—Lo que pasó antes, si tú no lo dices, yo no lo digo, tranquila nadie lo sabrá.—No te preocupes, seguro que conseguirás un novio.Sofía no respondió, lo que me hizo sentir muy incómodo.—Entonces, mejor date una ducha, yo me voy a quedar en la habitación un buen rato.—Cuando termines, avísame, quiero ir al baño.Dicho esto, me dirigí con rapidez a mi habitación.Pensé: ¿Qué clase de situación era esta? Al principio, estaba viviendo tranquilo aquí solo, pero de repente apareció una mujer, y ahora hasta tenía que esperar a que terminara de usar el baño.No sabía qué me pasaba, pero de repente la imagen de Sofía, tan joven y preciosa, apareció en mis recuerdos de manera involuntaria.Así que esa era la fascinación de las chicas jóvenes.¡Tan jóvenes! ¡Tan delicadas e inocentes!No era de extrañar que a muchos hombres mayores les gustaran las chicas jóvenes.Solo el colágeno que tienen las chicas jóvenes es algo que muchas mujeres mayores no pueden igualar.Pensando en eso, me sentí abru
El resultado, por desgracia, no pudo ser peor: justo cuando llegué a la sala de estar, Sofía también salió de su habitación.Y no solo eso, sino que encendió apresurada la luz del salón.Ahí estaba yo, como Dios me trajo al mundo, expuesto sin la más mínima protección, como un pez fuera del agua.Sofía se quedó petrificada, mirándome con los ojos bien abiertos, claramente sin esperarse encontrarme en semejante situación. Su expresión reflejaba una mezcla toxica de incredulidad y vergüenza.Pero lo peor de todo es que sus ojos se quedaron petrificados en mis genitales, como si estuvieran atrapados en una especie de trance, incapaces de apartarse de allí.Cuando por fin reaccioné, me cubrí asustado con las manos y, con la cara ardiendo de vergüenza, balbuceé una disculpa:—Lo siento… pensaba que estabas dormida…Pero en cuanto lo dije, me di cuenta de lo estúpida que sonaba mi explicación.No tenía sentido alguno seguir hablando, así que, sin decir nada más, salí corriendo hacia el baño,
José era, sin duda alguna, una de las personas a las que Eric más quería ganarse.Lo que Eric jamás imaginaba era que todas sus infidelidades y movimientos habían sido detectados nada menos que por su suegro.En el fondo, me alegraba por Luna. Menos mal que se había divorciado de él a tiempo, librándose de ese miserable desgraciado. De lo contrario, ahora la que estaría sufriendo sería ella.Era la primera vez que visitaba la empresa de Eric y, para mi sorpresa, esta tenía un tamaño bastante considerable.Su empresa se especializaba en decoración y remodelaciones, y al parecer contaba con un personal de planta que oscilaba entre treinta y cuarenta empleados.Estacioné mi auto en un rincón apartado y me quedé observando a distancia.Esperé bastante rato, pero Eric no apareció por ahí. En su lugar, vi salir a su actual esposa, Isabel.Isabel no era una mujer que llamara la atención a simple vista. No podía decirse que fuera interesante, pero, en a propio estilo, tenía su atractivo.Camin
Escuchar las palabras de Elara me dejó sin palabras.Hasta ese momento, solo había pensado en exponer a Eric, en darle un escarmiento por su infidelidad. Pero nunca se me había ocurrido considerar todas las implicaciones que eso podía traer.En definitiva, todavía me faltaba una vasta experiencia en este tipo de asuntos.De inmediato, le respondí a Elara con un tono serio:—Esta vez me quedó claro. Te aseguro que no volveré a actuar de manera impulsiva.—Bien. Lo importante es que aprendas de esto —dijo ella con tranquilidad:— Ahora sigue vigilando a tu objetivo y trata de recopilar más pruebas. Cuantas más tengamos, mejor.No pude evitar en ese momento sentirme confundido.—Pero si ya tomé las fotos, ¿acaso no eran suficientes?Elara soltó una leve risa.—Las fotos que tienes no demuestran nada. Si Eric decide defenderse con un buen abogado, pueden encontrar mil formas de argumentar que esas imágenes no prueban nada en su contra.—Lo que necesitas ahora es una cadena de pruebas sólida
—Está bien.Después de dar todas las instrucciones a Kiros, al fin me sentí un poco más tranquilo.Sin mencionar otras cosas más, Kiros era bastante hábil cuando se trataba de pelear.En cuanto a Eric, mi plan era obtener una cadena de pruebas completa y contundente lo antes posible para poder regresar a menor brevedad a la clínica.Aquilino siempre ha sido amable con nosotros, y ahora que tenía problemas, no podía hacer mucho por él, así que solo quiero asegurarme de que su clínica esté bien cuidada.Me encontré afuera de la empresa de Eric y estuve esperando por un largo tiempo, pero no logré obtener ninguna información útil.Además, la enfermera ya se había ido, y ahora Eric había vuelto a su imagen de buen esposo.Me sentí bastante impaciente.Pero dado que estaba trabajando en ello, tenía que hacerlo bien.Siempre he sido así cuando hago las cosas.Esperé hasta la tarde, y por fin, el auto de Eric salió de la empresa.Sin embargo, no iba en dirección al hospital, sino que se dirig
Eric cauteloso dijo: —Eso no es cierto. Aunque mi exesposa sea muy guapa, no se compara contigo.—Tú eres tan joven y tienes un cuerpo espectacular. Tienes tanto juventud por todo tu cuerpo, con tan solo mirarte y ya te de deseo.Para mis adentros la maldije a Eric por ser tan despreciable.La enfermera pequeña también parecía ser una experta; al menos era más hábil que esa tal Alaia.De forma seductora se recostó sobre Eric pareciendo una niña pequeña buscando consuelo: —Sé que te atrae mi belleza, esa también es mi ventaja.—Soy joven y bonita, tengo un espectacular cuerpo, además soy buena en la cama. No puedes dejarme escapar.—Serias un bobaso si lo hicieras, seguro que lo lamentarías.A Eric le encantaba este tipo de mujeres audaces y seductoras. Sonrió despreocupado y dijo: —Me encantan las mujeres como tú... Ven, vamos a hacer otro juego de roles.La verdad es que se estaban comportando de una manera descarada y lasciva, aunque su —desempeño— la verdad no era la gran cosa. No i
Este tipo podía hacer algo así, lo que indicaba que debía estar pasando por serios problemas financieros. Yo había decidido tentarlo de esta manera, con la única esperanza de que cayera en la trampa.Como lo esperaba, el tipo pensó por un momento y luego aceptó mi propuesta sin dudarlo dos veces.—Está bien, iré contigo adentro, pero al menos quiero esa cantidad.Extendió con descaro tres dedos hacia mí.Siguió sonriendo mientras respondía: —Sin problema alguno, vamos primero adentro.Mientras caminaba tranquilo con el tipo hacia la clínica, le hice una señal a Kiros para que empezara a dispersar a la multitud.Con esto, el asunto llegaba a su fin; al menos, eso esperaba. Si todo se quedaba en una simple escena, no pasaría de ser un pequeño escándalo.Pero si la situación llegaba a intensificarse, sin duda alguna afectaría la reputación de la clínica.Llevé al tipo sin desviarnos a la zona de oficinas.El hombre se mostró algo cauteloso, miró cuidadoso a su alrededor y, al ver que no h
Sanación Ósea era un lugar que conocía bien se trataba de una clínica ortopédica especializada en el tratamiento de lesiones y fracturas.El dueño era Tarek Rejón, un hombre regordete con el que ya me había cruzado en varias ocasiones.Lo que nunca imaginé es que él estaría interesado en perjudicar al Hospital San Rafael.—Ya te dije todo lo que tenía que decir, ¿y sobre la compensación que mencionaste, cuándo me la vas a dar?Ese tipo todavía tenía el descaro de pedirme una compensación. La verdad me daba ganas de darle una bofetada.—Nuestro jefe acaba de tener problemas, y tú vienes a difamar al Hospital San Rafael, ¿y ahora tienes la desfachatez de pedirme una compensación?Cuando vio que me estaba acercando para golpearlo, se asustó tanto que salió corriendo despavorido.Mario me miró asombrado y me preguntó: —Óscar, ¿deberíamos ir a la clínica de Tarek a buscarlo para aclarar las cosas?—Si no tenemos pruebas, no tiene sentido alguno. Seguro que no va a admitirlo.Mario respondió