DESPERTAR

Capítulo 1

Leonardo ve sobre su cama la ropa que su madre coloco, es el mismo traje que uso hace años, lo reconoce porque su madre paso días confeccionándolo para el.

El Alfa se encerró en el baño, se miro en el espejo, se veía más joven, la cicatriz en la frente después de caerse del caballo hace un par de meses no estaba.

Tenía miedo, no entendía si estaba en el limbo, quizás la diosa de la muerte le estaba jugando una mala pasada.

Agarro la navaja con la que se cortaba la barba e hizo un corte en su brazo, sangro, todo esto era real.

Tomo un poco de aire ¿Qué debía hacer? No podía fingir que nada pasaba, era imposible no sentirse perdido.

Decidió salir de su habitación, la servidumbre corría de un lado a otro, todo por la fiesta de la noche, Pero el se quedó anonadado en la decoración de la casa, cuando Valeria fue nombrada su Luna, la nueva reina de la manada había cambiado todo, Pero ahora podía ver de nuevo la casa que su madre cuido, los detalles que vio desde que era niño, era verdad, estaba en el pasado.

—¡Hola hermano! Listo para hoy

Leonardo escucho aquella voz que se acercó a él por la espalda, Víctor, el maldito que lo mató, su propio hermano.

Lleno de una ira asesina, le dio un fuerte golpe en la cara y se abalanzó contra el.

La servidumbre tuvo que separarlos, todos los miraban incrédulos, siempre los dos hermanos habían sido muy unidos.

—¡¿Qué te pasa Leonardo?! —Marissa entro corriendo para ayudar a Víctor que estaba en el suelo.

Valeria, su prometida se acercó a él para tomarlo del rostro e intentar calmarlo Pero Leonardo le da un empujón que la hace caer al suelo

—¡No me toques! —Exclamo lleno de furia.

Marissa se levanto y le dio una cachetada para controlar a Leonardo, el Alfa salió corriendo de nuevo a su habitación.

¿Qué estaba pasando? ¿Qué debía hacer?

Es verdad, estaba dos años atrás de su tragedia, se miro en el espejo, no podía ser el de antes, el lobo bueno que daba la vida por sus seres queridos, la diosa Luna le había dado la oportunidad de regresar, Pero su corazón si se había muerto.

Quería venganza, hacerles pagar a quienes lo traicionaron.

Bajo con una actitud imponente, Marissa le pidió que le diera una disculpa y explicación a su hermano sobre su ataque

—Soy el Alfa, no tengo que darle explicaciones a nadie —su respuesta fue altanera y grosera.

Decidió caminar por la manada, y solo pudo pensar en una persona, Lucia, la última imagen que vio, y la más desgarradora.

Lucia Nyles había sido su novia, su Luna destinada, ella es quien debió ser su esposa.

Pero Valeria, la prima de Lucia se le había atravesado en el camino, lo sedujo con tal habilidad que empezó a obsesionarse con ella.

El deseo que le vendía Valeria estaba lejos de la ternura de Lucía, terminó su relación, algo de lo que nunca se arrepintió hasta ahora.

Lucia se quedó sola, sus padres habían muerto en un accidente, sus tíos la sacaron de casa pues la veían como una enemiga para su hija, la manada la desprecio por ser rechazada del Alfa, llegando a inventar que no era "pura".

Leonardo nunca la busco, la dejo a la deriva, ella vivía en una vieja cabaña alejada de la manada como una granjera.

Llegó hasta ese lugar, era sucio, frío y oscuro, no podía entender como Lucia había podido soportar esto viniendo de una buena familia.

—¡¿Que haces aquí?! ¡Lárgate! —la loba abrió los ojos llenos de rabia y con una manguera con la que regaba sus plantas empezó a mojar al Alfa.

—¡Déjame hablar! —Leonardo grita intentando cubrir su cara con sus manos.

—Los dos no tenemos nada que hablar ¡Te odio!

Leonardo se acercó a ella, agarro sus brazos y le hizo soltar la manguera, estaban frente a frente de nuevo.

El no podía cree que fuese ella, su corazón latio rápidamente, Lucia estaba demacrada, sumamente delgada, sucia, sus ojos no tenían el brillo de antes. 

En teoría hace dos años no la veía, la culpa lo hizo nunca buscarla.

—Calmate.

—¿Me vas a golpear? Creeme ya nada me dolería más.

—Queria saber cómo estabas, no nos hemos visto en años... Perdón en semanas.

Lucia se soltó del agarre del lobo, abrió la puerta de su modesta casa 

—Bien, no necesito tu caridad, si quieres limpiar tu alma ve a otro lugar.

La loba cerró la puerta con fuerza en la cara del Alfa.

Leonardo sintió un horrible dolor en su pecho, derramó un par de lágrimas, algo que nunca antes había hecho, ¿Que hizo? ¿En qué momento se dejó cegar por Valeria?

Regreso a la manada, Valeria lo esperaba

—¿Por qué vienes mojado?

—¿Que haces aquí? No quiero hablar contigo.

Leonard sube a su habitación, se quita la ropa, Valeria su prometida sube tras el.

—Estas muy extraño, solo quiero confirmar que mi amor por ti es intacto, además recordarte nuestro trato.

Valeria abrazo la espalda del Alfa y beso la línea de la columna mientras su mano rozaba la parte de adelante, incitandolo.

El trato lo había cegado de deseo, Valeria le dijo que sería solo suya, su virtud le pertenecía, solo si, se casaba con ella.

Leonard nego con la cabeza, no podía creer que esto lo había alejado de Lucia, era un débil, agarro la mano de Valeria y la alejó.

—Tengo que bañarme, vete

—¿Dónde estabas?

—Con Lucia 

La cara de Valeria se transformó, la loba odiaba a su prima, siempre la había envidiado, y su mayor felicidad era saber que le había ganado la batalla quitándole todo, era algo que la hacía sentir superior.

—¡Ella es una desterrada! Espero que no caigas en sus manipulaciones, es una suripanta.

—Y si lo hago ¿que?

Leonardo saco a empujones a Valeria de su habitación, al cerrar la puerta sonrió, quizás había llegado el momento de rectificar el camino, Pero también de vengarse de Valeria.

Se baño rápidamente y regreso a la cabaña de Lucia

—Ya te dije no te quiero ver —es lo primero que Lucia dice al abrir la puerta.

—Quiero que seas mi Luna, ¿Quieres casarte conmigo Lucia?

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