Puedo confiar en ti

Caigo por un abismo en el que me hundo y me hundo, oscuro y frío, sintiéndome tan desprotegida y sola, tan abandonada, que ya todo da lo mismo..., si te estrellas en el fondo o si no paras de caer, si sale el sol por la mañana o la noche se hace eterna, y de pronto despierto empapada en sudor. Mi mirada vuela al otro lado de la cama, está vacía ¿Cómo pude tomar esta decisión de una forma tan fácil?

Nada calma el desasosiego que siento. Necesito a Ian a mi lado como necesito el corazón para vivir. Desde que me marché es como si mirara todo con un filtro distinto, un filtro triste.

Sigo una rutina como si de un mantra se tratara. Voy a trabajar, vuelvo a casa, voy a trabajar y vuelvo a casa.

-¡Hombre! - grita Helena delante del portal cuando me ve - pero si sigues viva.

-¿Qué haces aquí?

-Llevo días llamándote, estaba preocupada - arruga la frente - ¿Qué te pasa?

¿Tan transparente

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