Era verano. El clima cálido golpeaba fuerte en las tardes europeas. Clarisse estaba sentada en una de las mesas de un hermoso restaurante francés. Estaba tomando un delicioso té y tenía una pequeña selección de postres que le había sugerido el chef. Cada vez que probaba el té preparado por manos expertas, lo único que podía sentir era un terrible sabor a aserrín que le hacía querer probar algunos de los pasteles frente a ella y el resultado seguía siendo el mismo. Clarisse, se dio por vencida con la comida y caminó al balcón de aquella pastelería que ofrecía una vista espectacular de uno de los atardeceres más hermosos que había visto en su vida. Lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas y se preguntó si habría sido un error aceptar la sugerencia de su hermana de hacer un viaje por Francia y así, respirar nuevos aires para olvidarse del Senador que le rompió el corazón. Clarisse, vio una bandada de aves volando seguramente a buscar refugio y ella se preguntaba cómo fue que ella s
Era una linda tarde. El verano comenzaba a alejarse, por lo que el viento ya no era tan cálido. Rosalin se bajó de su camioneta y se dirigió al viejo edificio donde funcionaba la escuela. Subió los peldaños y buscó el salón donde se realizaban las reuniones para padres y representantes. No sabía de qué se trataba la reunión pero seguramente era alguna actividad para los niños o para recoger fondos para la escuela. De cualquier forma, estaba aquí por Sarah. El señor Duncan no tenía tiempo para estas cosas. Rosalin se sentó en una de las sillas del gran anfiteatro, las cuales estaban llenas con muchos de los representantes que venían a prestar su servicio para el colegio. Varios de los profesores estaban sentados en una mesa cuando Rosalin vio a la señorita Reynolds tomar el micrófono.-¡Oh No! ¿Qué se le habrá ocurrido esta vez? – Se preguntó Rosalin –-Buenas tardes queridos padres y representantes. Tengo el honor y la dicha de dirigirme a ustedes con la finalidad de anunciarles que
Era una bonita mañana. El señor Duncan no había tenido trabajo hoy, así que acompañó a Rosalin a llevar a Sarah al colegio y se llevaron a Harry, por lo que, se fueron a caminar al centro comercial y Rosalin terminó comprándole ropa y algunos juguetes al niño. Luego, se fueron a comer un helado. Estaban sentados comiendo el helado y Rosalin tenía a Harry cargado cuando el señor Duncan se quedó mirando a Rosalin con ternura y le acarició el cabello llevándole un mechón detrás de la oreja sonriéndole. -¿Qué te sucede? -Nada. Sólo me encanta observarte. Eres muy bella y te veo con el bebé en brazos y no puedo dejar de pensar lo hermosa mamá que eres – Dijo el señor Duncan con tono suave y lleno de ternura –-¿Te parece? — Dijo Rosalin sonriendo – Pues la verdad me gustaría tener otro pronto —-Todos los que quieras mi bellísima esposa – Dijo el señor Duncan acercándose para darle un beso en los labios cuando sonó su teléfono y lo sacó del bolsillo de su pantalón para hablar —-¡Hola!
Era viernes y Evelin había llamado para avisar que vendría, así que Rosalin estaba en la habitación de Harry arreglandolo para recibir a su tía. Estaba pensando en Sarah y en el día que le tocó lavar el auto de la señorita Reynolds. Al parecer, no fue mayor cosa, ya que por petición de los representantes, lo hicieron en una cancha ubicada en la parte de atrás del colegio. En eso, Rosalin, vio a Sarah entrar al cuarto. -Hola – Dijo desanimada –-Hola – Dijo Rosalin - ¿Aburrida?-Algo – Dijo sentándose en la cama – -¿Todo bien? – Preguntó Rosalin – -Es que quería decirte que de verdad siento mucho haber participado en lo del auto de la señorita Reynolds, pero la verdad es que me da mucha rabia la manera como habla de ti. ¡Es una chismosa intrigante! – Dijo Sarah –-Cariño, no te molestes por eso. Lo que le pasa a esa mujer es que está dolida porque no pudo casarse con tu padre como era su deseo – Dijo Rosalin – -Sí, pero me duele que te ofenda, porque no te conoce lo maravillosa qu
Esa misma noche Rosalin estaba en la habitación preparándose para recibir a su esposo y tener una noche de amor desenfrenado como Evelin le recomendó. Se estaba poniendo máscara en las pestañas y terminó puyándose un ojo y corriendo al baño para lavarse todo el rimmel corrido, por lo que tuvo que gastar más tiempo reparando su maquillaje. Se puso muy nerviosa cuando sintió a Kyle entrar al cuarto y al mirarse al espejo vio que tenía una sombra negra del rimmel bajo sus ojos. Trató de echarle base de maquillaje pero la desgraciada no quería ocultarse, por lo que decidió dejarlo así antes de que Kyle se quedara dormido. Salió del baño con el hermoso negliyé color ambar que se combinaba muy bien con su cabellera rojiza. Caminó hacia él que la miraba recostado en la cama y sonriéndole como a ella le gustaba y la hacía derretir. Él extendió los brazos y ella fue hasta la cama y se subió a horcajadas sobre él para besarlo en el cuello.-¡Hoy no quieres hablar primero! ¡Eso es sorprendente y
-¡Buenos días, señor Duncan! – Dijo la mujer mirándolos a todos y cada uno de los presentes – Colegas –-¡Buenos días, señorita Chamberlain! – Dijo el señor Duncan – Por favor, tome asiento. ¿Se le ofrece algo para tomar?-No, gracias – Dijo la abogada – Preferiría que entraramos en materia, si no le molesta, porque después de ésta tengo dos reuniones más de los casos pendientes –-Muy bien – Dijo el señor Duncan apoyando los antebrazos sobre la mesa y entrelazando las manos – Dígame señorita Chamberlain ¿Por qué cree que puede ganarle este caso al señor Michael Miller? ¿Cuál sería su estrategia?-Ya usted habrá visto que tengo una buena cantidad de casos defendidos en la corte de lo familiar contra compañías muy fuertes. En la corte de lo familiar el que tiene dinero no es el más poderoso. Se toma en cuenta muchos aspectos. Tengo mi equipo de detectives también que me ayudan con los testigos y sus declaraciones ante el jurado – Dijo la mujer mirándolo a los ojos – -Ya veo – Dijo el
Esa misma noche, después que Rosalin había logrado dormir a Harry, estaban en la habitación preparándose para dormir y el señor Duncan dijo unas palabras que sonaron aterradoras en el corazón de Rosalin:-Cariño, estoy muerto. Sólo quiero dormir – Dijo el señor Duncan acercándose a ella con el pantalón del pijama puesto como solía dormir - ¿Me perdonas? Te prometo que te lo compensaré – -¡Claro! ¡Descansa! Yo voy al baño – Dijo Rosalin cerrando los ojos para aceptar el beso en la frente que le llenó el corazón de un frío que no había sentido sólo cuando murió su madre –Rosalin entró al baño y mientras cerraba la puerta vio al señor Duncan acomodarse en su lado de la cama para dormir. Cerró la puerta del baño y se lavó la cara, el cuello y los brazos tratando de hacer desaparecer la sensación que tenía de que algo catastrófico estaba a punto de ocurrir y ella no sabía cómo detenerlo. Se miró en el espejo y se pasó las manos por la cara. El espejo le decía que era una mujer bonita y
El señor Duncan estaba sentado en la sala de juntas con los demás abogados esperando que llegara la señorita Chamberlain para el informe de lo que había recabado para la defensa de su caso contra Michael Miller. Ya habían presentado el caso y se hizo una segunda sesión para presentar los testigos, por lo que se estaban preparando para la tercera sesión donde escucharían testimonios. La abogada estaba retrasada 20 minutos. Cosa que no había ocurrido antes, pues la abogada había demostrado ser muy cumplida. -¿Ya la llamaron? – Preguntó el señor Duncan –-Sí, pero cae la contestadora en su número – Respondió el abogado –De pronto, se abrió la puerta y dejó ver a una señorita Chamberlain con la ropa totalmente empapada. Su cabello y maquillaje hechos un desastre. -Siento mucho la tardanza – Dijo la abogada observando todos los rostros que la miraban asombrada – Cuando venía por la autopista, se me pincharon los cuatro cauchos bajo la lluvia. Lamento la demora – -¿Usted está bien? ¿Nec