Gonzalo, a pesar de su edad, logró hacerlo, lo cual lo convierte en el líder indiscutible de la joven generación de Valencia. Incluso el señor Ramos, quien ha presenciado muchas situaciones difíciles en el pasado, no pudo evitar emocionarse y sentirse orgulloso de su nieto.

—Ángel, te lo advertí antes. Acabo de alcanzar el rango de gran maestro en mi cultivación y aún no puedo controlar completamente mi poder. Lamentablemente, fui demasiado fuerte esta vez y te lastimé. Por favor, no me culpes—dijo Gonzalo mientras dirigía su mirada hacia Ángel, disculpándose con una sonrisa apenada.

—Tú...— el rostro de Ángel lucía desagradable, pero no tenía argumentos para refutar. Después de todo, fue él quien propuso el desafío y Gonzalo lo había advertido previamente. Aunque se sintiera amargado, no tenía más opción que aguantarse y tragar su disgusto.

—Gonzalo, no tienes que fingir—dijo Jaime enojado. —Si tu cultivación ya alcanzó el nivel de gran maestro, podrías haber demostrado tu fuerza simp