Capitulo485
La muchacha, mientras hablaba, de repente se lanzó a los brazos de Mario y lo abrazó con fuerza.

Mario, por su parte, lució un poco confundido, pero en sus ojos se reflejó claramente una expresión de satisfacción.

En cuanto a los asuntos entre hombres y mujeres, tengo suficiente experiencia para darme cuenta de que Mario claramente tenía una debilidad por esa chica.

Sin embargo, él era un hombre casado, así que no podía simplemente dejarse llevar por el momento.

—No te preocupes, no es nada, lo haría por cualquiera. Si alguna vez necesitas algo, no dudes en buscarme—, dijo Mario, mientras sus manos, de forma involuntaria, acorralaban a la chica, lo cual confirmaba aún más lo que yo había presentido

Enrique, al ver esta escena, se levantó furioso: —¡Suéltala! ¡Es mi mujer, no tienes derecho alguno a tocarla!

Enrique se lanzó de nuevo hacia Mario, con intenciones claras de golpearlo.

Yo traté de detener a Enrique, interponiéndome entre los dos.

Pero él, gritando hacia mí, me desafió: —¿A
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