Despertar en aquella hacienda hacía que tanto Alexandra como Diana se sintieran libres, pero sobretodo dispuestas a recibir esa nueva oportunidad que les estaba brindando la vida. Sabían que el reto no sería nada fácil, puesto que la pequeña Isabella posiblemente pondría todos los obstáculos para que su labor no pudiese llevarse a cabo de la manera en que deberían.– Creo que el trabajo con la pequeña Isabella no será fácil Diana, su padre estuvo hablando conmigo y me explicó cuál es la situación, su madre murió hace cuatro años y desde entonces ella no volvió a ser la misma – Dijo Alexandra.– Entiendo el sentimiento perfectamente, y es lógico que Isabella se sienta perdida sin su madre, pero nosotras debemos ayudarla a sobreponerse – Sugirió.– Desde luego, sólo espero que ella lo permita, porque de lo contrario esto podría complicarse, y ahora lo que menos necesitamos son dificultades – Exclamó preocupada.– Ya verás que no será así, ayer estuviste fantástica y lograste convencerla
Alexandra se quedó preocupada tras la discusión con Adam, ese trabajo era muy importante para su supervivencia, pero ella siempre fue una mujer de convicciones firmes, y no estaba dispuesta a permitir que un hombre por más que fuera su jefe le arrebatar a su esencia. En el transcurso del día siguió con sus deberes como si nada hubiera pasado, pero su mente divagaba en lo ocurrido, no había querido decirle nada a Diana para no preocuparla, esperaba que aquel inconveniente se solucionara porque de lo contrario estarían en problemas.– Mariana, el señor Miller quiere verte, te espera en su despacho – Le anunció Stella.– Gracias Stella, dígale que enseguida voy por favor – Contestó ella un poco preocupada.El ama de llaves se marchó y Alexandra siguió perdida en sus pensamientos, había tenido la oportunidad de investigar sobre la personalidad y el carácter de Adam Miller, y por lo que decían los artículos no se caracterizaba precisamente por ser un hombre muy comprensivo y amable, en la
La semana trajo consigo grandes avances, Alexandra y Diana se sentían cada vez más cómodas con sus respectivos trabajos, la pequeña Isabella ya no hacía tantos berrinches y trataba de acatar las reglas y cumplir con sus deberes a tiempo. Era el domingo por la mañana y las chicas tenía su día libre, por lo que decidieron salir de la casa para ir a visitar a la tía Jennifer.– Seguro mi tía nos tiene preparada una comida deliciosa, extraño su sazón, aunque a decir verdad Stella cocina demasiado bien – Dijo Diana.– Yo sólo las acompañaré un rato, después debo ir a la ciudad – Comentó Alexandra.– ¿A la ciudad?, ¿Irás al hospital verdad?, Tenía la esperanza de qué el trabajo te hubiese hecho cambiar de opinión, créeme que entiendo tu deseo de venganza, pero me da mucho miedo que a la larga vaya a traerte complicaciones y más sufrimiento del que ya viviste – Exclamó.– No puedo perdonarlos Diana, ¿Cómo podría?, Mientras yo estoy aquí ocultando me bajó una falsa identidad, la maldita de mi
La mente de Margaret le estaba jugando una mala pasada, pues al escuchar las palabras que Alexandra le dijo respecto a la inyección que le puso, empezó a manifestar todos los síntomas que le mencionó. Ella veía su azañacon agrado, ya que le causaba un poco de satisfacción, la venganza contra ellos estaba comenzando y no pensaba detenerse hasta hacerles pagar por todo el daño que hicieron. Siguió atormentándola un rato más hasta que se quedó dormida, veía el terror en su mirada, y una gran impotencia se dibujaba en su cara, pensaba que sería su fin, y que poco a poco tendría que vivir el tormento de qué ese supuesto veneno terminarían lentamente con su existencia. Alexandra no sería capaz de acabar con la vida de nadie, pues incluso por esos seres tan perversos sentiría remordimientos, necesitaba que vivieran en carne propia el tormento que ella tuvo que pasar por su culpa, pensaba en los pacientes a los que le arruinaron la vida al igual que a ella, al salir del hospital y subir al co
Alexandra se quedó con la pequeña Isabella, la temperatura había descendido y su carita se veía mucho más rozagante, dormía plácidamente mientras ella velaba su sueño, se comportaba como una verdadera madre, tan tierna y cariñosa y siempre preocupada por el bienestar de ese pequeño ser que estaba bajo su cuidado.– Mi pequeña, eres tan frágil, me duele qué hayas tenido que sufrir tanto siendo tan sólo una niña, te prometo qué mientras yo esté aquí, haré todo cuanto esté en mis manos para que vuelvas a ser feliz – Exclamó Alexandra desde lo más profundo de su corazón.Adam estaba parado en la puerta escuchándolo todo, le enternecía en gran manera el gesto tan espontáneo y solidario que ella tenía para con su hija. Había logrado tanto en tan poco tiempo, pudo conseguir lo que ni siquiera el había podido, ella tenía la paciencia y la capacidad de ganarse el corazón de todo aquel que tenía la fortuna de estar cerca y de conocerla, la joven lo cautivaba en gran manera, pues además de su be
Después de acompañar a Isabella a terminar sus lecciones, Alexandra decidió entrar a la biblioteca y echar un vistazo a la computadora, en sus ratos libres le gustaba enterarse de todo lo que sucedía, de esa manera podía tener vigilados a sus enemigos, pero sobre todo podría darse cuenta de cómo Verónica estaba manejando las cosas con respecto a las empresas de su familia. Una vez que empezó a navegar en la Red, se encontró con un artículo que llamó particularmente su atención, se trataba de un anuncio muy importante que la inquietó demasiado.– Al fin te saliste con la tuya hermanita, el vividor de Mark se casara contigo y no creo que sea precisamente porque está enamorado de ti, algo debe haber detrás de todo esto – Pensó ella.Alexandra continuó con la investigación, pero no había ninguna pista que la llevará a descubrir la verdad sobre el misterioso matrimonio de su hermana con Mark, los medios los celebraban como uno de los acontecimientos más importantes del año, incluso las not
Luego de la desastrosa cena que había tenido al lado de Helen, Adam decidió regresar a su casa, sabía que el panorama que le esperaba sería mucho más alentador, lo decía sobre todo por Mariana, a quien estaba deseando ver durante todo el día. Se preguntaba lo diferente que hubieran sido las cosas si la salida hubiese sido con ella, habrían tenido una amena conversación y la cena se habría tornado sin duda inmejorable. Esa chica acaparaba sus pensamientos, y le provocaba las emociones más ardientes que alguien hubiese podido despertar en él, pensó que después de perder a su esposa nunca más volvería a sentirse así, pero el conocer a Mariana, ella se instaló en sus pensamientos y en su piel de una manera avasalladora. No había una noche en la que no soñara con ella, e incluso en su trabajo su imagen ocupaba sus pensamientos, no entendía lo que le estaba pasando, él había jurado nunca más abrirle su corazón a nadie, no quería sufrir, pues el solo hecho de pensar en volver a pasar por aqu
Desde hacía unos días, Stella les había asignado habitaciones separadas a Diana y Alexandra, pues de esa manera estarían mucho más cómodas, las chicas no tenían ningún inconveniente en permanecer juntas, pero el ama de llaves insistió tanto que terminaron por aceptar. Adam trato de ingresar en la casa sin hacer tanto ruido, no quería despertar a nadie y qué la escena pudiera dar lugar a malas interpretaciones, no le importaba lo que pudieran pensar de él, pero si de Mariana. Diana escuchó ruidos así que decidió asomarse por la ventana de su cuarto qué daba directamente al jardín, y se sorprendió al contemplar como Adam traía en brazos a su hermana.– Me encanta, hacen una pareja divina, por favor Dios mío, que puedan ser felices juntos y que él logre borrar todo ese rencor del corazón de mi hermanita – manifestó ella.Cruzaron toda la casa con la mayor discreción posible, al parecer sólo Diana se había dado cuenta de lo que había ocurrido, pero ellos no lo sabían, porque la joven se m