido para distraerse y liberar su enojo esa noche. "Solo sígueme." Ordenó. Lo llevó a una de las habitaciones del hotel y le dijo que se desvistiera. El chico era hermoso, pero aquella vista no generó la reacción que esperaba—a pesar de que su cuerpo mostró interés ante sus dulces feromonas, su enfoque parecía estar en otro lado. El chico no desaprovechó su oportunidad y se acercó al Alfa seductoramente, para lograr su cometido. Muchos Omegas morían por tener al menos una oport
Jun y Kayden se alistaron para así salir a comprar algunas prendas que necesitarían una vez que su plan iniciara. Estaba muy nervioso y más aún luego de ver el cambio de comportamiento que tuvo Brendan la noche anterior. Tenía un sentimiento inquietante de que el Alfa se había enterado de algo, pero sabía que no era acerca de su designación. Ya que probablemente su reacción hubiese sido aún más alarmante."¿Te gustan estos?" Preguntó Kayden mientras sostenía unas piezas de ropa para embarazo. Era unos pantalones que se expandían en la cintura para dar más comodidad. El diseño era muy bonito y el material se sentía suave contra la piel."Sí, me gusta." Jun miró su carrito, el cual estaba repleto de artículos. "Pero, ¿no crees que es demasiado?"Su amigo se veía ofendido. "Demasiado poco, será." Tiró la pieza en la pila. "Escúchame, la ropa de maternidad es muy importante, ya que te ayuda a sostener el peso del abdomen y ayuda a evitar la incomodidad." Explicó."¿Te dijo eso Alessio?"K
Jun cerró la puerta del apartamento a sus espaldas, con el corazón a mil por horas. El ruido sordo atrajo la atención de Kayden, quien se acercó apresuradamente con una expresión preocupada. "¿Qué pasó?" "Él sabe algo," Explicó aterrado. "Estoy seguro de ello." "¿Brendan?" Preguntó su amigo, angustiado. "Sí," Tragó en seco. "... ¿Qué pasa si me quita a mi bebé. ¿Qué haré?" Agregó consumido en su pánico, sonando frenético. "Espera, cálmate." Su amigo lo dirigió cuidadosamente al sofá y le buscó un vaso con agua. "Dame más detalles," Le explicó la extraña interacción que tuvo con el Alfa y Kayden escuchó con atención. Acarició su espalda para calmarlo, ya que ambos sabían que demasiado estrés podría hacerle daño al embarazo. "Relajémonos un poco." Palmeó delicadamente su espalda. "Si supiera algo, no estuviera actuando tan tranquilo. Quizás está molesto por alguna otra razón," "No lo sé..." Sonaba inseguro. "La forma en que me miraba... era escalofriante. Algo no está bien," "Qu
"Junne," Murmuró su mamá. Jun levantó su mano para detener sus excusas, y cerró los ojos, respirando profundo para intentar tranquilizarse. Jonathan los llevó a la salida, ya que no quería conversar dentro de la casa, previniendo que escucharan la conversación. "¿Por qué no me dijeron nada?" Dijo una vez estuvo cerca de su auto. "¿Era necesario ocultarlo de mí?" "... Mientras menos personas supieran era mejor." Juliette lo miró con ojos tristes. "Tu padre puede ser muy persuasivo." "¿Quiénes sabían?" "Solo cuatro personas, incluyéndome. Tu abuelo, uno de los farmacólogos de la empresa y el doctor Winter." Explicó en voz baja. "¿El abuelo?" Se veía sorprendido. ¿Tienes contacto con él?" Su mamá secó sus mejillas con un pañuelo que le entregó su nana. "... Conversamos de vez en cuando—pero tu padre no lo sabe. En ese entonces, pedí su ayuda en medio de mi pánico." Jun miró a su hermano con interés. "Yo me enteré hace apenas unos años... tuviste una recaída." Agregó estoicamente.
"No." Respondió sin vacilar. "No hay nada más." Lo alarmaba bastante que el Alfa estuviera tan calmado, su reacción le daba a entender que no creía en sus palabras. "Okay." El Alfa se rio y miró hacia un lado por un breve momento. "¿No me invitarás a subir?" Preguntó casualmente. Jun sonrió y trató de que se viera natural, pero dudó que haya sido exitoso. Caminó hacia la entrada, donde Brendan recibió varios saludos de parte de algunos de los propietarios y empleados del hotel. Subieron al ascensor con calma, sin pronunciar una palabra. A pesar de que se dirigían a uno de los mediados pisos, el camino se sintió eterno. Trató de no mirar al Alfa, ya que sabía que no resistiría su ardiente inspección. Se sobresaltó al sentir su mano recorrer su cuello delicadamente y se encontró con sus ojos en el espejo al frente. Su cuerpo reaccionó ante la estremecedora caricia al instante—sus feromonas se habían calmado y eran tentadoras en ese momento, añadiendo al palpitante sentimiento. Se i
Brendan se despidió del renombrado negociante árabe, con profesionalismo e impecable presencia. Fue una cita de imprevisto, ya que el Alfa tendría que regresar a su país ese lunes. Le sirvió de distracción para no pensar en su enfado. Lo cierto era que no comprendía su conducta en cuanto al Beta y sus decisiones se refería. Era un experto en esconder sus emociones, pero esto cambiaba cuando se trataba de Jun por algún motivo. Le irritaba bastante no estar totalmente en control—lo cual era una extraña ocurrencia en su caso y esto le intrigaba. ¿Cuál era el motivo de su inusual interés en el Beta? No lo entendía. Salió del lujoso hotel con Kevin a su lado, acompañado por dos de sus guardaespaldas—quienes los seguían en otro vehículo como de costumbre. Kevin no le dirigió la palabra al ver su estado de ánimo, sabiendo que probablemente obtendría una reacción negativa. "¿Alguna novedad?" Preguntó al entrar al auto. "No, señor." Samuel respondió detrás del volante. Por alguna razón es
Un mes había transcurrido, y aún no había noticias de Jun. El humor del Alfa había empeorado, y esto era evidente para todos los que trataban con él.Brendan miró hacia delante y observó la oficina con ojos impasibles. Los empleados estaban trabajando con ahínco, y nadie se la pasaba perdiendo el tiempo en los pasillos. Todos estaban conscientes de que algo sucedía y no querían llamar la atención de su jefe—incluso se estaba rumoreando que buscaba a Jun con un increíble esmero, ya que había hecho algo en contra de la compañía y a eso se debía la persecución.Al usar sus conexiones, pudo confirmar que Jun no había intentado salir del país en ningún momento. Kayden, por otro lado, fue encontrado tratando de abordar un avión para dirigirse a Francia.Sus hombres intentaron sacarle información, pero el Omega no cedió. No pudieron retenerlo por mucho tiempo, ya que era un lugar público y un Alfa había ordenado su regreso. Así que llamó a sus contactos en el país para que lo vigilaran y obt
Al llegar, no perdió el tiempo y se dirigió hacia el hospital. Los ojos de todos se posaron en él, ya que un Alfa acompañado de varios guardaespaldas llamaba bastante la atención. Ya sabía dónde estaba ubicada la oficina del dichoso doctor, quien evidentemente no esperaba su visita. Entró al consultorio luego de tocar la puerta y que le dieran paso. Sentado en un organizado escritorio, se encontraba un hombre de cabello castaño y ojos esmeraldas—observándolo críticamente. El Omega acomodó sus lentes y no apartó su atención a medida que el Alfa se acercaba. "Buenos días," Saludó cortésmente el doctor. "¿No creo que sea mi paciente de esta mañana?" Preguntó irónicamente al mirar un documento al frente, donde probablemente se encontraba la foto de a quien esperaba ver. "Solo tengo algunas preguntas, será breve." Dijo el Alfa. El Omega miró hacia la puerta, y los hombres que lo acompañaban—debido a que eran un poco intimidantes—y frunció el ceño. "Entiendo, ¿... señor?" Lo miró con