–Dante… – susurró la chica, quien en seguida se puso fría como un hielo, no esperaba encontrarse con el hombre, por lo menos no después de tan poco tiempo de haberse ido. Casi parecía una jugarreta de la vida que justo esa noche él hubiera decidido ir al mismo restaurante que ella.–¿Qué están haciendo con las señoritas? ¿Por qué las están tratando de esta forma tan descortés? – todos en el restaurante conocían a Dante Neville, el hombre no necesitaba presentación, así que los meseros y los guardias de seguridad temblaron en cuanto escucharon el tono autoritario de su voz.–El señor Ezra Astley ha solicitado que las saquemos de aquí, dice que no son personas dignas de estar en un lugar como este – explicó uno de los guardias.Emma abrió los ojos cuando escuchó el nombre de su hermano, ¿De verdad habían coincidido los tres justo esa noche? Lo que más le sorprendía era la crueldad de la persona con la que había vivido tanto tiempo, una parte de Emma no alcanzaba a descifrar si Ezra siem
Emma no quería seguir pareciendo la misma mujer sumisa de antes, a pesar de eso, tampoco quería armar un nuevo escándalo en el restaurante, suficiente habían tenido con lo que había sucedido hacia solo unos minutos, de modo que la mujer simplemente se sentó en su silla, fingió que nada pasaba y entonces sonrío con malicia a Dante. –Vas a dejar de tratarme como si yo fuera tu esclava, ¿De acuerdo? Te recuerdo que no estamos en tu casa, que ya ni siquiera vivo ahí, así que tendrás que aprender a tratarme con más respeto – dijo con calma, mostrando una tranquilidad que alcanzaba a inquietar al hombre.–No eres mi esclava, pero sigues siendo mi esposa.–Hasta que pueda deshacerme de ti – ella agarró la copa de vino y le dio un sorbo largo.Dante levantó una ceja, justo en ese momento un mesero se acercó y dejo los platos frente a cada uno de los puestos, incluido el de Susan que todavía no regresaba. Mientras el joven camarero organizaba la mesa Dante y Emma quedaron enfrentados, miránd
–¡Maldita sea! Necesito que me quiten ese auto de mi camino – Ezra le dio un golpe al volante de su auto. Llevaban estacionados alrededor de media hora, ni él ni Valeria habían podido irse porque había un auto mal estacionado que les impedía la salida. Ezra estaba desesperado, se sentía capaz de matar con sus propias manos. Mientras tanto, Valeria suspiraba y pensaba en lo que dirían sus amigas y conocidas a partir de ese momento, todo el mundo se enteraría de lo que sucedió y ella no tendría forma de explicar porque a su futuro esposo y a ella los echaron fuera de uno de los restaurantes más lujosos del momento.–Espero que sean buenas noticias – siseó Ezra sacando el celular de su bolsillo, el aparato llevaba un buen rato vibrando, así que probablemente se trataba de algo importante.Ezra no le dijo a Valeria a donde iba, simplemente se bajó del auto, azotó la puerta y caminó lejos para responder la llamada.–¿Alguna novedad? – preguntó a su socio, quien estaba al otro lado del te
Dante se acercó con desconfianza a Valeria, quien estaba fingiendo sentirse desconsolada y triste, no había duda de que Valeria era una excelente actriz y una maestra del engaño cuando necesitaba serlo. La chica lucia triste, compungida e incluso un par de lágrimas se derramaban de forma dramática de sus ojos. Dante la conocía lo suficiente como para saber que no podía confiar en ella ni en su aspecto, mucho menos después de lo que pasó, aun así, esa parte del hombre que seguía enamorado de ella no podía evitar querer ayudarla y quitarle las penas de encima, igual a como solía hacer cuando aún eran pareja y se amaban y prometían amor eterno. –¿Qué haces aquí? ¿No deberías haberte ido hace rato?Valeria sorbió por la nariz, sus pestañas lindas y largas estaban mojadas, ellas las batió un par de veces para mostrarse como la mujer tierna que Dante siempre creyó que ella era.–Ezra me ha dejado sola, después de que te fuiste él me trató igual o peor que los guardias allá dentro, dijo qu
–¿Lo conseguiste? – Ezra saltó de la cama en cuanto Valeria se apareció en la casa. La chica no pensaba decirle que había fracasado en la misión, no quería tentar la ira de Astley, no tenía ganas de pelear aquella noche ni mucho menos que él la tratara como a un trapo sucio, así que la única opción que le quedaba era mentir respecto a lo que había sucedido.Ella asintió con la cabeza y sonrió de lado a lado, como si de verdad hubiera logrado convencer a Dante de su inocencia y de la maldad de Ezra.–¡Sabia que lo lograrías! – a pesar de su pierna coja, Ezra agarró a Valeria por la cintura y la levantó, abrazándola y besándola con euforia – dime, ¿Qué te dijo? ¿Cómo lograste que te creyera?–Haciendo lo que me pediste, me mostré ante él como la victima de toda esta situación, le dije que me maltratabas, que no me amabas y le pedí perdón por haberlo cambiado por ti. Le deje creer que él es un héroe y que tú eres el villano de esta historia – soltó a modo de victoria.–Eso es mucho mej
Susan, Mathew y otros dos altos mandos de la empresa de casting, estaban sentados en la sala de juntas con el gerente de una de las empresas que más dinero representaban para ellos. –Me prometiste una campaña no convencional, Smith – dijo, refiriéndose a Susan, y todavía no me has dado eso, de hecho, no he visto las primeras fotografías de algo que no sea más de lo mismo – el hombre soltó un bufido – yo no quiero más de esas mismas modelos, que conocen las mismas poses y tienen la misma expresión en todas las fotografías, quiero algo nuevo, fresco, algo no visto antes – demandó – si no eres capaz de darme eso, entonces será mejor que ponga este trabajo en manos de alguien más.Mientras el hombre hablaba, a Mathew se le ocurrió una idea que podía salvarles el pellejo, era cierto que la empresa estaba plagada de mujeres que eran iguales las unas a las otras, todas altas, esbeltas, demasiado delgadas incluso para su gusto, la mayoría rubias y de ojos claros. Sin embargo, tal parecía qu
–¿Podrías darte un poco de prisa? – pidió Emma, quien estaba comenzando a desesperarse. Mathew frunció el ceño, ella había adoptado una actitud aún más extraña de un momento a otro.–¿Hay algún otro sitio en el que debas estar ahora? – preguntó él con sarcasmo – es trabajo creativo, Emma, no puedes forzarme – dijo, revisando las ultimas fotografías que estaba tomando. Mathew era un profesional muy quisquilloso y le gustaba revisar constantemente la iluminación, las poses y demás, para asegurarse de obtener un resultado tan limpio como fuera posible.–¿Estás haciendo esto a propósito? – Emma frunció los ojos, mirando la tranquilidad con la que el hombre trabajaba – ¿Quieres molestarme nada más por lo que pasó en la tarde de ayer? – la joven estaba comenzando a indignarse – porque si es así, déjame decirte que esto es muy bajo de tu parte, los problemas personales podemos tratarlos por fuera del horario laboral…–Esto no tiene nada que ver con lo que pasó ayer, Emma. No intentes hacer
Mathew no se sentía cómodo dejando a Emma sola con aquel hombre, él se veía como alguien egocéntrico y demasiado molesto, el hombre temía que a la pequeña joven la maltrataran. Mathew era un caballero y jamás permitiría que ninguna mujer fuera tratada mal en su presencia, mucho menos si era alguien tan inocente y buena como Emma.–¿Quién es ese hombre, Susan? – cuestionó a su hermana, quien intentaba detenerlo para que no volviera a entrar en el estudio, donde todavía permanecía Emma y su esposo.–No lo sé, y la verdad es que la identidad de aquel hombre no es problema ni mío, ni tuyo – respondió con más brusquedad de la que acostumbraba.–¿Y estás tranquila con esta situación? ¿No te importa lo que él pueda hacerle a Emma? No voy a dejarla sola – arremetió contra ella, sintiendo la adrenalina corriendo por cada una de sus venas – iré a asegurarme de que este bien.–¡Tu no vas a hacer nada! – puf, cuando se lo proponía, Susan podía ser una mujer muy mandona, incluso aunque era menor