Lo observé completamente extrañada, ¿Cómo que él no había sido quien reinicio aquel mundo, no comprendía nada, tanto así que me pregunte a qué se refería exactamente, no había que ser muy listo para poder ver qué el mundo había reiniciado, justamente como él había dicho, pero entonces observe como a Brihana a sus doce años unas mujeres tres para ser exactas que se hacían llamar las damas de la oscuridad le entregan aquella daga, justamente la causante de la muerte de Elizabeth, como Brihana sonreía y parecía no conocer su antigua vida, como ella parecía de verdad estar viviendo de manera distinta, como sus celos por estar enamorada de Vincent y este estaba completamente enamorada de esta Elizabeth le afectaban, como parecía salir del templo para ir tras Vincent, mientras este parecía no estar dispuesto a tener nada con ella, la verdad es que no comprendía nada, la verdad es que estaba completamente confundida.—Explícame esto, por favor solo dime que está pasando en realidad, no entie
—¿Qué bueno verte de nuevo Elizabeth, querida? Hemos visto estas imágenes infinidades de veces, en cada muerte, haces que vuelva a mostrar tus vidas pasadas, haces que yo sea quien te guie de nuevo tu nacimiento…--observe al dios y negué con la cabeza, negué llena de dolor, llena de furia —No volveré a nacer, ni en este mundo ni en el otro, no lo haré, no estoy dispuesta a volver a ese jueguito tuyo, ya no lo estoy…-- hablé en un tono fuerte y completamente decidido, en lo que el dios del sol asintió y se mostró como quien le causaba un terrible aburrimiento esta conversación. —Entonces, ¿Qué es lo que deseas Elizabeth? ¿Qué quieres que te dé a cambio de tu dolor?—aquella pregunta, aquella que era justamente la que estaba buscando, él me había hecho sufrir innumerables veces, él me había hecho sentir lastimada y vivir las peores cosas del mundo todo porque según él debía cuidar el mundo, por qué era la elegida por él para dar un mundo de luz, bien, pues ya era hora de cóbrale todo a
Mi pecho dolía, dolía tanto que estaba mareada, en lo que observe como él estaba frente a mí, o mejor dicho estaba encima de mí, ya que yo me encontraba acostada en una cama en improvisada, mientras sentía que cada músculo de mi cuerpo pesaba, como cada respirar era pesado y como mi cabeza se sentía a punto de estallar, por lo que observe sus ojos dorados y note su mirada preocupada llena de preguntas y sorpresa, mientras yo solo quería levantarme y decirle que necesitaba varios días de descanso y más que todo saber por qué estaba allí, por qué no se había movido de encima de mí y más importante aún como había llegado a aquí, se suponía que él estaba en las manos de Brihana, se suponía que era su títere, pero cuando estaba a punto de hablar el paso su mano por mi rostro al parecer quería constatar que era yo, me observaba de arriba a abajo y observa mi pecho.Para después tomar mi rostro y acercar su rostro al mío, la verdad era que no comprendía que le ocurría la verdad era que estab
Observe a Fergus y Duncan quienes estaba a mi lado la atención era palpable, yo los comprendía, la verdad es que no podía culparlos, yo había sido manejada por los dones o más bien por aquello que le robo a mi hija en vidas pasadas cuando le quito la vida a aquella pobre niña, ella había usado no solo aquello, ella tenía una habilidad para la magia oscura digna de sorprenderse, digan de alagar, pero no era de menos, ella había obtenido aquel conocimiento con base en vidas vividas donde al parecer se había encargado de atormentar a Elizabeth y utilizarme a mí no más que como un maldito tonto que logro hacer que Elizabeth muriera incluso a mis manos más de una maldita vez, di otro de los miles de suspiros que había dado en lo que note que los chicos hacían lo mismo mientras observamos hacia la distancia donde Elizabeth se encontraba hablando con su hermano, Johana y su madre, mientras Darvin quien se había encargado de cuidar de William no pareció depuesto a despegarse de su ama.—Enton
Observe a Fergus y Duncan quienes estaba a mi lado la atención era palpable, yo los comprendía, la verdad es que no podía culparlos, yo había sido manejada por los dones o más bien por aquello que le robo a mi hija en vidas pasadas cuando le quito la vida a aquella pobre niña, ella había usado no solo aquello, ella tenía una habilidad para la magia oscura digna de sorprenderse, digan de alagar, pero no era de menos, ella había obtenido aquel conocimiento con base en vidas vividas donde al parecer se había encargado de atormentar a Elizabeth y utilizarme a mí no más que como un maldito tonto que logro hacer que Elizabeth muriera incluso a mis manos más de una maldita vez, di otro de los miles de suspiros que había dado en lo que note que los chicos hacían lo mismo mientras observamos hacia la distancia donde Elizabeth se encontraba hablando con su hermano, Johana y su madre, mientras Darvin quien se había encargado de cuidar de William no pareció depuesto a despegarse de su ama.—Enton
Esto no podía ser real, esto no podía estar pasándome, la vida no era una serie de eventos que solo nos hacía cada día poder entender las circunstancias y adorar los momentos siempre de mejor manera, era algo así como aprovecha tu vida, vívela al máximo, pues nunca sabes cuándo acabaría, algo así era lo que me poseía por completo, mi esposo quien había dejado dormido a mi lado haces unos segundo según mi loca cabeza debía estar completamente dormido, mientras yo estaba segura de que me encontraba igual, la única diferencia era el hombre que ahora estaba sentado frente a él no, ¿cuál hombre?Debía tener un poco de respeto, aquel se trataba del dios del sol, aquel que me observo con sus hermosos ojos y me dio una medio sonrisa, mientras parecía querer invitarme a sentarme cerca de él en aquel instante, creía que no lo volvería a ver, estaba completamente segura que aquel encuentro mientras estaba parcialmente muerta era más que suficiente para que dejar todo claro, pero al parecer había
Me hubiese gustado decir que mis sueños fueron profundos y al despertar estaban llenos de armonía y felicidad, pero como siempre a la mierda todo, no podía creerlo ahora mismo todo se había ido al trasto, las campanas no dejaban de sonar, Vincent quien había estado resguardándome con su calor se había alejado con tanta prisa que la manera tan brusca de levantarse había logrado despertarme de inmediato, aquello fue horrible tanto así que yo me desperté y de un brinco me levante de la cama, en lo que notaba como lleno de afán se vestía de manera apresurada y portaba una bella armadura de color dorado que no tenía ni puta idea que tenía cerca.—¿De dónde? ¿Es del templo? —los ojos azules de mi hermoso esposo se dirigieron a los míos, en lo que pude notar como este bajaba su mirada y escaneaba aquello que ahora portaba y asentía con la cabeza como si hasta ahora pudiera notar que no llevaba la emblemática armadura del ducado Maquelssym, sino más bien una armadura santa.—Así es… Cuando es
—Señorita… Perdón… Mi señora… Pero… ¿Qué ocurre? ¿Qué hace ahí? Levente mi cabeza y observé a Anya, la verdad es que había olvidado por completo cuanto llego aquí en esta posición, como es que me había quedado completamente inmersa en mis pensamientos, en lo que observe como Vincent se había marchado lejos, pero sabía que no había tiempo para ella, yo lo sabía perfectamente, tenía tantos planes, tenía tantas cosas por hacer, pero la verdad es que solo estaba aquí llorando, lamentándome por el hecho de que posiblemente no lo volvería a ver, que mi esposo, aquel hermoso guerrero que fue a ayudar a los demás se despidió de mí con una prosa que posiblemente nunca podrá cumplir al igual a las que yo le había llegado a hacer, pero ahora no era el momento, solo me levante del suelo y di un largo suspiro mientras la mirada llena de preocupación de Anya como de costumbre estaba a la orden del día.—No me mires de esa forma… ¿Qué te ocurre? —de nuevo aquella mirada, ella no solo parecía preocup