Después de enviar a volar a Valenciano con un solo movimiento, Christian, preocupado por la seguridad de Carmen y Andrea, avanzó rápidamente hacia adelante. Se posicionó frente a la cama y, con un rápido movimiento, levantó a Carmen y Andrea cada una de un brazo.

—Están bien.

Al ver que solo el brazo de Carmen había sido rasgado y que no había sido dañada, Christian finalmente sintió alivio. Luego, utilizando su energía verdadera, cortó las cuerdas que ataban a Carmen y Andrea, y liberó sus cultivaciones que habían sido selladas.

—¡Christian, realmente has venido!

—¡Qué alivio!

Una vez libre, Carmen se arrojó emocionada en los brazos de Christian, llorando de alegría. Andrea también estaba emocionada, observando fijamente a Christian, sintiendo una alegría de haber sobrevivido a una calamidad.

Originalmente, pensó que ella y Carmen seguramente habrían sido víctimas de las malas acciones de Valenciano en esta ocasión. Pero nunca habría imaginado que Christian aparecería milagrosamente e