Siete años atrás.
Su padre había muerto cuando tenía diez años, nunca conoció al hombre que lo engendró, pero por las cosas que se decían del hombre que le dio la vida, sabía que no era un buen hombre por las barbaridades que le hacía a otros para satisfacer sus necesidades y sed de poder.
Lo que más le había dolido en la vida era el abandono de la persona que lo trajo al mundo, porque eso para él, era una muerte segura, aunque estuviese con vida. Había sobrevivido a muchas cosas, mudándose con humanos de un lado a otro, hasta que fueron a parar a Estados Unidos, supuestamente el único lugar seguro que ahora se había vuelto una masacre y las únicas personas que sobrevivían eran los ancianos.
Estaba viviendo en una pequeña casa, junto con los demás humanos que lograron escapar de Venecia de un hibrido lob
Siete años atrás.El llanto de un bebé a su lado lo despertó, apretó los ojos fuertemente mientras seguía escuchando ese pequeño llanto. Cuando su visión estuvo en su lugar, vio a un pequeño hibrido con una pequeña cola negra a su lado, quien en cuanto lo vio una sonrisa mostró.El corazón de Jean se llenó de alivio. Su hijo estaba con vida, se sentó con sumo cuidado, de abrirse la herida en su abdomen bajo y con manos temblorosas lo cargó, era tan pequeño y su cola hacia una hermosa combinación con su cabello... algo que comenzó a odiar porque Darién también tenía el cabello de ese color.— Es igual que tú — Jean giró su cabeza hacia el balcón — Sólo tiene mi cabello y la cola.— Algo asqueroso — masculló — Debiste de matarme como dijiste que lo harías.— Nunca dije que te mataría — se acercó a él — Sino hubieses escuchado esa conversación ahora mismo las cosas serían diferentes, pero lo arruinaste.— No me querías... sólo fui un
— ¿Qué mierda acabas de decir, esclavo? — Jean se quedó estático — Vete, Luca. Esto es algo que debo de hablar con Jean.— Amo...— ¡Que te vayas! — Luca saltó en su lugar — ¡Soy tu maldito dueño!— Vete, Luca — dijo Jean, dándole una mirada tranquilizadora — Estaré bien.Luca se marchó hacia las habitaciones.Jean por primera vez desde que llegó a ese hospital estaba asustado, Kros iba a matarlo. Se veía como un león enjaulado, mirándolo con deseos de querer enterrar sus colmillos en su cuello y acabar con su existencia de una vez por todas.— Juro por las personas que murieron por esos experimentos que acabaré con tu vida — lo tomó por el cuello — Eres el hijo de la persona que mató a millones de niños, que los vendía, que los hacía venderse en la calles para que un hijo de perra los violara a sangre fría y luego los matara si estos no eran de su agrado.— No es lo que crees... déjame explicarte las cosas... no te enojes
Jean pasó sus manos por sus tobillos lastimados, escuchando como las cadenas hacían ruidos al ser movidas. Kros se había apiadado de él y le mandó a quitar el separador, pero aún seguía sufriendo por su lastimada entrada que parecía estar cada vez peor. Tenía cinco días y medio en esa celda, escuchando como los guardias hacían planes con él en el momento en el que Kros decidiera dejarlo a merced de ellos.Luca y Walid iban dos veces al día y duraban unos pocos minutos con él y todo gracias a las órdenes de su maravilloso amo. Dejó salir un largo suspiro, mirando las paredes del lugar, no se veía del todo mal después de todo. Tenía todo calculado en su mente, escaparía en la primera oportunidad que tuviese y se iría con Darién a donde estaba su hijo, sólo quería esperar a un descuido por parte de Kros, y nada importaría.Dejó caer su cuerpo en el duro colchón, arrugando la nariz al olerse a sí mismo. Se sentía asqueroso, tenía todo ese tiempo sin bañarse, Kro
Las cejas de Jean se dispararon hacia arriba al ver por la cocina como todos los esclavos eran castigados con un látigo y como se hacían los fuertes en no querer gritar. Kros estaba en los escalones de la cocina, mirando a todos con los brazos cruzados.Había pasado apenas dos días y en el momento menos pensado estaban siendo castigados. Buscó en la nevera un helado y se acomodó lo mejor que pudo en la barra de la cocina para mirar a todos. Le tocaba estar nuevamente de enfermero con Luca, pero le encantaba ver como se defendían de los otros humanos para marcar territorio.Kros le hizo una seña para que se acercara a él, algo que lo asustó porque pensaba que no lo había notado.— ¿Te diviertes con esto? — preguntó Kros, sin dejar de mirar la fila india que esperaba ser azotado — No estás entre ellos.— Es la primera vez desde que llegué que no estoy siendo castigado — metió la cuchara en tarro — Pero no me gusta ver a Luca ahí.— Puedes
Kros apenas tenía tres días de haber nacido cuando sus padres fueron asesinados, cuando fue llevado a un laboratorio desde Egipto hasta Venecia para ser convertido en un conejito de indias al igual que otros niños de diferentes edades.Apenas tenía unos días de haber nacido y su destino estaba podrido de una manera asquerosa. Inyecciones en su cuerpo no tardaron en llegar, su pequeño cuerpo estaba con pequeños puyones que se estaban infectando.Era el segundo recién nacido al cual le iban a inyectar genes de un león, el primero fue un éxito, y también le darían una pequeña gota para que no envejeciera, si funcionaba en ese pequeño recién nacido, estaría todo perfecto para seguir con los otros.Semanas pasaron y el pequeño ya tenía una pequeña cola en su espalda baja, asomándose y su organismo dejó de avanzar de manera a acelerada, deteniendo el tiempo por unos días.El niño no paraba de llorar, siempre estaba buscando el calor de alguien, pero
Jean tomó los utensilios de limpieza y subió al segundo piso en donde para limpiar las habitaciones que le tocaban a Luca. Aun, no podía creer que tenía un amigo después de jurarse asimismo que tener amigos era un enorme problema porque siempre terminan traicionándolos a todos.Kros no estaba en la casa por lo que podía husmear por ahí los videos que éste tenía en su computadora, dejó la habitación de último y luego prosiguió a limpiarla con lentitud, quería saber que había hecho su abuelo ¿Materno? Ni siquiera sabía cómo le pondría a esa parte de su familia.Cerró la puerta del baño, luego sacó la cabeza por la puerta, asegurándose de que nadie se acercaba y buscó los videos. Mordió su labio, buscando algún video por fecha y al parecer todos eran del mismo lugar que fue destruido, pero que en poco tiempo fue construido otro con ayuda del gobierno.*****— Eres idéntico a tu abuelo — eso le hizo fruncir el ceño notablemente — Tú, la misma image
— Vamos grita. Grita como la perra que eres — decía esa voz que reconoció al instante.X. Estaba violando a su chico, a su niño de ojos marrones, a su bebé, a su novio.— ¡Ya déjalo! ¡Lo estás lastimando! — gritó X, mientras intentaba quitar las cuerdas de su brazos y pies.— Oh, mira quien despertó, saluda, Pequeña zorra — dijo, levantando la cabeza de X, que estaba enterrada en las sábanas.— X, ayúdame — susurró con dolor, mientras sentía como una de las embestidas de X que acabó por destrozarlo.— ¡Déjalo, maldito! ¡Lo estás matando! Ya déjalo, házmelo a mí. No a él — dijo, eso último en un pequeño murmullo.— Ya no hace falta, ya termine con él — salió del cuerpo casi inconsciente del menor y se acomodó los pantalones.Levantó la cabeza de X y sacó su pistola, para luego apuntarle en la cabeza.— Tienes que ser feliz sin mí, jamás olvides que te amo — dijo, antes de que una bala cruzará su cráneo.— Muy b
Jean apoyó su cabeza en el asiento del avión, mientras cargaba entre sus brazos a un dormido Owen, Darién había hecho que se desnudara y que se cambiara de ropa porque no podía estar con la asquerosidad que el león le había dado.Cuando salió de casa, no pensó en lo absoluto en Kros, sólo en su hijo que estaba con vida y era lo único que le importaba. Besó su cabecita y dejó su nariz pegada en su cabello, sintiendo unas enormes ganas de llorar porque lo tenía en sus brazos.— No vayas a llorar, Jean — Darién se sentó frente a él con un vaso lleno de Whiskey — Al menos podrías agradecerme que lo tienes ahí contigo.— No lo haré nunca — movió sus brazos para que su hijo siguiera durmiendo — Fuiste la persona que me puso en esta posición.— Pero lo encontré antes de que lo volvieran un esclavo sexual — se encogió de hombros — Ahora seremos una familia feliz y no podrás hacer nada.— Escaparé cuando tenga oportunidad de hacerlo — le dio una