Los días han ido pasando sin que ocurra nada especial. Ninguna carta, ni amenazas ni nada de nada. Tener un respiro de preocupaciones se agradece.
La única noticia nueva es que la relación de Helena y Will no va nada bien. Lo siento mucho por ella, aunque Will ha cuidado mucho de nosotros ahora no está en su mejor momento.
Mientras me arreglo para ir a la oficina, le escribo un mensaje a mi amiga para que nos veamos y charlemos.
- ¿Vas a ir? - pregunta Ian.
Se que no le hace gracia que me hayan llamado para ir a trabajar. Un miembro del consejo se ha involucrado y está inspeccionando personalmente cada mínimo detalle y como yo he hecho las últimas auditorías, tengo que ir.
- Claro, no creo que tarde mucho.
- Es sábado Emma. Ese hombre no tiene decencia... pedirte que vayas en tu estado...
Pongo los ojos en blanco y le vuelvo a explicar los motivos a ver si esa cabez
El camarero nos guía hasta la mesa que tiene reservada para la cena. Ni Will ni Helena han llegado todavía.- ¿Quieren tomar algo mientras esperan? -pregunta atento.- Agua, por favor - es una lástima no poder pedir un buen vino.- Lo mismo que ella - pide apiadándose de mi.Que yo no pueda beber no significa que el no pueda disfrutar. Además, se que le encantan los vinos.- ¿Por qué no te pides alguno de estos vinos? -abro la carta por la parte de las bebidas. Tienen unos cuantos reservas que parecen buenos - No tienes que hacerlo por mi.- Hoy no es día para beber.Desenrolla con cuidado su servilleta hasta que la tiene totalmente alisada, para terminar soltándola sobre la mesa sin ningún cuidado.La misión de la cena es hacer las paces, hablar y charlar. Con un par de copas de vino hasta podríamos destensar la situación antes de tiempo. Si Ian no quiere beber es porque tiene algo en mente y quiere estar lúcido.-No vayas
Al final dejamos el coche aparcado y volvemos a casa dando un paseo. Los cuatro caminamos arrebujados en las chaquetas, pero vamos charlando y riendo, seguramente por las cervezas que se han animado a tomar los hermanos.- Si me quedo en el paro... - balbucea Will - me voy a vivir contigo Hermanito. Tendrás que darme la paga.Que bromee sobre su situación nos hace gracia a todos. No es como si no tuviera un dólar en el banco. Tienen terrenos, propiedades, una familia con mucho dinero y ceros en el banco. No está en la ruina.- Siempre te puedo contratar como mi secretaria - Ian le saca morritos tirándole besos.Estos dos están más locos de lo que pensaba. Helena ríe sin soltarse del brazo de Will.- ¡Claro! Y me pongo faldita para enamorarte. No te ofendas Emma.Lo miro de arriba abajo.- Las faldas jamás te quedarán como a mi, lo siento.Llega el
Los minutos pasan delante de mi cara. Miro fijamente la manecilla del segundero como avanza imparable, riéndose de mi. Tarde o temprano tendré que afrontar la situación, no puedo esconderme para siempre en estos baños iluminados por bombillas parpadeantes.Abro el pestillo y salgo. Miro mi reflejo en el espejo. Tengo los ojos colorados e hinchados de llorar. Me devuelvo una mirada triste. Esa es la cara de una mujer que cree lo que ha leído.No sé que voy a hacer si Ian me deja cuando nazca mi pequeña. Abro el grifo, ahueco mis manos bajo el agua y las lleno. Me refresco la cara y las muñecas. En estos hospitales siempre hace mucho calor, no lo entiendo.Salgo del baño para hacer un papel, hoy tengo que ser actriz, y una de las buenas. Todo se arreglará, todo va a salir bien... la madre de Ian se va a recuperar, no me va a abandonar, no es cierto todo lo que hay escrito en las cartas...
Espero delante de la carretera a que uno de los pocos coches que pasan a estas horas sea un taxi. En cuanto veo un coche amarillo a lo lejos, levanto la mano. Si tengo la mala suerte de que no lo es, el conductor se echará unas cuantas risas a mi salud más tarde.Las luces de frenado se encienden conforme se va acercando a mí. Por lo menos una cosa me sale bien esta noche.- ¿A dónde Señorita? - pregunta el taxista colocando el brazo detrás del reposa cabezas del acompañante.-Baker street - se el número de la casa, pero prefiero que me deje al principio de la calle. Mientras menos pruebas haya, mejor.Sin decir ni una palabra, arranca. El corazón cada vez me late más deprisa. Miro por la ventanilla. Unos minutos y llegaré.- Pare -pido al conductor.Esto es una mala idea. No, una mala idea es beber un litro de agua justo antes de acostarse, esto es una locura. Pero... tengo que
Detengo mis pasos delante de la puerta del hospital. Detecta mi presencia y se abren.Sarah no me ha denunciado por algo que no he hecho y aun así, se supone que tengo que estar agradecida.Han pasado dos días desde que Ian me pidió que nos tomáramos un tiempo, desde entonces no he vuelto a saber nada de él. Will está todo el día pegado a mí como una lapa, supongo que Ian se lo ha pedido o simplemente le doy pena y se está apiadando. Ni lo sé ni me importa... puede que si me importe, pero procuro darle las menos vueltas posibles.Will y Helena me llevan a mi piso. Me siento detrás mirándome los dedos, con la cabeza gacha y el corazón encogido.- Me voy a quedar unos días contigo - se auto invita Helena.- Vale.Solo soy capaz de contestar con monosílabos. Lo cierto es que apenas presto atención a los que me hablan. Estoy sumida en
Helena se recompone al momento y suelta las bolsas. Corre hacia mí con los nervios perdidos completamente.- ¿Estás bien? ¿Qué te ha hecho? - pregunta paseando la mirada por todo mi cuerpo.- No me ha hecho nada.Se para en seco.- Entonces ¿Qué quería?El agente Harrison llega subiendo las escaleras con la mano colocada en la culata del revólver.- Ya se ha ido - informo.Es una suerte que justo hoy haya decidido venir y que tan solo se haya ido unos minutos antes de que llegara Toni.Soy incapaz de pensar con claridad. Todo lo que está ocurriendo pasa por mi cabeza como un torbellino: Sarah, Toni, Ian, las chicas de los anónimos.- ¿Qué ha ocurrido? - pregunta resollando.- Ne...necesito... - las lágrimas inundan mis ojos - dadme un mo...mento.Toni, ese chico risueño que conocí en el instituto. Si
Cuatro meses después...El tiempo ha pasado y nada ha cambiado...El mismo día que le dije a Ian que habíamos terminado, le pedí a Helena que se fuera a su casa. Si iba a estar sola no podía engañarme teniendo a alguien de forma temporal. Decidí coger el toro por los cuernos, y quitar la tirita del tirón. Todo a la vez.Al principio ella y Will me llamaban a diario varias veces para que nos viéramos, para charlar, para tomar una coca cola, en definitiva, para intentar animarme.Dejar a una persona queriéndole es lo más duro que he hecho en mi vida. Si él pensaba que lo mejor para mí era alejarme de su entorno, la decisión definitiva la tomé yo. No sé si acertada o equivocada, lo que si se es que ha día de hoy aun duele.La tripa que creía que nunca me iba a crecer se ha convertido en un gran huevo. Me he convertido en una persona torpe que, si logra atarse los zapatos, me dan g
Vuelven a leerlo de nuevo para comprobar que estoy de acuerdo con el documento que acaban de rehacer.- Mi cliente no le deja nada, pero tiene libertad para darle a su hija absolutamente todo lo que quiera -asiento con la cabeza, conforme con lo que estoy escuchando - de igual modo y hasta que la hija de ambos cumpla la mayoría de edad, podrá disfrutar de los regalos que el señor Ian Garret decida hacer.Me tienden el papel para que lo lea. Los abogados tienen una actitud más tranquila y menos agresiva. Seguro que están contentos, para ellos esto es una victoria.Dejan un bolígrafo a mi lado. Respiro hondo antes de cogerlo. Si esto es lo mejor ¿Por qué es lo último que quiero hacer?- Tiene que firmar aquí - uno de los abogados coloca un dedo justo donde tengo que firmar.Coloco la punta. Solo tengo que ir arrastrándolo hasta que ponga Emma. Antes de escribir mi nombre lev