Mil modelos me he probado. Hemos ido de una tienda a otra desechando todos los vestidos.
- Me quedan fatal, al final me pongo una bolsa de basura y listo - lloriqueo siendo negativa.
- Todos te quedaban perfecto Emma - me anima Helena - estás un poco refunfuñona.
- Lo sé, lo sé.
Este carácter tan huraño se me tiene que ir en algún momento ¿No? A partir de ahora voy a poner todo de mi parte para no seguir fastidiándolo todo.
- Venga, vamos a entrar en la última tienda y te prometo salir con un modelito que me va a encantar.
- Más te vale - amenaza en broma.
Voy colocando toda la ropa de bebé que he comprado. La doblo con cuidado, como si tuviera entre mis dedos fino cristal. Es todo tan pequeño... la espera se me está haciendo angustiosa.
Es cierto eso que dicen que la actitud lo es todo. Llevo unas pocas horas intentando ser un poc
Me quedo fría como el hielo. No pienso darle el gusto de que crea que me ha ganado o que su intromisión afecta en algo a nuestro matrimonio. Pero si que afecta.Duele pensar que Ian haya podido acostarse con ella. Si ha roto mi confianza no sé que voy a hacer...- Lo sé, es muy triste que vayas detrás de un hombre casado que va a ser padre.Lo siento por Torres, pero la situación me supera.Busco Ian con la mirada. Está sentado, presidiendo la mesa. Cuando me ve acercarme me sonríe. Si supieras todo lo que siento ahora mismo no sonreirías tanto.Venga Emma, pienso para mí misma, no montes ningún numerito. Pasa la noche lo mejor que puedas y después en casa, hablaremos todo esto.- ¿Estás bien?Muy buena pregunta. Me tomo unos segundos para serenarme.- No lo sé ¿Por qué no le pides la agenda a tu nueva secretaria? A lo mejor ahí lo pone - suelto sin poder contenerme.- Emma, no es lo que crees.Frase típica de marido que po
Me subo en el coche. Apoyo la frente sobre el volante mientras lloro.La tristeza, ese sentimiento que ataca en partes iguales al corazón y al cerebro. Puede llegar a ser físico, hasta provocar que tengas que colocar tu mano sobre el pecho para mitigar ese dolor.No quiero irme. No quiero volver. Introduzco la llave en el contacto intentando calmarme un poco y la giro hasta que escucho rugir el motor.Al levantar la vista Ian está delante del coche, tiene las manos apoyadas sobre el capó y con las lágrimas desenfocándome la vista, vuelvo a girar la llave.- No vas a ir a ningún sitio. Esta vez no.Rodea el coche hasta llegar a mi puerta.- Abre - ordena.Tengo la vista clavada en sus ojos. Los míos anegados en lágrimas que no me dejan pensar ni reaccionar, los suyos, dos pozos sin fondo de tristeza.- Emma, abre la puerta... por favor.Hago lo que me pide. Tenemos que poner fin a esta locura de pelea. Sin duda se nos ha ido de la
Vuelve de la cocina con una botella entre las manos ¿Se ha vuelto loco? Ha pasado de ser un psicótico a traer vino para cenar. Lo coloca sobre la mesa y al leer la etiqueta, no puedo evitar sonreír.- Una ocasión especial lo merece ¿No crees? - pregunta contestando a mi sonrisa.- ¿Champín? Eso lo beben los niños pequeños.Es una botella de champan, solo que es un refresco con burbujas sin una pizca de alcohol.-...Y las embarazadas que no pueden beber alcohol - puntualiza.- Así que hoy es una ocasión especial ¿Me he perdido algo?Ignora mi pregunta y vuelve a irse de nuevo a la cocina. Espero sentada como un buen comensal. Doy un sorbo a mi copa de champan falso.- Hoy es el día que vamos a hablarlo todo. Sin peleas, sin gritos y sobretodo sin lágrimas.Deja dos platos con caldo de pollo. Lo ha hecho Dorotea. Será tramposo, pero con todo el esfuerzo que está haciendo no pienso delatarlo.- Me parece bien. Creo que es lo mejor.<
Dejo que el agua resbale por todo mi cuerpo. El baño está lleno de vapor. Podría pasarme horas aquí disfrutando del calor que desentona con el frio del invierno.Me pongo un albornoz y acerco las manos a la estufa.Ian lleva días esforzándose. Quien lo ha visto y quien lo ve. Todo se habría solucionado mucho antes si hubiéramos hecho lo que él hizo: sentarnos y hablar de como nos sentimos.Voy a la habitación para vestirme. Un jersey de lana dos tallas por encima de la que solía utilizar y unos pantalones premamá.Miro mi redonda tripa frente al espejo. Deberíamos llamar a algún programa de televisión de misterios sin resolver. De un día para otro apareció esta forma redondeada que me paso el día acariciando.— Ya mismo veré tu hermosa carita — susurro una vez más.En la cocina está Dorotea preparando desayuno para medio planeta, que solo me comeré yo. Otra cosa que ha cambiado
Will da vueltas por la habitación, enfadado. Sabía que muchos compañeros metían facturas en las cuentas de la empresa, pero el desfalco puede llegar a rozar varios millones.- ¿Cómo no me he dado cuenta antes? ¡Me han estado robando!Estampa el puño contra la mesa que cruje de una forma preocupante.- Will, cálmate. Algo podrás hacer ¿No?Por regla general se termina el contrato con la persona que intenta engañar a la empresa, pero hay tantos involucrados que no sé muy bien como va a actuar.- Por supuesto. Voy a renovar la plantilla.A la calle. Todos. ¿Va a mirar uno a uno o va a despedir indiscriminadamente a todos? Está tan alterado que no me atrevo a preguntarle.- Pero estas facturas son solo de un par de años - puntualizo - ¿Vamos a mirar todas?Son las tres de la mañana. No quiero ni pensar cuanto tiempo podemos emplear en revisarlo todo.
Joder, Voy a llamar a Ian - dice will sacando el móvil del bolsillo.Ni hablar. Ya le fastidié la fiesta ayer y no pienso volver a hacerlo. Está de viaje de negocios y hasta que no sepa lo que está ocurriendo no voy a preocuparle.- No... - Musito - no lo llames.- Emma, tiene que saber todo lo que ha pasado esta noche.- Will, por favor, no quiero que pierda esa reunión tan importante y aquí en realidad no ha pasado nada.Cuando la policía comprobó que no había nadie me dejaron subir hasta casa. Todo pasaba de una forma tan acelerada que casi no era consciente. Llegó una ambulancia para comprobar que estaba bien y después de tomarme la tensión, la pulsaciones y comprobar que no estaba herida, me dieron algo para que pudiera descansar.- ¿Ha averiguado algo la policía? - pregunto cuando despierto. Will es adorable, sentado en un sillón al lado de mi cama.-Déjanos ese tema a nosotros y no te preocupes. El médico
Bajo la ventanilla del coche. Sentir el aire frío en la cara me gusta. Respiro profundo y cierro los ojos.No me fijo en el camino que sigue Max hasta que para el coche delante de mi casa. Él no tomaría esa decisión por iniciativa propia, alguien le ha tenido que decir nuestro destino, y ese alguien solo puede ser Ian.- ¿Por qué estamos aquí?- Es mejor que durante unos días evites el garaje - explica.Aunque lo primero que quiero hacer es decirle que no piense tonterías, en el fondo creo que es lo mejor. Solo con pensar entrar ahí y ver los coches con las pintadas... me pone nerviosa.- ¿Cómo va a ser capaz usted de estar en un pisito de sesenta metros? - Bromeo - Tengo una ducha y vas a tener que fregar los platos, porque lavavajillas tampoco tengo - levanto una ceja y le regalo una media sonrisa. A ver que me dices a esto.- Vas de listilla ¿Eh? Ho
El inspector se va con toda la información que he sido capaz de recordar. Ian cierra la puerta después de despedirlo. Se queda donde está con la mano sobre el pomo.- ¿Estás bien? - pregunto preocupada.- Es por algo que he hecho yo... ¡Es por mi maldita culpa! - Baja la cabeza -No debería haberme ido.No puede sentirse culpable. Quiero decir, todos nos equivocamos y hacemos cosas que pueden dañar a otras personas, pero eso no justifica que entren en una propiedad privada y te rompan los coches.- Si - contesto con un tono normal - no deberías haberte ido -se da la vuelta. Odio ver la culpabilidad reflejada en sus ojos - pero tengo la solución: nos cosemos el uno al otro y así podemos ser siameses. Todo el día juntos por si un trastornado nos ataca.Cada uno tiene su trabajo y su horario. Tiene que comprender que aunque estemos juntos todo el rato, si alguien le quiere hacer daño lo hará.