Ian
Aparece por la puerta en brazos de uno de los hombres de salvamento. Tiene varios arañazos en la cara y el pelo revuelto. No logro encontrar ningún signo de que se haya hecho daño de verdad, y por primera vez desde que desapareció, respiro aliviado.
Cuando todas las parejas comenzaron a llegar no le di importancia, supuse que se habría entretenido buscando la tarjeta, pero a medida que pasaban las horas y no llegaba me iba poniendo cada vez más nervioso.
Aunque por dentro me esté muriendo de la angustia, he pasado demasiado tiempo tratando con indiferencia al resto de personas. Me molesta su parloteo continuo de asuntos insustanciales, la verborrea barata por no estar callado, pero con Emma todo es distinto desde el día que faltó y fui a buscarla a su casa.
Esta ha sido una de las noches más largas de mi vida. Ocho horas de angustiosa espera, sin poder hacer nada, atado de pies y manos. So
-Voy a darme una ducha. Todavía tengo hojas en la camiseta - pongo cara de asco. Ian muestra una pequeña sonrisa, minúscula. No se porque le cuesta tanto ser agradable, las normas de cortesía no son tan difíciles. Alguien gasta una broma y tu sonríes educadamente. - bueno... ahora vuelvo.Me ayuda a llegar a la puerta del baño sujetándome por el codo. Cierro la puerta a mi espalda y contemplo su baño privado. Es tan grande como lo era mi salón. Una enorme bañera con hidromasaje adorna la pared del fondo. También hay una ducha en la otra pared, tiene un asiento de madera y una cristalera para que no se salga el agua. Sin dudarlo, salto hasta la bañera.De una estantería cojo una toalla. Me siento en el borde y comienzo a llenarla. Con la venda es imposible que me pueda dar una ducha, pero tumbarme aquí con el agua calentita y la pierna por fuera, eso es otra historia
Pongo sobre la encimera de la cocina los libros que Dorotea me ha prestado. Todos los platos son demasiado elaborados para mis pobres conocimientos culinarios.Después de darle vueltas y más vueltas, los cierro, los aparto a un lado y me decido por el que más me gusta a mí. Prefiero cocinar algo que sé, a intentar hacer algo difícil y que sepa mal.-¿No te gusta ninguno?-pregunta quitándose las gafas.-Son demasiado difíciles...había pensando en algo más fácil.Coloco una olla sobre el fuego con agua para calentar mientras rebusco en la nevera un chorizo para picarlo. Los macarrones con tomate siempre me quedan muy ricos. Espero que a Ian le gusten.Pensar en él comiendo comida normal, como el resto de seres humanos, me hace gracia. Con su traje sentado en la mesa, pinchando un macarrón con tomate. Estoy deseando verlo.-¿Pico la cebolla?- pregunta Dorotea haciendo de pinche.-Si, por favor.Nunca tuve la oportunidad de cocinar con mi mad
Escucho lo que en el fondo ya sé. Cuando nos repartieron por parejas me daba miedo que algo así pudiera pasar, más que miedo eran unos celos horribles, pero su "declaración" fue después de que nos encontraran los chicos de salvamento. Aunque me ha molestado, no puedo ir a su despacho y pedirle explicaciones.-¿Crees que me importa lo que haya hecho? - escupo.-Debería importarte que se tire a otras mientras tu andas suspirando por él - puedo ver sus perfectos dientes. Con mucho gusto borraría de su cara esa sonrisa.-¿Suspirando? - río con una sonora carcajada por su error - a ti te usa en medio de un bosque mientras yo duermo con él cada noche - su cara se vuelve de un rojo intenso - ¿no lo sabías? ahora vivimos juntos.Sin darnos cuenta la conversación se ha ido calentando hasta que hemos terminado las dos de pie y el resto de mesas mirándonos. Es cuestión de horas que Ian se entere ¿se enfadará porque el resto de mujeres sepan que vive conmigo?Leti
Ian ya no está en la cama cuando despierto, pero su lado de la cama sigue calentito, se ha tenido que levantar hace muy poco.Aunque lo que ha hecho es muy bonito, no se me va de la cabeza que ayer quedó con otra mujer y gracias a su fama y a que lo conozco, se con total seguridad que no quedó para charlar un rato, un rato de seis horas.Todavía no puedo perdonarle aunque él crea que no tengo derecho alguno a estar enfadada.Después de su reacción cuando insinué que me había acostado con Torres, creo que hoy voy a intentar darle celos, a ver si de esta manera se pone un poco en la piel de los demás.Abro el armario en busca de algo, no se exactamente el que. Al final, después de probarme varios conjuntos me decido por unos pantalones pitillo negro y unos botines con tacón a juego. Una blusa blanca que me remeto por dentro y una americana y a diferencia del resto de los d&i
No puedo creer que haya sido capaz de plantarse aquí. No respeta mi intimidad- Él, que es tan celoso de la suya.Camino hasta la puerta. Me planto delante de él, lo agarro del brazo y lo saco al portal para poder hablar.-Dadnos un momento chicos. - cierro la puerta al salir.-¿Qué haces aquí? - pregunto seria como pocas veces volviendo la mirada hacia él.-Quería hablar contigo.-Espera, espera. A ver si te he entendido bien. Vivimos juntos, trabajamos juntos y me estás diciendo que lo que tienes que decirme es tan serio - levanto los brazos por lo absurdo que resulta todo - que no podía esperar un par de horas.Torres rompe el momento asomando la cabeza, vacilante y dudoso.-No quiero molestar - carraspea incómodo - pero dentro se escucha todo, lo digo por si queréis un poco de intimidad.Ahora es Ian el que sujeta mi mano entre las suyas para
IanEl trayecto de vuelta a casa es distinto a otras veces. Por regla general cuando estoy en algún sitio cerrado con Emma a mi lado, me gusta ver como se pone nerviosa, como le impone el silencio, que para ella es tenso e incómodo, como se dedica a retorcerse los dedos. El silencio que nos envuelve ahora es tranquilo, de felicidad. Lo único que enturbia mis pensamientos es el temor a que en cualquier momento me falle. Me lanza una mirada fugaz que pillo por el rabillo del ojo. Es tan insegura que me divierte.-¿Te lo has pasado bien? - pregunta.-Son agradables. Tenía otro concepto de Torres.Pensaba que era un mujeriego que no respeta a la mujeres... más o menos lo que piensan ellas de mi.-¿Ves? es bueno conocer a la gente - suelta con tono condescendiente. Como haría una madre enseñando a un hijo.Le lanzo una mirada aburrida, levanto la ceja y suelto
Ha sido increíble. Ni mejor ni peor que las otras veces, solo increíble. Este hombre no deja de sorprenderme, puede mimetizarse en el amante más pasional o en la dulzura personificada. Puede ser un trozo de hielo o lava ardiente.-¿Qué tal? - pregunta mirándome fijamente.Odio esa preguntita hasta cuando la escucho en las películas. Siento el calor ascender por mi cuello para quedarse en las mejillas.-Eso no se pregunta - ríe. Sabe que estoy avergonzada.-Claro que se pregunta. Te ha gustado cuand...-¡CALLA YA! -le tapo la boca para que no pueda seguir hablando.No entiendo esta timidez repentina. Hemos hecho cosas mas obscenas en sitios donde no se deberían hacer y aquí estoy, comportándome como una adolescente que acaba de perder la virginidad.El momento romántico se rompe cuando mis tripas comienzan a crujir, esta mañana hemos salido temprano y no me ha dad
IanOcho años antesDelante del altar, esperándola, surgen todos los miedos y las dudas que no has tenido en todos los años de relación. Y si se ha arrepentido, y si ha decidido que no soy suficiente para ella, y si no está preparada para casarse... tantos y si que conforme pasan los minutos, temo que no aparezca.Corto la linea de pensamientos en cuanto la música comienza a sonar y la familia y amigos se vuelven hacia atrás para ver como se abren las puertas de la iglesia. Ahí está ella, el diamante más bello, la mujer de mi vida. Sarah.Camina despacio hacia mí con la gracia y delicadeza que la caracteriza, al ritmo de la música. Clava sus ojos en los míos mientras se acerca, la emoción me controla, el amor que siento hacia esta mujer es infinito. No me imagino una vida sin ella, lo supe desde el mismo momento que la vi.-Estás preciosa mi v