Capitulo389
Viviana parpadeaba con sus grandes ojos brillantes, proyectando una falsa inocencia que no tenía nada que ver con la realidad.

Sin embargo, sus palabras me dejaron completamente desconcertado. Pensé: —¿Esta mujer está loca o qué? ¿Por qué siempre hace preguntas tan absurdas y complicadas?

Estaba convencido de que solo quería provocarme otra vez, así que respondí con gran impaciencia:

—Soy masajista, no un trabajador sexual masculino. Por favor, deja de hacerme este tipo de preguntas tan ridículas.

—¡Bah! Lo de ser masajista es solo una fachada. Ni siquiera eres un verdadero ciego.

Me di cuenta de que no tenía sentido alguno discutir con ella. Pero quedarnos ahí sentados sin hacer nada tampoco tenía sentido y solo aumentaba aún más mi frustración.

La miré directamente y, con un tono seguro, le dije:

—¿Vas a querer un masaje o no? Si no lo quieres, por favor sal de aquí y deja de hacerme perder el tiempo. Hay otros clientes que sí necesitan mi atención.

Viviana arqueó una ceja, como si e
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP