No estarás sola

Nel

Al despertar, se sintió mareada y desorientada en la habitación del hospital. La sensación era como si un tren la hubiera arrollado. Sus ojos recorrieron el lugar hasta detenerse en la figura de Olsen, quien cabeceaba en el sofá de la habitación, sumido en un sueño intermitente. No tenía idea de cuánto tiempo había pasado desde que la cirugía había terminado, pero debía haber transcurrido bastante.

—A-agua… —murmuró con voz débil.

Su asistente se sobresaltó de inmediato y, sin dudarlo, se apresuró hacia la mesita para tomar una de las botellas.

—Aquí está, madame —dijo con respeto mientras le ofrecía el agua—. Me dijeron que con el suero no sentiría sed.

Ella negó suavemente con la cabeza.

—Tengo la boca muy seca… ¿Dijeron algo sobre cómo salió todo?

Olsen destapó la botella y colocó un popote en ella antes de acercársela. Ella bebió apenas lo suficiente para humedecer los labios y aliviar un poco la sequedad.

—La doctora mencionó que hablaría con usted en cuanto despertara —infor
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