—Señor, este chico es sospechoso, ¡deja que yo me ocupe de él!— dijo uno de los subordinados de Julián detrás de él, ofreciéndose voluntariamente.

Este subordinado era un hombre de mediana edad, con destellos de inteligencia en sus ojos. Su presencia era contundente pero reservada, y se podía ver de inmediato que era un personaje formidable.

—Bien, lo dejo en tus manos. ¡Yo me ocuparé de Lucía!— asintió Julián, dirigiéndose directamente hacia Lucía.

—¡Chico, prepárate para morir!— el hombre de mediana edad resopló fríamente, desatando su poder y lanzando un feroz zarpazo hacia Christian.

—¡Gran maestro!— Christian cambió su expresión repentinamente.

Anteriormente, rara vez se había encontrado con expertos en gran maestro en Ciudad Baja, pero no esperaba encontrarse uno tras otro en Valencia.

¡Su suerte realmente era pésima!

Por supuesto, él no sabía que Julián ya había obtenido información de Víctor de que Christian tenía un talento destacado. Para prevenir cualquier contratiempo, Juli