Las cejas de Jean se dispararon hacia arriba al ver por la cocina como todos los esclavos eran castigados con un látigo y como se hacían los fuertes en no querer gritar. Kros estaba en los escalones de la cocina, mirando a todos con los brazos cruzados.
Había pasado apenas dos días y en el momento menos pensado estaban siendo castigados. Buscó en la nevera un helado y se acomodó lo mejor que pudo en la barra de la cocina para mirar a todos. Le tocaba estar nuevamente de enfermero con Luca, pero le encantaba ver como se defendían de los otros humanos para marcar territorio.
Kros le hizo una seña para que se acercara a él, algo que lo asustó porque pensaba que no lo había notado.
— ¿Te diviertes con esto? — preguntó Kros, sin dejar de mirar la fila india que esperaba ser azotado — No estás entre ellos.
— Es la primera vez desde que llegué que no estoy siendo castigado — metió la cuchara en tarro — Pero no me gusta ver a Luca ahí.
— Puedes
Kros apenas tenía tres días de haber nacido cuando sus padres fueron asesinados, cuando fue llevado a un laboratorio desde Egipto hasta Venecia para ser convertido en un conejito de indias al igual que otros niños de diferentes edades.Apenas tenía unos días de haber nacido y su destino estaba podrido de una manera asquerosa. Inyecciones en su cuerpo no tardaron en llegar, su pequeño cuerpo estaba con pequeños puyones que se estaban infectando.Era el segundo recién nacido al cual le iban a inyectar genes de un león, el primero fue un éxito, y también le darían una pequeña gota para que no envejeciera, si funcionaba en ese pequeño recién nacido, estaría todo perfecto para seguir con los otros.Semanas pasaron y el pequeño ya tenía una pequeña cola en su espalda baja, asomándose y su organismo dejó de avanzar de manera a acelerada, deteniendo el tiempo por unos días.El niño no paraba de llorar, siempre estaba buscando el calor de alguien, pero
Jean tomó los utensilios de limpieza y subió al segundo piso en donde para limpiar las habitaciones que le tocaban a Luca. Aun, no podía creer que tenía un amigo después de jurarse asimismo que tener amigos era un enorme problema porque siempre terminan traicionándolos a todos.Kros no estaba en la casa por lo que podía husmear por ahí los videos que éste tenía en su computadora, dejó la habitación de último y luego prosiguió a limpiarla con lentitud, quería saber que había hecho su abuelo ¿Materno? Ni siquiera sabía cómo le pondría a esa parte de su familia.Cerró la puerta del baño, luego sacó la cabeza por la puerta, asegurándose de que nadie se acercaba y buscó los videos. Mordió su labio, buscando algún video por fecha y al parecer todos eran del mismo lugar que fue destruido, pero que en poco tiempo fue construido otro con ayuda del gobierno.*****— Eres idéntico a tu abuelo — eso le hizo fruncir el ceño notablemente — Tú, la misma image
— Vamos grita. Grita como la perra que eres — decía esa voz que reconoció al instante.X. Estaba violando a su chico, a su niño de ojos marrones, a su bebé, a su novio.— ¡Ya déjalo! ¡Lo estás lastimando! — gritó X, mientras intentaba quitar las cuerdas de su brazos y pies.— Oh, mira quien despertó, saluda, Pequeña zorra — dijo, levantando la cabeza de X, que estaba enterrada en las sábanas.— X, ayúdame — susurró con dolor, mientras sentía como una de las embestidas de X que acabó por destrozarlo.— ¡Déjalo, maldito! ¡Lo estás matando! Ya déjalo, házmelo a mí. No a él — dijo, eso último en un pequeño murmullo.— Ya no hace falta, ya termine con él — salió del cuerpo casi inconsciente del menor y se acomodó los pantalones.Levantó la cabeza de X y sacó su pistola, para luego apuntarle en la cabeza.— Tienes que ser feliz sin mí, jamás olvides que te amo — dijo, antes de que una bala cruzará su cráneo.— Muy b
Jean apoyó su cabeza en el asiento del avión, mientras cargaba entre sus brazos a un dormido Owen, Darién había hecho que se desnudara y que se cambiara de ropa porque no podía estar con la asquerosidad que el león le había dado.Cuando salió de casa, no pensó en lo absoluto en Kros, sólo en su hijo que estaba con vida y era lo único que le importaba. Besó su cabecita y dejó su nariz pegada en su cabello, sintiendo unas enormes ganas de llorar porque lo tenía en sus brazos.— No vayas a llorar, Jean — Darién se sentó frente a él con un vaso lleno de Whiskey — Al menos podrías agradecerme que lo tienes ahí contigo.— No lo haré nunca — movió sus brazos para que su hijo siguiera durmiendo — Fuiste la persona que me puso en esta posición.— Pero lo encontré antes de que lo volvieran un esclavo sexual — se encogió de hombros — Ahora seremos una familia feliz y no podrás hacer nada.— Escaparé cuando tenga oportunidad de hacerlo — le dio una
12 de diciembre.El día del famoso campamento había llegado, estaba nervioso. En esos días en los que X no me había molestado de forma sexual fueron los mejores para mí. Aunque, me hacía hacerle una que otra cosa en el aula. Estaba feliz porque al fin podría salir de rutina en la que yo mismo había creado. Estaba más que asustado por otra parte, debido a que a lo mejor no podía estar a solas con mis amigos. Mi cabaña era la más apartada de todas, no sabía porque pero después de ver el rostro de X me di cuenta de que todo había sido obra de él y de nadie más.Ese día me había divertido bastante jugando fútbol con los chicos, habíamos ganado pero como siempre alguien no estaba feliz de haber perdido contra el cerebrito de la escuela. Me hizo un punta pie que prácticamente me hace llorar, como siempre X estaba allí para mí y si no era porque X se había metido lo hubiesen votado al igual que el chico...Jean buscó a su hijo con la mirada en el jardín de l
...Me tomó tan fuerte del cabello y me llevó hacia su cuarto de juegos donde estaba la maldita ropa a la cual había aborrecido desde que la había visto. Me sentía tan sucio sin ni siquiera ser tocado, me había ordenado ponerme ropa interior de mujer con unas horribles orejitas de gato.Después me llevó hacia un pequeño bar que tenía en esa casa, justamente por el camino de la habitación que no podía ser tocado con la única diferencia de que teníamos a caminar unos cuantos metros hacia la izquierda.Me subió a una pequeña tarima donde había un tubo que usaban las bailarinas o mejor dicho Strippers. Había puesto una canción mientras vendaba mis ojos. Bailé para él de forma sensual, con esa cola en mi ano dando un toque provocador. Tenía un terrible presentimiento sobre lo que pasaría esa noche. Mi vida cambiaría.Después de que bailé me hizo hacerle un jodido oral, luego paso lo inevitable, me violó en diferentes posiciones, me hizo sangrar a tal punto
Meses más tarde.Jean se levantó de la cama completamente desnudo y con deseos de quedarse en el baño toda la noche por motivos de que sus deseos de orinar estaban sucediendo cada cinco minutos. El sexo con Darién se había vuelto su rutina diaria por lo que las marcas en su cuerpo no lo sorprendieron en lo absoluto.Se lavó las manos en busca de despejar el sueño que tenía, pero sus hijos estaban en su contra y no podía hacer nada más irse a dormir y fingir que todo estaba bien. Para esas horas de la madrugada. Darién lo abrazó en cuanto se subió a la cama y besó su cabello para seguir durmiendo.El tacto de Darién era uno que buscaba ganarse su confianza con cada cosa que hacía, pero no podía estar con alguien que lo violó un sin número de veces y que ni siquiera podía recordar las veces que se sintió desprotegido por culpa de él.Cerró los ojos durmiéndose nuevamente, hasta que Darién despertara y le llevara el desayuno a la cama como había e
— ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó Jean, sin quitar las manos del león de su cuerpo — ¿Alguien te vio?— Te seguí hasta aquí — pegó su cuerpo al del menor, colocando su barbilla en su cabeza — Nadie me vio — fue respondiendo sus preguntas en orden — Entré por la puerta del servicio y de emergencia.— No me has respondido la razón por la cual estas aquí — murmuró, sintiéndose nervioso — Pensé que te habías ido con Abdel.— Me quedé y esperé el momento exacto en el que salieras de tu casa — respondió como si nada — Abdel se fue porque tenía cosas que hacer en Egipto.— ¿Me puedes soltar? — preguntó, cuando las manos de éste se desplazaron hasta su vientre, y las hormonas comenzaron a jugar con él.— No — Kros puso sus manos sobre su vientre hinchado — ¿Cuántos meses tienes?— Según el médico de Darién, tengo seis meses — puso sus manos sobre las de Kros.— ¿Y según tú?— Puedo dar a luz en cualquier momento — confe