Kros no dijo algo más, simplemente se alejó del humano y sin ninguna otra mirada, salió de la lavandería. Llamó a una persona que podía darle la información que deseaba.
Jean tenía la mandíbula temblorosa... había huido por dos razones del continente americano y una de las razones era su apellido que lo tenía marcado de por vida. Terminó de lavar la ropa, asegurando la puerta desde adentro, se dijo que podía controlarse antes de que Kros supiese que él estaba detrás de toda la mierda que habían vivido los híbridos.
Era la una de la mañana cuando salió de ese lugar y caminó hacia la habitación, lanzándose a la cama en el proceso con todos sus brazos adoloridos por las horas que se mantuvo lavando toda la ropa de sus compañeros.
El tiempo seguía pasando, y con eso pasaron varias semanas en las cuales ninguno de los dos volvió a tocar el tema de los orígenes del menor. Éste ni siquiera se había mostrado nervioso, sino que cambiaba de conversación y el hi
Jean no se separó de Kros durante el transcurso de la noche, incluso parecía más sumiso que las veces anteriores. Comió en silencio, sumido con sus pensamientos de lo que pasó hace años en el otro continente. Dejó su plato a un plato a un lado y apoyó su mejilla contra la pierna de Kros, quien le acarició la cabeza de manera cariñosa, pero que la confusión estaba en su rostro al verlo de esa forma con él.— ¿Sucede algo, esclavo?— No, mi señor — respondió en voz baja — ¿Puedo ir al baño? — Pidió — Regresaré rápido.— Ve, cuando regreses tal vez estemos en el jardín — le dio un apretón en su hombro — No tardes.— Entendido.Con pasos vacilantes, tomó su plato dejándolo en la cocina y corriendo hacia uno de los baño del primer piso en donde se encerró. Se sostuvo de ambas manos contra el lavamanos, dejando caer su cabeza hacia el frente mientras comenzaba a llorar.La misma persona que destruyó su vida estaba ahí, otra vez. Se sent
Jean miró hacia todos lados para evitar lo mejor posible a Darién.Limpió la cocina ese día, sin ayuda de Luca como se le hacía costumbre, pero al perecer éste estaba en alguna parte del segundo piso con Abdel, porque era la tres de la tarde y aun no daba señales de vida.Movió su cuello de un lado a otro lo mejor posible, dándose cuenta de que necesitaba una enorme cama lo antes posible, porque o si no explotaría o se desmayaría. Sus sentidos estaban por el suelo, y ni hablar de cómo estaba su pierna con esa tremenda mordida.Ni siquiera podía colocarse el pantalón de manera adecuada porque le dolía el mínimo roce. Tomó una escoba y prosiguió a limpiar la sala, aunque no habían muchas cosas que hacer en ese lugar, hizo todo de manera lenta y casi se ponía a llorar al sentirse tan débil.Un largo suspiro salió de sus labios cuando se sentó en una de las sillas, y apoyó su frente en la mesa, sintiendo que su pierna estaba con una enorme mordida
Jean y Luca fueron detrás de un Walid asustado que intentaba salir de las garras de esos dos pero le era imposible hacerlo, debido a que estos querían tocarlo demás en sus partes... algo que no era permitido.Pero, era un simple juego entre los tres, ya que las labores de la casa estaban terminadas.Jean logró atraparlo por la polera que tenía puesta y lo alejó de la puerta por la que intentaba escapar de él. Se subió encima al igual que Luca, manteniéndolo en el piso inmovilizado.— Te atrapé — dijo Jean, lleno de orgullo — Vamos a divertirnos.— La única persona que se va a divertir soy yo cuando vea como Kros te deja sin hijos por estar tocándome en partes en donde no debes — se quedó quieto — Deja de tocarme, cochino.— Sólo reviso el paquete de entrega — pellizcó su tetilla — Todo en orden — Luca se bajó y luego él — ¿Por qué huyes de mí?— No me gustan las personas — se sacudió el polvo — Tú eres una de esas personas.
Entraron a una habitación que estaba bien equipada con cosas para el sadomasoquismo. Se quedó inmóvil en la puerta, sintiendo como Darién se movía de un lado a otro por el lugar, sus manos temblaban, lo único que quería era salir de ese sitio... mejor aún, huir hacia otro país o continente.Darién, quitó algunas cosas de la mesa y dejó las que estaba seguro de que le causarían dolor.— Vamos a divertirnos, amor — lo tomó del brazo, alejándolo de la puerta — Ahora las cosas se harán a mi manera.— Por favor — quiso soltarse — No me hagas esto, otra vez...— Créeme que voy a disfrutar cada golpe que te dé — siseó — Haremos esto a mi manera.— ¡No quiero! — Golpeó su mano — ¡No puedes hacerme esto!— Puedo hacerlo, porque eres mío — tomó el mentón del menor, y acercó su rostro al suyo — Y te dije que volverías conmigo a América.— ¿Por qué no a Venencia?— Todo cambió en Venecia — apretó su mandíbula — Los humanos están
La respiración de Jean estaba irregular, no había hablado con Kros y por las marcas en su espalda y sus tobillos el alfa sabía que no la había pasado muy bien con Darién, quien le dijo que fue algo inesperado y muy satisfactorio.Sólo le pasó el documento firmado y no le dijo nada. El humano apenas y tenía el pantalón puesto, pues no tenía calzado. Lo había dejado en esa habitación que comenzó a odiar desde que entró. Su entrada estaba lastimada a tal punto que ni siquiera podía imaginar cómo se sentaría en los próximos días.Las ganas de llorar aún estaban presentes, pero no importaba ya. Su hijo estaba vivo, estaba con vida después de haberlo visto caer con los demás niños. Todos esos años había vivido en una mentira, una mentira que lo consumía cada vez que recordaba ese pequeño caer con los demás niños inocentes.Llegaron a la casa y Jean bajó con ayuda de Kros del carro, y de igual manera fue llevado hasta la casa, el alfa aún seguía sin decirle
Siete años atrás.Su padre había muerto cuando tenía diez años, nunca conoció al hombre que lo engendró, pero por las cosas que se decían del hombre que le dio la vida, sabía que no era un buen hombre por las barbaridades que le hacía a otros para satisfacer sus necesidades y sed de poder.Lo que más le había dolido en la vida era el abandono de la persona que lo trajo al mundo, porque eso para él, era una muerte segura, aunque estuviese con vida. Había sobrevivido a muchas cosas, mudándose con humanos de un lado a otro, hasta que fueron a parar a Estados Unidos, supuestamente el único lugar seguro que ahora se había vuelto una masacre y las únicas personas que sobrevivían eran los ancianos.Estaba viviendo en una pequeña casa, junto con los demás humanos que lograron escapar de Venecia de un hibrido lob
Siete años atrás.El llanto de un bebé a su lado lo despertó, apretó los ojos fuertemente mientras seguía escuchando ese pequeño llanto. Cuando su visión estuvo en su lugar, vio a un pequeño hibrido con una pequeña cola negra a su lado, quien en cuanto lo vio una sonrisa mostró.El corazón de Jean se llenó de alivio. Su hijo estaba con vida, se sentó con sumo cuidado, de abrirse la herida en su abdomen bajo y con manos temblorosas lo cargó, era tan pequeño y su cola hacia una hermosa combinación con su cabello... algo que comenzó a odiar porque Darién también tenía el cabello de ese color.— Es igual que tú — Jean giró su cabeza hacia el balcón — Sólo tiene mi cabello y la cola.— Algo asqueroso — masculló — Debiste de matarme como dijiste que lo harías.— Nunca dije que te mataría — se acercó a él — Sino hubieses escuchado esa conversación ahora mismo las cosas serían diferentes, pero lo arruinaste.— No me querías... sólo fui un
— ¿Qué mierda acabas de decir, esclavo? — Jean se quedó estático — Vete, Luca. Esto es algo que debo de hablar con Jean.— Amo...— ¡Que te vayas! — Luca saltó en su lugar — ¡Soy tu maldito dueño!— Vete, Luca — dijo Jean, dándole una mirada tranquilizadora — Estaré bien.Luca se marchó hacia las habitaciones.Jean por primera vez desde que llegó a ese hospital estaba asustado, Kros iba a matarlo. Se veía como un león enjaulado, mirándolo con deseos de querer enterrar sus colmillos en su cuello y acabar con su existencia de una vez por todas.— Juro por las personas que murieron por esos experimentos que acabaré con tu vida — lo tomó por el cuello — Eres el hijo de la persona que mató a millones de niños, que los vendía, que los hacía venderse en la calles para que un hijo de perra los violara a sangre fría y luego los matara si estos no eran de su agrado.— No es lo que crees... déjame explicarte las cosas... no te enojes