Él no paraba de mírame, era nuestro primer evento en público después de la boda, no negaré que estaba nerviosa por la situación, pero estaba más nerviosa por el hecho de que este hombre no paraba de mirarme, no dejaba de verme como si quisiera decirme algo, mientras yo parecía estar cada vez más nerviosa porque no sabía que era aquello que lo tenía tan inquieto, solo rogaba que no fuera decirme que aceptara el trato del templo que escuchara a la emperatriz y a al emperador, pues la verdad es que no tengo la suficiente capacidad mental para poder soportar algo como eso la verdad es que no tengo la madures suficiente para asimilar todo de la nada y solo asentir con la cabeza, mientras yo querría solo darle un puñetazo en la cara por ser no más que un imbécil Sé que tal vez estoy siendo demasiado dramática o tal vez me estoy ahogado en un vaso de agua, que estoy creando una tormenta de la nada, pero seamos realista no es tan fatal como todos piensan, yo estoy luchando no solo con el hec
Ahí estaba brihana, aquella que al vernos hizo una reverencia, mientras su vestido blanco con detalles dorados que la hacían verse no más que como una diosa que había tocado la tierra la hacía ver aún mucho mejor, en lo que su cabello dorado se mostraba en todo su esplendor y la hacía ver aún más angelical, todo lo contrario a mí, quien tenía un vestido rojo, uno que era cortesía de mi esposo y mi cabello del mismo color predominaba en todo el lugar, sin duda alguna era la muestra magnánima de la rebeldía, de todo lo que odiaba la emperatriz, mientras Brihana era todo lo que seguramente ella quería desesperadamente, lo que todos querían desesperadamente para el Duque, mi esposo, aquel que no soltaría por nada del mundo, por lo que cuando estamos cerca de ella me aferre aún a sus brazos y entrelace mi brazo con el suyo.Ganándome su mirada coqueta y su sonrisa divertida, parecía que a él le gustaba aquel gesto, parecía ser que estaba fascinado con aquello, tanto así que cuando mi mirad
—Esa es una herejía, un total cato de desfachatez su majestad, lo que usted hace, lo que usted hace…—Por favor su santidad, debe tranquilizarse, por favor…—Quería reír a carcajadas, la verdad es que me parecía esta escena de lo más advertida, sobre todo porque podía notar que ella no estaba del todo contenta, peor solo se mostraba como si fuese una pequeña flor, carajo no sé por qué la odio tanto, pero de verdad me gusta esto de molestarla, tal vez eso de que somos enemigas naturales sea verdad, no importa si mi alma es otra, esta mujer me cae al hígado, de verdad no me agrada para nada. —No lo entiendes mi santa, usted deseaba ese lugar es nuestro por derecho no pueden simplemente entregarlo sin más no pueden entregárselo a una mujer que no es más que una chica mal portada que ha sido nombrada una rebelde, cree que por ayudar en la guerra con aquellos dispositivos de la oscuridad ¿tiene alguna gratitud del templo? Claro que no, no lo permitiremos nosotros…—Tenga mucho cuidado su s
El jardín del palacio, siempre ha sido algo que yo puedo decir que es digno de admirar, no hay menor duda que aquí invierten un gran dinero en estos jardines, tal cual como lo hacen en la casa del Duque, en la historia original del libro que por cierto está dedicado a Elizabeth con el nombre de la Villana no quiere morir, habla mucho de estos jardines de lo pintorescos que eran y la dedicación que tenían, pero es más que todo por su historia, aquellos jardines se pueden decir que son una manera de recordar al anterior Duque Maquelssy, el padre de mi esposo, aquel que enamoro a su esposa con miles de cosas y creando los jardines más hermosos debido a que esta solía deleitarse con su belleza y que mejor belleza que las rosas hechas con magia que no importaban la estación, aquellos solían mostrase relucientes sin importar nada más.Yo siempre he admirado aquellos, el jardín de los Sandrimgam era hermoso en primavera, pero seguían igual en las otras estaciones, por lo menos como lo es el
—¿Qué está ocurrido? Mi santa, ¿se encuentra bien? Por favor dígame que se encuentra bien.—Observe como el hombre altanero llegaba junto a Brihana, mientras que los demás se colocaban a nuestro alrededor, pero yo tenía a alguien más cubriéndome, aquel era Vincent, quien tenía sus ojos dorados y parecía estar bastante irritado. Sin duda alguna no quería que nadie más se acercara a mí por lo que sin más me ayudo a levantar, mientras que aquel hombre levantaba Brihana y me observaba de manera horrible, sin duda alguna a Vincent no le iba a agradar mucho, pero si permitiría que matara a todos los sacerdotes, este patético dios de aquí no tendrá quien lo adore, se podría decir que aquello era malo, por así decirlo, no me importa mucho que digamos, más cuando los chicos llegaron y Johana sin importarle nada más corrió hacia mí y hablo llena de preocupación, pues a pesar de que las heridas estaban curadas la sangre seguía allí mostrándose ante todos. —Eli… Eli… Por el dios del sol ¿estás b
—Mire nada más lo que ha hecho Duque, su brazo no cura, no lo hace…—Salí de mis pensamientos y de la mirada perdida en dirección al lugar por donde había salido mi esposa y observe al hombre frente a mí, este estúpido sacerdote estaba en búsqueda de que lo asesinara, estaba tan necesitado al perecer de que yo me encargara de él, que me hace preguntarme que tan difícil puede ser asesinarlo, sin duda alguna no habría sin ningún tipo de problema.No, no puedo hacerlo Elizabeth en su mirada vi todo aquello que está atormentándome, ella estaba aterrada por lo que había hecho, ella parecía de verdad muy mal, sabía que mentía al inicio, sabía que ella solo estaba haciendo aquello para dejar en una mala posición a la santa y estaba más que satisfecho con hacerlo, estaba más que encantado en ayudarla a destruir a esa maldita santa, de una buena vez, dejar en claro que mi esposa estaba por encima de todo y que no iba a permitir que nadie se atreviera a tocarla o pensar que esa maldita mujer que
En mi vida he tenido momentos incómodos, momentos difíciles e incluso momentos que parecen ser complicados, pero este, este no sabía cómo poder calificarlo, estábamos solos, en este gran salón, mientras él me observaba fijamente sin decir una sola palabra, al parecer esperando una explicación de mi parte, al parecer esperando que yo por fin abriera mi boca y explicara de qué carajos se trataba todo aquello, porque carajos yo seguía usándolo sin siquiera pensar si me iría bien o no la verdad es que sigo haciendo apuestas a siegas cuando se tratan de Vincent, sigo haciendo estupideces, nadie me asegura que seré indispensable para él, que seré tan importante como para ponerme por encima de todo, que él me elegirá a mí siempre.Había una gran posibilidad de que me dejase de lado, que simplemente me mandara al diablo y siguiese con la historia original, carajo ¿Cuántas veces pienso esa palabra? Creo que puedo llegar a ser un fastidio completo, pero, ¿Cómo no pensar en ello? Estoy segura de
No me lo creo, simplemente no me lo creo, observo más que sorprendida al hombre que tengo frente a mí y me pregunto si es algún tipo de broma, algún tipo no es mentira o algo así, pero no es así yo lo sé, por eso luego de observar su cabello platinado y ojos azules, observo al rubio que está a mi lado y lo observa con una mirada inquisitiva, esto es lago incómodo, no se confundan, muchos creen que de verdad Duncan es mi amante, pero no es así, no soy tan valiente como para hacer eso, más cuando tengo un esposo como el que tengo, pero si me siento incómoda por el hecho de que estos ahora se observan el uno al otro como si estuviesen en una guerra en bandos opuestos y yo estuviese en el medio no más que como una tonta que no sabe cómo actuar. Por esa razón hice un pequeño ruido con la garganta, pero todo seguía igual ellos parecían estar retándose, parecían estar a punto de enloquecerme, en consecuencia estaba en la tienda de rubíes, aquí había de todo lo que las personas pueden imagin