NUEVA PROMETIDA

Capítulo 3

—¡¿Que acabas de decir?! —Valeria abre los ojos furiosa.

—Estas sorda primita, que yo soy su prometida —responde Lucía altiva.

—¡¿Es una broma?! —exclama enojada Valeria mientras le da un empujón a Lucía.

—¡Respeta a tu futura reina! —Gruñe Leonardo con una leve satisfacción en su pecho al darse cuenta de la humillación a la que sometió a Valeria.

Valeria suspira profusa, la sonrisa de Lucía es una puñalada para ella.

—¿Que le diste? Eres una bruja m*****a como tú madre, no me sorprende que le hayas dado algo —Bianca, la madre de Valeria se acerca a Lucía y le grita enojada.

El Alfa se dirige a sus invitados 

—Quienes no estén de acuerdo o no compartan mi felicidad, pueden retirarse, pero se ganarán mi enemistad para siempre —el lobo gruñe mirando a la familia de Valeria —Y eso va para ustedes.

Los invitados empiezan a aplaudir, Valeria se percata que no tiene el apoyo de nadie

—¡¿Que les pasa?! Esta jamás podrá ser una buena compañera del Alfa, ¡Yo soy la reina de esta manada!

—No eres nadie, bueno si, la prima de la reina del Alfa ¡Felicidades! —Lucia agarra una copa y la levanta con una sonrisa triunfal.

 Valeria se va de aquella fiesta seguida de sus padres, Bianca mira con rabia a Lucía amenazando con que la hará infeliz.

Leonardo coloca en el dedo de Lucía un hermoso anillo de oro blanco con diamantes, mientras los presentes fingen celebrar hipócritas

—¿Estas contento con este espectáculo? —pregunta Lucía entre los dientes fingiendo una sonrisa.

—Demasiado querida futura esposa —Leonardo la toma del mentón y le da un suave beso en los labios.

Lucia se derrite, no puede negar que su corazón aún siente cosas por el, Leonardo por su parte había olvidado a que sabían esos labios sabor frambuesa, tan suaves y carnosos que son un elixir.

Tardan un poco en separarse, los dos extrañaban el sabor del otro, Leonardo la agarra fuerte de la cintura.

Marissa los interrumpe, pide un brindis, decide seguirle el juego a su hijo sin entender por completo que es lo que sucede.

Víctor se retira de aquella fiesta furioso, su plan no funciono pero lo peor es que Leonardo tiene algo que él desea, de nuevo le ha ganado.

Lucia con una sonrisa jala del brazo a Leonardo y le pide que la acompañe un momento a tomar aire en el jardín.

—¿Que quieres? Tienes que decirme algo...

Lucia le da una fuerte cachetada 

—¡No me vuelvas a besar! Tenemos un trato de negocios, no te confundas.

—Tenemos que seguir el espectáculo —responde furioso Leonardo —Ni creas que quiero besarte.

Lucia gruñe, los dos tienen una mirada tensionante, de una fuerza salvaje

—Te advierto Leonardo, ya no soy la niña tonta de antes, ahora sé que eres solo un patético lobo lejos del respeto de un Alfa.

—Para mi solo eres mi instrumento de venganza, Yo soy tu Alfa y me debes obediencia quieras o no —Leonardo está muy enfadado por la cachetada pero además con sus palabras, No puede tolerar que le falte al respeto —Y si te quiero besar debes aceptarlo.

Leonardo la toma de la cintura, Lucia se paraliza pero el momento es interrumpido.

Marissa se acerca a la pareja

—¿Sucede algo? Los invitados están en la mesa, estoy esperando para dar la orden de servir los alimentos.

Lucia sonríe alejándose de Leonardo, accede y entra con la cabeza en alto, se sienta en la silla derecha al Alfa.

Empieza a comer de manera desmedida, todos abren los ojos, la futura Luna del Alfa, agarra las piezas de pollo con las manos, rellena su boca de comida que se puede ver medio masticada cuando habla halagando el banquete 

—Muy bueno suegrita —dice mientras su boca está llena de la salsa.

—¡Comportate! —susurra Leonardo en el oído de Lucía.

Ella debió dejar en ridículo a Valeria, pero de cierta manera también lo deja en ridículo a él.

La cena termina, Lucía no sé levanta de su silla, se siente mal por lo que hizo, pero tenía tanta rabia que quería desafiar a Leonardo.

Leonardo se despide de los invitados.

—¿Que pasara con Lucía? Es más que claro que ella no quiere ser tu Luna y la reina de la manada.

—Lo será, acomodala en una habitación, no va a volver a esa granja.

Leonardo se acerca a ella, Lucía mantiene su mirada en alto

—Te dije que sería tu esposa para vengarte de Valeria, pero no te prometi que sería una Buena.

El lobo no responde nada, solo se retira dejando a Lucía sola en el salón, su acto de rebeldía fue demasiado lejos.

Marissa la acomoda en una habitación 

—Siempre pensé que serías una buena compañera para Leonardo, pero entiendo que estás herida por la traición que cometió, si no puedes sanar esa herida, no te cases con el y si hay una posibilidad, hazlo.

La loba asiente con la cabeza y se disculpa con la reina por su actitud, suspira cerrando la puerta.

Lucia no puede dormir, medita en las palabras de Marissa, es conciente que se excedió, cree que el consejo de la reina es lo mejor.

Leonardo entra a su habitación, se da una ducha para dormir, está furioso, la actitud de Lucía le desagrado, pero recuerda lo cruel que fue con ella en su anterior vida y el destino que el labro para ella en el pasado, la dejo sola y permitió que todos pasarán por encima de ella, este es un precio justo.

Al salir abre los ojos, Valeria está en su habitación 

—¿No puedes entender? No te quiero como mi esposa, Lárgate.

—Te amo, ella te engatuso, y yo no te lo demostré lo suficiente.

La loba se empieza a desnudar, Leonardo abre la boca, la belleza de Valeria es innegable.

—Quiero que seas mi dueño, entregarte mi virtud.

Ella se acerca, lo besa mientras lo jala del cuello llevándolo a la cama, Leonardo cae en ese encanto que lo tiene embrujado desde hace años, la seducción de Valeria hacia el siempre fue eficaz.

Lucia sube a la habitación de Leonardo, ve que la puerta está abierta y decide entrar para hablar con él y pedirle una disculpa, prometerle que no se dejará ganar de su carácter.

Ve a Valeria desnuda besando a Leonardo, le duele, comprende que aún lo ama y no será un juguete para el, decide irse de inmediato de la mansión.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo