—Tu nivel de cultivación actual es solo el pico de gran maestro, estás muy lejos de Fernando. Incluso si vas a la familia López a rescatar a Carmen, sería en vano y te llevaría a la muerte—le dijo Daniel apresuradamente, tratando de persuadirlo.

—Sinceramente, creo que sería mejor que te quedes en casa y cuides a Marta. Deja que la familia Benítez se encargue de rescatar a Andrea y Carmen—continuó Daniel. Sabía que las habilidades médicas de Christian eran asombrosas y que podría sanar las heridas de Marta con facilidad. En cuanto a rescatar a Carmen, parecía una misión imposible.

—¡No puedo hacer eso!—exclamó Christian con urgencia. Sin detenerse un momento, se apresuró hacia afuera como el viento, desapareciendo en un abrir y cerrar de ojos.

—¡Christian, escúchame primero!—Daniel intentó gritar algunas palabras de advertencia tras la partida de Christian, pero era demasiado tarde. Christian ya se había marchado.

—Christian, espera, Alejandro ya ha informado a la familia Benítez. Segu