Christian, al escuchar esto, se sorprendió. Aunque había anticipado que comprar públicamente la Perla del Espíritu Puro podría atraer la atención de los demás, no esperaba que la reacción de Amalio fuera tan rápida y que se entrometiera de esa manera. Esto fue algo que superó sus expectativas.

—Amalio, ¿qué estás insinuando? —Christian expresó su descontento—. Ya compré esta perla de noche, ¿aumentar el precio de esta manera no es un poco excesivo?

—¿Y qué si la compraste? Todavía no se ha pagado. Además, estamos en una subasta; el que ofrezca más se la lleva. Mi oferta no es asunto tuyo —respondió Amalio con frialdad, esbozando una sonrisa irónica.

La expresión de Christian se tornó airada. Desde el principio, Amalio había estado en su contra, y ahora estaba compitiendo con él. Esto era realmente intolerable. Pero no era el momento de discutir con Amalio; primero debía encontrar la forma de obtener la Perla del Espíritu Puro.

—Señor, ofrezco cien millones por esta perla de noche. ¿La