Calipso
Con un profundo terror cierro los ojos de rodillas en la capilla mientras mi agitado corazón golpetea cargado de miedo en mi apretado pecho, las palabras que componen la oración del padre nuestro azotan atropelladamente mis pensamientos mientras mis sollozos hacen eco en el lugar sagrado de mi Dios. Abro mis ojos y entre la oscuridad que me rodea veo allí a Cristo en la cruz y ruego; ruego por mí, por mis hermanas y por nuestro sacerdote. El miedo me carcome con saña mientras hago uso de toda mi Fe para creer que Él nos salvará porque somos sus hijos, porque dimos nuestra vida a su servicio, porque Él es poder y verdad, ¿quién contra nosotros sí Dios nos acompaña?
Los gritos se hacen más fuertes aturdiendo mi podre mente que dibuja escenarios sangrientos mientras los enfurecidos truenos intentan silenciar cualquier ruido a su alrededor dándole rienda a la terrorífica tormenta que hace más desolador el momento. Sin clemencia el miedo, el dolor y la muerte azotan el convento a manos de seres que permanecen ocultos en las sombras que provoca la misma oscuridad, pero por alguna mítica razón hoy en esta noche siniestra, salieron a destruir cualquier ser humano a su paso. En las tinieblas del templo tiemblo y lloro mientras no paro mis ruegos y oraciones, porque no puedo parar, porque Él me salvará y guiará las almas de mis hermanos al paraíso de eterna tranquilidad que se nos ha prometido.
—Padre, apiádate de tus hijos, de tus fieles servidores. No permitas que nos arrastren a las calientes entrañas del infierno. No sé qué son esos seres, pero sé que tú con tu infinita misericordia podrás salvarnos.
De repente, con brutalidad un golpe estremece el lugar haciendo que apegue más el crucifijo a mi pecho agitado y rece más rápido las oraciones y ruegos en mi mente. Otro golpe y escucho la protesta de las bisagras de las grandes puertas del viejo templo alegando que han vivido mucho y soportado por años el trajín del día a día; su madera está desgastada y sus bisagras oxidadas, está claro que cederá en cualquier momento dejándome expuesta frente a los monstruos del infierno.
—Padre, cúbreme con tu manto celestial. No permitas que entre la oscuridad.
Sin más remedio, otro golpe más salvaje azota las débiles puertas y éstas ceden ante aquella demostración de fuerza sobrenatural, esa fuerza que muy seguramente brinda el diablo a sus demonios. Porque eso es lo que son, seres bestiales que con aquellos atributos horripilantes dados en el infierno desgarran y acaban con nuestras vidas como si no fuésemos más que un festín para ellos que se regodean en nuestra mísera muerte. Tras la caída estrepitosa de las puestas que me hizo saltar de miedo, un silencio torturador se crea mientras mi cuerpo es atacado por el terror causándome espasmos que alientan mis sollozos produciendo que mis manos tomen con más fuerza el crucifijo en mi pecho. Cierro los ojos con fuerza y continuó avivando las plegarias en mi mente porque no puedo franquear ahora, no puedo perder la fe, no puedo permitir que estos seres corrompan mi alma con sus sádicos juegos de crueldad. Yo soy una devota y como devota moriré si es lo que mi Dios precisa para mí.
—Padre, si este es mi destino lo acepto. Que se haga tu voluntad por sobre mis deseos.
A mi espalda escucho pesados pasos que andan con cínica tranquilidad deshonrando la casa de Dios sin vergüenza alguna, con lentitud siento como poco a poco estoy siendo rodeada pero no abro los ojos ni detengo mis oraciones a pesar de la condición de pánico en la que estoy. Escucho respiraciones pesadas y unos cuantos gruñidos, siento como soy acechaba por seres que ni se reconocer, muy seguramente son hijos del pecador, de aquel que fue expulsado del cielo y condenado al infierno.
—Pero miren que hay acá. — Escucho una gélida voz que delata a una mujer como portadora —Una humana pidiendo clemencia a su dios. Patético.
Gruñidos infernales se hacen escuchar acompañando las palabras de la misteriosa mujer que muy seguramente fue proclamada por el mal. Mi corazón no puede más, tanta tensión hace que sienta un fuerte sudor frío que delata mi estado de ansiedad y terror.
— ¿Sabes que ya solo quedas tú? —-pregunta con veneno mientras siento como da vueltas cerca de donde aún permanezco de rodillas. Su asecho me pone más nerviosa pero al mismo tiempo me genera indignación, ¿es necesario jugar conmigo cuando ya tiene más que decidido matarme?
—Padre, guíalos por la luz del sendero de tu gloria. — Continúo internamente con mis plegarias a mi Dios, deseando que acoja a mis hermanos y a mí en los senderos de su gloria.
— He de decir que he probado carne mejor, pero que se puede pedir de simples seres incapaces hasta de perder la virginidad. — Continúa con su juego pero yo no caeré. Voy a morir, eso es algo inevitable viendo la situación en la que me encuentro, pero no voy a saciar sus ansias de diversión por ver un alma desesperada por sobrevivir.
— Parece que el ratón se le comió la lengua a nuestra virginal anfitriona. — dice con voz de molestia envuelta en un potente gruñido, que con pánico hace que de un pequeño brinco mientras mi piel se eriza del miedo. —- Debería tener cuidado, no sea que un lobo termine por comérsela.
Avivar, eso es lo que han hecho sus palabras pues muchos más gruñidos arremeten con fuerza tratando de intimidarme de lo que ya estoy, quizás así sea más sabrosa cuando la saquen de mi cuerpo porque claro, esto solo es un juego que satisface sus retorcidas ansias de crueldad.
— Llamen al Alfa. —- ordena de repente dejándome confundida — comuníquenle que hemos encontrado para él otro aperitivo.
Todo vuelve a quedar en ese sátiro silencio que pone más tensión a escena que estamos viviendo, mientras que yo sigo en la misma posición y en el mismo estado. Mi cuerpo es débil, propio de alguien carente de divinidad pero sé que mi alma es fuerte, porque ella vio y acepto a Dios. Este será el final de mi cuerpo pero mi alma correrá al encuentro con Él.
Con poder otras pisadas resuenan a mi espalda, estas son más imponentes, como sí solo con su presencia pudiera doblegar a grandes masas, como si la misma oscuridad se doblegara ante esa presencia que causa más feroces escalofríos en mi devastado cuerpo. Un calambre recorre mi columna pero me mantengo firme en mi lugar, esperando por el momento en que los designios de mi Dios se cumplan. Los pasos se detienen justo frente a mí y siento que la hora de mi muerte ha llegado, este es mi fin, pronto estaré en mi viaje que me llevará directo a la paz eterna.
—Perdona mis pecados padre, estoy lista para morir.
— Mírame — Un imponen voz masculina rompe el silencio demandando atención —- Mírame. —vuelve a pronunciar con un tono más grave y amenazante pero yo no abro los ojos, no quiero enfrentarme a esas miradas cargadas de maldad y codicia,
Un gutural gruñido cargado de promesas escalofriantes hace temblar el recinto alardeando de su poder bestial, produciendo el chirriante sonido de los ventanales y del tejado. Pero con la poca valentía que reside aún en mi me mantengo firme en mi posición mientras mis ojos siguen cerrados sin hacer caso al demandante ser que osa dominarme, pero no lo logrará. Soy una mujer leal a sus principios y a sus causas, por sobre mi cadáver caeré en el dominio de tan repugnantes seres deshonrando e irrespetando a Dios
— ¡Te he dicho que me veas! — Grita en un rugido desvelando la poca paciencia que guarda en su ser. Con pasos ágiles y amenazantes acorta su distancia conmigo asiendo que su aura maligna sea percibida por mí ser de inmediato gracias a su cercanía. Noto duramente como sus calientes manos toman mi rostro con brutalidad demandando atención.
— Mírame — vuelve a demandar aquella criatura cínica y cruel que osa irrumpir en la casa de Dios.
Abro mis ojos con determinación justo cuando un rayo cae demostrando la furia de Dios y alumbrando el rostro de aquella criatura inmunda. Mis ojos se fijan en los suyos que relucen bajo un color dorado, en ellos puedo ver la impotencia y la sorpresa. Sorpresa por ver en mis ojos la determinación, el nulo terror y el desafió porque, puede que mi cuerpo tiemble, pero mi alma ya aceptó mi inminente muerte y aguardo por empezar su viaje de libertad hacían quien en un principio le dio existencia. Ya no tengo nada que perder. Como dijo Sócrates, después del dolor viene el placer; sé que tendré una muerte dolorosa pero el placer me llenará cuando esté en el paraíso que Dios nos ha prometido gozando de la calma eterna y de la felicidad perpetua.
El ser sonríe y me preparo para escuchar las palabras más asquerosas e infernales, pero esto no sucede, lo que dice es una simple palabra, inofensiva por naturaleza pero aterrorizante en su significado.
— Mía.
Me quedo helada, un sentimiento de irá me recorre con ansiedad. ¿Cómo se atreve?
— Yo solo soy de Dios. --- afirmo desafiante can más ira que miedo — Sólo a Él le pertenezco en cuerpo y en espíritu.
Veo la ira surcar sus oscuras facciones y en sus ojos instalarse la frialdad de su alma.
— Eso ya lo veremos mi virginal Luna. — Tras decir aquello siento como me golpea la nuca haciendo que un pequeño grito se quede cortado y caigo en el abismo de la oscuridad dejándome expuesta a los deseos de tan inhumanos seres.
—Padre, no permitas que roben mi alma.
Siento como un calor abrasante recorre mi cuerpo invitándome a abrir los ojos pero no lo hago, disfruto un poco más de la sensación de tranquilidad y calidez que me embriaga haciéndome sentir en pasaje de tranquilidad perpetua, de seguro ya estoy muerta y he de iniciar mi juicio para llegar hasta Dios, así que no hay prisa.— Está por despertar — anuncia esa voz escalofriante y masculina a la cual le atribuía mi muerte.Potentes aullidos resuenan a mí alrededor y es ahí donde la realidad me cae encima asfixiándome con su cruda verdad. No estoy muerta, aún no gozo de esa plenitud, esos seres buscan seguir jugando con mi alma para llevarme al límite del sufrimiento y de la locura. Asustándome, una mano gruesa y fuerte recorre
Despierto más dolorida de lo que estaba, ahora el dolor se concentra no sólo en mi cuello sino, también, en mis manos y pies.---Lo siento, no puedo sanarte porque estoy sin energía, además, las cadenas deplata me hacen mucho daño.La loba habla en mi ser y es donde caigo en cuenta de la realidad. Gruesas cadenas que rodean mi piel me mantienen atada de pies y manos a una mugrienta pared.Dios mío, ¿qué he hecho paramereceresto?. ¿Acaso midevociónno fue recibida con gracia por ti?.Escucho pesados pasos acerc&aacu
Quisiera sentir la paz de la muerte pero, por el contrario, siento una intranquilidad que delata la pelea que hay en mi interior. Abro los ojos y veo a mi alrededor dándome cuenta que estoy en una celda diferente, esta era más espaciosa y aterradora; cadenas colgaban de diferentes partes de las paredes, lo barrotes era mucho más gruesos y el óxido delataba los años que han resguardado a múltiples seres. Desorientada me levanto mientras mi lado racional busca algún indicio que me indique que estoy muerta, que es imposible que yo siga siendo parte de este mundo tan monstruoso.Dios, me has fallado.Siento un movimiento a mi izquierda y con el corazón en la mano volteo a ver llevándome la sorpresa de encontrar a una mujer entre las penumbras; aquella extra&n
Sus duras palabras atravesaron mi ser creando la duda en mi interior, una parte de mi rechaza la idealización y mi idolatrara hacia Dios pero, la otra parte se aferraba a mis creencias porque, ¿si no creo en Dios quien me va a salvar?. Fui criada por las monjas del convento ya que mis padres habían muerto en un accidente dejándome huérfana y sin familiares, las hermanas se preocuparon por mi, me cuidaron y protegieron, me acogieron en sus creencias. Jamas había dudado de Dios pero, en estas circunstancia, las dudas carcomen mi débil ser.Padre, ¿en verdad eres único y omnipotente?Dejando de lado mis cuestionamientos, tomo el rostro de la malherida Nix y lo pongo en mis piernas no pudiendo hacer nada para ayudarla, o eso pensaba yo.
Cuando era una mortal solía pensar que el tiempo era efímero, un afanoso empedernido que acosaba a quienes lo vivía a correr tratando de seguir su ritmo pero, ahora, en penumbras solo puedo pensar en que solo es un vejestorio que apenas y puede funcionar. Siento que estoy estancada en un bucle cruel y doloroso que aviva mis penas sin remordimiento.Como era de esperarse, aquella noche donde mi supuesto mate me traiciono generandome un dolor sobre otro dolor que me llevo directo a la inconsciencia, no morí y eso me lo hizo saber Amos, ese el el nombre de mi querido torturador personal, pues tiempo después vino y siguió mostrándome todo lo aprendido con sus anteriores experimentos. Para mala suerte mía mi ADN es muy adaptativo y ahora resulta que también soy una bruja. Amos estuvo ansioso un buen tiempo esper
Llegamos a una zona donde se podía ver mucha más claridad, por ende, nuestros ojos ardían aun más dejando escapar pequeñas lagrimas pero, aun así no podíamos ignorar aquel paisaje que denotaba serenidad en un mundo de horrores. Grandes arboles se ven rodeándonos mientras algunas extrañas aves de diversos colores entonan sus cantares a su libertad, esa misma que ahora se me es devuelta.--- Aquí es la frontera de las tierras demoníacas con la tierra de las brujas. --- Comento Alaya mientras se adelanta un paso y empieza a conjurar algo, cuando termino el claro paso a ser un busque de altos arboles que dejaban filtrar la claridad del día para alumbrar el pasto verde que recubre su suelo. --- Andando.Si rechistar seguimos a Alaya quien cam
--- ¡Ahora eres una bruja mi estimada Luna!.--- Grito Amos con euforia al ver mi ojos verdes. --- Y yo, yo te are la más poderosa de todas pero, para ello, debes aprender a dominar las múltiplesdebilidades de ellas.--- Comentomientras me mira con gran entusiasmo.Sin más y con alebosia, sale de la celda eufóricoy apurado, algo trama y eso me hiela la sangre.Padre, solo llévamecontigo--- Eso no es bueno. --- comenta la extraña y lastimada Nix. --- Siempre que se emociona suele volverse más sádico. --- La mire y vi como empalidecía tal vez por un viejo recuerdo.La reja me hizo v
---Mi estimada Luna, al parecer el fuego no es lo tuyo y eso me decepciona, ¿qué tan difícilpuede ser para un ser tan poderoso como tu dominar el fugo?. --- Amos estaba molesto, llevaba díasquemándomey aun no podíahacer nada con el fugo, mi cuerpo estaba devastado, tenia llagas por todo lado que intentaban sanar, mi pelo tambiénestaba quemado y a duras penas puedo mantener los ojos abiertos. Ya no puedo más.Las llagas de mi piel botan un liquido amarillento que confirma la infección en ellas, de hecho, he notado como Nix respira por la boca ignorando a su olfato pues, estoy segura que huelo a putrefacción.Siento como Amos toma mi rostro con fuerza llevándoseun quejido de mi