Brook Regreso dentro de casa después de ver a Brittany marcharse y me encuentro a Ivette mirándome con molestia, ignoro su expresión pasando a su lado para tomar lo que necesito de mi oficina, pero ella me sigue con disgusto. —Qué hacías ahí fuera, hablando con esa perra. —Ella no es una perra — respondo — y es la jefa de tu familia Ivette, no deberías hablar así de ella. —Esa bastarda no es mi familia y dime que hacías. —No es tu asunto — respondo — déjame en paz. —Fue ella la que te follaste — insiste — fue ella a quien dejaste marcharte así — achica sus ojos — nunca has dejado que una de las lobas que follas te deje marcas. —No voy a contestar a eso — le digo — y no soy como tú o tus estúpidos amantes, así que déjame en paz. Ivette me toma del brazo para impedirme irme, me suelto cabreado y mi gruñido la hace tambalearse ligeramente. —No me gruñas — tartamudea — no uses tu poder contra mi Brook, soy tu esposa. —Eres una molestia Ivette — replico —déjame malditamente en p
Brittany¡Qué demonios estoy haciendo!Me grito mentalmente mientras me coloco la ropa una vez más, Brook me da una ligera sonrisa desde el otro lado del único sofá que hay en este lugar. Me siento aún peor cuando intenta acercarse a mí. No puedo creer que me dejara llevar una vez más, no me cabe en la cabeza que no pueda resistirme a un simple instinto.—No vengas aquí Brook, no me hagas esto.Repito poniéndome en pie, él me toma de un brazo empujándome una vez más sobre el sofá, a centímetros de su cuerpo. Su mano acaricia mi rostro, sus ojos brillan con ese sobrenatural azul que mueve más en mí de lo que es saludable.No debería estar haciendo esto, no cuando las cosas se están complicando y necesito mantener a mis hijas a salvo, Brook escogió a su familia aunque no podría haber hecho nada más por eso lo entiendo y es tan doloroso estar en medio de todo este dilema. Mis sentimientos, mis deseos de estar con y la cruda realidad que representa ser la bastarda humana del antiguo alfa.
BrookMiro a la terca mujer que no me dejó darle mi sangre regresar del hospital, acaricio distraído la cabeza de una de mis hijas antes de hablar lo más bajo posible para no despertarlas.—¿Por qué tardaste tanto? — la miro — ¿Duele?Ella suspira, mueve sus ojos hasta las niñas y después de unos minutos responde a mis preguntas.—Tuve que esperar mi turno Brook, así que tuve que esperar — sonríe sarcástica — dijeron que no era nada grave y que si algún doctor se desocupara me atendería — mira su mano — lo bueno es que el chico que me curó me dio analgésicos, ya puedes irte a casa Brook.—Brittany déjame ayudarte y explícame cómo diablos, se te ocurrió tomar una tetera del fuego con las manos desnudas.—Estaba distraída Brook — es lo único que dice al respecto — ahora vete a casa, me pareció ver el auto de Ivette cuando venía hasta aquí.Me pongo en pie de golpe, camino hasta donde está ella sin que pueda evitarlo y le doy un ligero beso en la mejilla. Brittany no dice nada. Sé que es
Brittany—Sabía que te meterías con esta puta, nunca me equivoqué — abro los ojos de un golpe ante esa voz — ¡Maldita, bastarda! — me acusa Ivette, tratando de llegar a mí — tan zorra como tu madre puta, humana de mie…—¡Basta!Mi cabeza duele ante esas palabras, me doy cuenta entonces de que Brook está junto a mí mientras Ivette, se queda congelada en su lugar. Maldigo mi tonta idea de beber anoche, como si eso fuese a resolver mi vida. Acabo de causar un problema solo porque ese maldito alfa no ha dejado de llamarme, como si beber fuera a hacer que el teléfono deje de sonar o él siga diciéndome que va a encontrarme. Es verdad que me sentía tan sola y asustada, pero terminar bebiendo de más solo ha causado un problema aún más grande.—Porque malditamente vienes a mi casa — Le grito a Brook porque sin duda Ivette está aquí solo porque él se quedó, lo empujo enfadada — mira lo que has provocado.Ivette bufa, se cruza de brazos mientras Brook sale de la cama y puedo ver que está intenta
Brook—¡Sabía que era ella! — grita Ivette — estaba segura de que esa puta tenía que ver en esto y no voy a permitirlo.—No tienes que hacerlo — le grito — este matrimonio no te da ese derecho — soy firme — no te quiero Ivette y si, ella es la mujer que amo, mi luna, la única que…Mi esposa me muestra sus dientes, sus uñas se clavan en mi piel cuando me abofetea y sé que debo hacer algo más, pero no pienso corresponderle. La miro con fijeza antes de dejar que mis propios colmillos se muestren.—No olvides que soy tu alfa — le gruño — tú eres una simple molestia que me estoy obligando a soportar, lo que escogí y ella es mi luna Ivette — ella intenta abofetearme, pero la tomo del brazo antes de que lo haga — así que apártate de ella porque es algo que nunca va a cambiar.Salgo de la casa sin decirle una palabra más, sé que volver aquí en la noche será un infierno, pero ni siquiera voy a pensar en eso. Trato de hablar con Brittany una vez más, pero se niega y la forma en que me echa de a
BrittanyCierro mis ojos, mientras el dolor punzante de lo que acabo de decir se clava en todo mi ser. Él va a odiarme, pero qué más da eso ahora, estoy asustada, sola y embarazada una vez más. Lloro en pánico total mientras me digo una y mil veces que jamás debí regresar aquí. Me acusarán de ser justo como mi madre. No pararán hasta descubrir quién fue el lobo que durmió conmigo.Mi corazón se detiene ante el hecho de que lo descubrirán. Todos dirán que soy como mi madre y mis hijas vivirán el maldito infierno que me tocó a mí. Todo eso de jamás ser como mi madre. Todas esas veces que me dije que jamás permitiría que las cosas llegaran hasta aquí las tiré a un lado por un lobo que nunca podría darme más que esa vida secreta que me propuso.¡Esto es un maldito problema!Mi barbilla comienza a temblar mientras un millón de ideas pasan por mi mente, trato de encontrar una forma de huir, pero no tengo salida, no cuando ese alfa sigue ahí fuera. Doy un salto sobre la cama cuando la puerta
BrookContengo mis ganas de correr hacia la maldita casa de huéspedes y golpear al maldito lobo que acaba de invadir mi propiedad y meterse ahí. Estoy tan dolido con Brittany, tan furioso que ni siquiera puedo decir cómo me siento realmente. La amo, ella es mía y que ese tipo se atreviera a ponerle un solo dedo encima me enfurece.—Deja de mirar por la ventana como un acosador y ven a la cama — dice mi mujer — podemos hacerlo para distraerte.—Púdrete Ivette — me alejo de la ventana — no me hables, ni siquiera deberías estar aquí.—Eres mi marido, esta es mi casa — suspira — no debo estar en otro lugar.—No quiero ser tu marido, no quiero que esta sea tu casa — le gruño — así que déjame en paz.Bajo las escaleras hasta mi oficina y me bebo de un trago media botella. Me dejo caer en el sofá y mientras bebo hasta casi perder la conciencia me digo que después de todo es mi culpa que esté con él. No tuve las pelotas de elegirla. No pude dejar el honor, mi matrimonio del infierno o la mana
BrittanyLa puerta de mi local se abre, suspiro antes de salir de detrás de la nueva barra de mi negocio. Mis ojos se encuentran con Cris y me siento incómoda después de lo que dijo hace dos días cuando apareció en mi casa. Nunca lo había visto en su forma de lobo y que lo hiciera después de que lo dijo me dio curiosidad, pero todo eso pasó a segundo plano cuando me habló de su loca idea.¡Dios ni siquiera puedo pensar en eso!—Cris, te dije que dejaras las cosas como estaban — bajo una de las sillas de las nuevas mesas que llegaron ayer — no vengas con lo mismo.Él se acerca para ayudarme, mis ojos van a la bolsa que ha dejado sobre una de las mesas y mi amigo llama mi atención una vez más hasta el cuándo habla.—Brittany es una mejor idea a dejar que todos anden murmurando — rodea la mesa — sé que te afecta.—No quiero, tendré que superarlo — respondo — ya lo hice una vez y no quiero meterte as en esto.Mi amigo señala el moretón que está a mucho mejor que ayer. Me siento un poco ma