Marta escupió una gran cantidad de sangre, su cuerpo fue arrojado varios metros como una cometa deshilachada, luego chocó fuertemente contra la pared trasera y cayó al suelo.

Pero eso no fue todo.

Valenciano había puesto todo su enojo en ese golpe y sus órganos internos sufrieron daños instantáneos. Marta quedó tendida en el suelo, al borde de la vida, con su vida escapándose rápidamente.

—¡Marta!

Viendo esta escena, los ojos de Carmen se llenaron de lágrimas de furia. Sin pensarlo dos veces, mordió con fuerza la parte posterior de la mano de Valenciano y arrancó un pedazo de carne.

Valenciano sintió un dolor agudo, como si hubiera sido electrocutado. Inmediatamente soltó el delicado cuello blanco de Carmen.

—¡Maldita!

—¡Te mataré!

El dolor distorsionó la cara de Valenciano. Luego, con un movimiento rápido de su mano, abofeteó fuertemente la mejilla de Carmen, haciéndola caer al suelo de inmediato.

Luego levantó la mano y la dirigió hacia la cabeza de Carmen, deseando aplastarla de un