Capítulo 4

Leonardo aleja a Valeria, siente que le está fallando a Lucía, piensa en ella.

—¡Lárgate de aquí!

—¿Me vas a rechazar? Tu quería esto, siempre me pediste mi virtud como prueba de amor.

—Ya no la quiero, porque me repugnas, me das asco.

Valeria es sacada a empujones de la habitación, Leonardo le tira la ropa en la cara y cierra la puerta.

Amanece...

Leonardo busca en su habitación a Lucía, pero no está, Marissa le informa que dejó una nota diciendo que regresaría a la granja.

Leonardo de inmediato decide buscarla, golpea su puerta de madera

—Por favor, abre, se que la discusión de ayer fue una estupidez, los dos fuimos unos inmaduros.

Lucia abre la puerta, le entrega el anillo a Leonardo

—No hay trato, supongo que es lo que vienes a decirme, no te preocupes, lo entiendo.

—¿Que dices? —frunce el ceño el lobo

—Ya se que regresaste con Valeria, por error los vi anoche, se que no debí, disculpa.

Leonardo niega con la cabeza, toma el anillo y lo vuelve a poner en el dedo de Lucía, le aclara que vio mal, pues el la rechazo.

—Tu serás mi Luna, mi compañera, la reina de la manada, de eso no hay vuelta atrás.

—La quieres a ella, me dejaste por Valeria, lo mejor es que soluciones tus problemas y yo buscaré a mi hermano, entre los dos ya no hay nada.

—¿Estas celosa? —pregunta Leonardo en un tono burlón

—¡Por supuesto que no! 

—Senti como temblabas con nuestro beso, quizás no olvidas nuestros encuentros en el río —Leonardo toca los labios de Lucía.

La loba siente su garganta seca, muerde su labio nerviosa al sentir como Leonardo se acerca a ella.

Cuando está tan cerca que puede sentir su respiración, Leonardo suelta una carcajada, Lucía le da un golpe en el pecho

—¡Idiota! Solo no quiero ilusionarme cuando regreses con ella y no cumplas con tu palabra de buscar a mi hermano

—Nunca te fallare de nuevo —Leonardo agarra su navaja y hace un corte en su mano, la une con la de Lucía.

Con este pacto de sangre los dos prometen, respetar el acuerdo.

—¿Ahora que sigue futuro esposo?

—Ir con tu tío, el es tu tutor, y debemos pedirle su permiso para la boda, no será fácil pero creo que puedo lograrlo.

****

Victor busca a su madre, se queja de la decisión de su hermano y de su actitud de los últimos días

—No podemos permitir que se case con ella, no es una buena loba, todos en la manada lo saben.

—Conozco a Lucía desde niña, estoy segura que solo fue una especulación de la manada, no creo nada de lo que se dice.

—Deberias —Victor frunce el ceño —Madre, no quería decírtelo por vergüenza, pero Lucía y yo hemos sido amantes desde que terminó con Leonardo.

Marissa le da una fuerte cachetada a su hijo 

—¡Ella fue la novia de tu hermano! No debiste

—Me haré cargo de mi error, por eso debes impedir esa boda, te prometo que me casare con ella.

Lucia y Leonardo llegan a casa del tío de la loba, ella está muy nerviosa, sabe que esta visita no será bien recibida.

—¡¿Que haces aquí?! No eres bienvenida después de lo que le hiciste a tu prima.

—Te recuerdo querida tía que Valeria se metió primero en mi relación, pero la aplaudiste ¿Por que ahora sí es un escándalo?

Bianca no responde, la ve con odio.

El tío decide recibir al Alfa, le ordena a su sobrina quedarse en el salón.

—¿Por que me odias tanto? Crei que al ser la única hija de tu hermana me tendrías un poco de aprecio, pero me detestas desde siempre.

—Porque eres igual que tú madre, quieres todo lo que otros tienen, Si la odie y ahora a ti —Bianca es cruel.

Lucia se levanta y decide ir a la cocina, el único lugar donde se siente tranquila pues su relación fue más estrecha con la servidumbre.

—No te daré la bendición si es lo que vienes a buscar, no le haré daño a Valeria.

Leonardo recibe la copa de whisky del lobo, que le pide medite mejor la situación, Valeria es la mejor opción para el y la manada

—Pero quiero a Lucía.

—Entonces te quedarás soltero, porque le prometí a Valeria no darte la mano de Lucia.

Leonardo sonríe

—Se que hiciste tratos con el Duque Soho —el lobo sabe que la familia de Valeria está en la quiebra, lo descubrió solo después de la boda cuando su esposa le pidió dinero para su familia.

—¿Quien te lo dijo? —Frunce el ceño, no le gusta que el Alfa sepa de sus malos negocios.

—Estafo a muchos, se que perdiste dinero importante, que le debes a todo el mundo en la élite.

—Tengo muchas hectáreas de cosechas, estoy seguro que me recuperaré, así que tú amenaza me es completamente indiferente.

—En dos semanas hablamos, espero que estés dispuesto a cambiar de opinión.

Valeria entra con arrogancia a la cocina, le ordena en ese tono soberbio que la caracteriza a la servidumbre que se vaya de la habitación.

—Si vienes a hacer un escándalo, no voy a discutir contigo, así que déjame en paz.

—¡No voy a dejar que me lo quites! —Valeria pelea como fiera intentando amedrentar a su eterna enemiga.

—Nunca fue tuyo, Leonardo y yo nos íbamos a casar antes que metieras tus trucos.

—¿Te crees muy lista? Te destrui una vez, te quite todo y estoy dispuesta a volverlo a hacer para verte derrotada —Valeria se acerca a Lucía —No somos iguales y yo soy superior 

Lucia niega con la cabeza con una sonrisa burlona dibujada en su rostro.

—Siempre seremos diferentes, porque cuando Perdi a Leonardo levante la cabeza y segui adelante, pero para ti es como si se te acabará la vida.

La loba le da la espalda a su prima para servir un poco de agua, Valeria agarra un cuchillo de la mesa dispuesta a enterrarlo en la espalda de Lucía.