¡Hola, hola, bellas! ¡Feliz fin de semana! Para alegría de muchas y pena para otras, ya vamos entrando en la recta final de esta historia. Déjennos sus comentarios sobre el capítulo y nos cuentan qué les pareció. Un abrazo, Andrea y Dannya
—¿Qué opinas de Sylvia? —Le preguntó Allie a Gabriel, mientras terminaban de prepararse.—Fue amable cuando la conocí, aunque después me pareció algo arrogante —respondió—. ¿Por qué lo preguntas?—No lo sé, hay algo en ella que no me agrada. —Por suerte solo estaremos una semana aquí. —Tienes razón, aunque definitivamente me gustaría volver, la cabaña es preciosa.—Podríamos invitar a tu madre y a Timmy, la próxima vez —sugirió. —Estoy segura que les encantaría.—He estado pensando mucho en mi abuela, increíblemente teníamos muchas cosas en común —suspiró—. Ahora puedo entender lo de las cláusulas, además de enamorarme de mi roommate, me hizo ver las cosas de otra manera —mencionó—. Me estabilicé y me di cuenta que andar de un lugar a otro no cura las heridas que se llevan dentro —Allie se acercó y lo abrazó con fuerza—. Tal vez si la hubiese conocido antes, mi actitud le hubiera decepcionado. —No pienses en eso —pidió.—Me encantaría quedarme contigo abrazado el resto del día, pe
Gabriel despidió a Caleb e Iris, a quienes prácticamente tuvieron que echar de la cabaña, aprensivos con el pequeño Tyler por ser la primera vez que lo dejaban solo por la noche, así que esperó a que se fueran para negar con una sonrisa y entrar a la cabaña. Cuando volteó, se encontró con una imagen que le hinchó el corazón, mientras Allie le hacía un avioncito con la cuchara llena de comida al pequeño. —Ellos muy preocupados por Tyler y él ni enterado —Sonrió, caminando hacia ellos. —Es exquisito este gordito. —Te quedan bien los bebés —dijo Gabriel, sugerente. Allie le sonrió ampliamente, con las mejillas sonrojadas. —¿De verdad quieres tener cuatro o cinco hijos? —Me gustan los niños —Se acercó a ella y la besó—. Sobre todo, si los tendré contigo —aseveró. Después de darle de cenar al pequeño Tyler, acomodaron los sillones de tal forma, que formaron un corral para que el pequeño pudiera explorar y jugar, sin perderlo de vista, así que le pasaron algunos juguetes que Iris le
Terminaron de conversar y regresaron a la sala para reunirse con todos.—Leonard, no te imaginas lo que acaba de pasar —expresó su esposa emocionada, al verlo. —Cuéntame, estás tan contenta que me siento ansioso por saberlo —pidió, acercándose.—Vera será mi asistente personal, a partir del lunes. —¡Vaya, es una excelente noticia! —exclamó, Leonard—. No se imaginan todo el trabajo que tiene mi mujer con las obras benéficas. —Nos lo estaba contando hace unos minutos, cuando les comenté que quiero buscar un empleo, ahora que Timmy va a la escuela —mencionó Vera. —¡Y ya lo encontró! —exclamó Charlotte, haciéndolos reír—. Me salvará la vida —exageró.Allie se acercó a Gabriel, ya que lo notó pensativo y lo abrazó por la cintura. —¿Todo bien? —preguntó bajito, para que solo él pudiera escuchar. —¿Podemos hablar un momento? —Claro —respondió Allie, un poco nerviosa. La tomó de la mano y la llevó a la estancia, para tener un poco de privacidad.—He notado que es difícil para ti, estar
Después de haber hablado con el ricachón y de observar que Allie no recibió ningún tipo de mensaje o llamada de alerta, Arthur le retiró el chip del celular, rompiéndolo y arrojándolo lejos. Puso en marcha el coche y condujo los pocos metros que lo distanciaban de la cafetería donde se encontraría con su presa. Sonrió satisfecho al saber que su plan estaba funcionando tal como quería. Estacionó a la vuelta del lugar de encuentro, caminó a paso rápido y cuando estuvo cerca, puso su mejor cara de desdichado. Se revolvió un poco el cabello y entró en la cafetería, donde Allie se puso de pie al verlo entrar. —Gracias por aceptar que hablemos —dijo, al llegar a su lado. Se sentaron y, aunque se notaba nerviosa, le torció una media sonrisa—. ¿Cómo está mi hijo? —Timothy está bien… —respondió con dudas, jugando con nerviosismo con sus dedos—. Tuvo una cirugía hace un par de meses, con la que esperamos que su calidad de vida se normalice. —No sabes cómo me alegra saberlo, es muy pequeño p
Joseph entró a la cocina, donde Vera y Emma preparaban la cena. —¿No llegó Gabriel? —cuestionó Vera—. Creí haber escuchado la moto. —Sí, pero salió de nuevo a los pocos minutos y parecía que llevaba prisa —respondió el hombre, preocupado. —Tal vez fue a recoger a Allie —mencionó Emma. —No lo creo, ella llevaba el coche al saber que Gabriel iba a salir más tarde —explicó—. Llamaré a Allie para asegurarme que todo está bien —Vera tomó el teléfono e hizo la llamada, que fue directamente al buzón—. No contesta —dijo, preocupada. —Debe estar ocupada —intentó tranquilizarla Joseph, ya que de un momento a otro, Vera se puso inquieta. Mientras tanto, Gabriel buscaba por todos los alrededores intentando encontrar a Allie, pero no se veía por ninguna parte. De pronto, un hombre parecía estar subiendo algo en el maletero de su coche y por alguna razón, Gabriel sintió que se le helaba la sangre. Corrió hasta ese lugar y se detuvo abruptamente, ya que el tipo estaba subiendo a Allie compl
La Navidad llegó y la mansión resplandecía entre las luces, los arreglos y todas las personas que celebraban Noche buena reunidas en el comedor, degustando la deliciosa cena que Vera y Emma habían preparado.Tras la cena, pasaron a la sala donde conversaron, se rieron y compartieron todos como una gran familia. A Gabriel no le cabía el corazón en el pecho al verse rodeado de todas las personas importantes de su vida. Y por primera vez, se sintió parte de una familia, pues con sus padres, nunca se sintió igual. Los niños, gritaban y se reían felices, mientras abrían los regalos. Los adultos, les tomaban fotografías y sonreían al ver las caras de sorpresa que cada pequeño ponía al recibir un nuevo regalo.—Feliz Navidad, amor —Allie lo sacó de sus pensamientos, entregándole una larga caja con cinta de regalo. Gabriel lo recibió con una amplia sonrisa, y jaló a su amada, para que se sentara en su regazo—. Ábrelo —Lo apuró, ansiosa.Gabriel comenzó lentamente a abrir la caja que Allie hab
—¿Estás lista? —preguntó Gabriel, al terminar de cambiarse.—Sí, ¿ya me dirás a dónde vamos?—Te enterarás cuando lleguemos al aeropuerto —aseguró, dejándole un pequeño beso en los labios.—Becky mencionó varias ciudades.—Me lo imagino, ya veremos si dio en el clavo —mencionó, divertido.Gabriel tomó las maletas y bajaron a la estancia, donde los esperaba Joseph para subir todo a la camioneta.—¿No van a desayunar? —preguntó Emma, cuando Allie entró a la cocina para despedirse.—No, el vuelo sale en dos horas y tenemos el tiempo justo para llegar.—Que tengan un excelente viaje, hija —Le deseo su madre, abrazándola.—Gracias, mamá.—No olvides traerme algo —pidió Timmy, abrazado a su cintura.—¿Tienes idea de a dónde van? —interrogó Faith.—No lo sabe —respondió Gabriel, entrando a la cocina—. Es una sorpresa y espero que sea muy agradable.—Lo será —aseveró Allie—, estando contigo, iría al fin del mundo —Aww, son tan tiernos —suspiró Faith, haciéndolos reír—. Nadie se imaginaría lo
Luego de ver los fuegos artificiales, bailar y disfrutar un poco más en la fiesta, las ansias y el deseo que desprendía la pareja, los llevó a dejar la celebración, para subir y comenzar con su noche de bodas.Las puertas del elevador se abrieron y la pareja, que se besaba como si su vida dependiera de ellos, entró en la estancia del penthouse, comenzando a deshacerse de la ropa, dejando un rastro de prendas hacia la habitación, sin dejar de besarse. Gabriel depositó a Allie sobre la cama y miró embelesado a su esposa, la mujer de su vida, la compañera con quien compartirá el resto de su vida y no pudo evitar sonreír, emocionado. Su cuerpo lo invitaba a abalanzarse sobre ella y tomarla como si estuviera endemoniado, pero era su noche de bodas y se tomaría todo el tiempo del mundo, en aprenderse cada rincón de su cuerpo, el olor de su piel y grabaría en lo más profundo de su ser, cada suspiro, jadeo y gemido.—Eres tan hermosa —susurró, acercándose a besarla, intentando contenerse y fr