¿Y el divorcio?

El señor Duncan cumplió su promesa y se quedó en el hospital. Cuando la dieron de alta aceptó su decisión de quedarse allí en Nueva York, pero contrató a una señora para que la ayudara en el apartamento, ya que ella, debía estar de reposo. También le dejó un auto con chofer para que pudiera trasladarse con comodidad a sus citas médicas que era lo único que tenía permitido hacer.

-Rosalin, te presento a la hermana de la señora Smith. Su nombre es Nell. Se quedará aquí contigo para ayudarte en todo lo necesario y el hombre que está parado a su lado es su esposo: George. Estará a tu disposción para cuando tengas que ir a tus citas médicas – Dijo el señor Duncan muy tranquilo –

-La verdad es que no creo que sea necesario. Yo me puedo valer por mí misma – Dijo Rosalin –

-Estoy seguro de que así es, pero siendo que te fue recetado un reposo para cuidar del embarazo, es mejor que aceptes esta ayuda. Hazlo por el bebé. Por lo menos, hasta que termine de pasar el peligro –

-¿Por qué estás haci
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