–Anota la dirección en la que deberás dejarnos el dinero del que hablamos ayer – dijo la voz masculina, sin darle demasiadas vueltas al asunto. Dante se aclaró la garganta – todavía no tengo todo el dinero – siseó, tratando de alargar aquella llamada.Segundos antes de responder, el teniente pidió que la hiciera tan larga como fuera posible, ya que eso le permitía rastrear la ubicación desde la cual estaban llamando.–No me interesa si tienes o no el dinero, tu verás como arreglas tus asuntos, lo único que quiero que tengas claro es que, o nos llevas la pasta a esta dirección o entonces nosotros comenzaremos a cobrarnos a nuestro modo, no tengo que recordarte que sabemos dónde vives – siseó. Dante apretó los puños con fuerza – dame la dirección.El hombre se la dictó, enseguida el teniente se encargó de buscarla en el mapa, tendrían que armar un plan inmediatamente para determinar cuál sería el paso a seguir.–Nos veremos allí alrededor de la cinco de la tarde – aclaró.Dante susp
Cuando estuvo cerca a dar las cinco de la tarde, Dante se puso en pie, fue al baño y se echó agua fría en la cara tratando de calmar la rabia que le tenía el dolor de cabeza alborotado, además de la vena de la frente hinchada. Estando ahí, el hombre se miró al espejo y se dijo a si mismo que todo aquello debía salir bien, no había cabida para el error porque entonces todo se jodería, su vida completa se convertiría en un infierno.–Te estamos esperando en la casa, aquí te pondremos micrófono y chaleco antibalas – dijo el teniente, cuando el respondió a la llamada que el hombre le hizo.–Iré hacia allá de inmediato – aseguró Dante, armándose de valor y saliendo de la oficina.El hombre fue hacía el estacionamiento de industrias Neville, al subir en su auto, su teléfono volvió a sonar, creyendo que se trataba del teniente, Dante respondió enseguida.–¿Realmente crees que somos estúpidos? – dijo la voz que él reconocía como la del hombre que lo golpeó la noche anterior – no vas a jugar c
–Es mucho dinero para contarlo, señor, pero de que hay una gran suma…hay una gran suma – respondió, haciendo que Dante sintiera un fresquito de alivio.–Asegúrate de que sean reales – ordenó.–jefe… – el hombre que revisaba, lo interrumpió – todo esto no es dinero – dijo, a sabiendas de que a su patrón aquella noticia no le iba a causar nada de gracia – el fondo está lleno de billetes falsos, es papel.Dante sintió que el mundo se movió bajo sus pies, se mareó e incluso tuvo ganas de vomitar mientras se cuestionada, ¿En qué momento se le ocurrió que esa era una buena idea? Se recriminó, mientras el jefe revisaba la maleta para cerciorarse por él mismo.Con rabia e indignación, el hombre volteó el contenido de la maleta en el suelo, solo para darse cuenta de que la mitad de los billetes eran falsos.–¿Asi que pensabas jugar con nosotros? – gritó, acercándose a Dante – te dije que no quisieras pasarte de listo, Neville, ¡Te lo advertí! – exclamó, antes de darle el primer golpe en la car
Esa tarde Emma se encontraba realmente alterada, su corazón no había dejado de latir desenfrenadamente, la mujer estaba comenzando a asustarse por la arritmia.Sin saber porque, ella garró su celular y a pesar de que Dante la había llamado en repetidas ocasiones, en ese momento fue ella quien quiso comunicarse, quería saber cómo estaba él, necesitaba conocer la hora a la que llegaría a cenar para poder tener la comida caliente.En cuanto la llamada se fue al buzón de voz ella soltó un suspiro y fue con la bebé, quien comenzó a llorar. –Todo está bien, pequeña Eva, mamá está aquí contigo – Emma cargó a Eva y la meció alrededor de toda la habitación, ese día, incluso Eva estuvo más inquieta de lo normal – no puedes mojar tu ropa de lágrimas porque entonces papá se dará cuenta y creerá que lloras por él – dijo a la niña – tienes que estar hermosa para cuando papá llegue a casa, debemos recibirlo luciendo como sus princesas.De repente Eva soltó una risita tonta que hizo que Emma quisie
Emma estaba completamente desgarrada, tenía náuseas y el mundo se estaba moviendo debajo de sus pies. Aquello no podía ser cierto, el amor de su vida no podía estar en peligro, después de todo lo que tuvieron que vivir para por fin estar juntos, la vida no podía ser tan injusta como para separarlos, mucho menos teniendo una bebé juntos.Cuando Emma pensó en Eva su corazón se arrugó aún más que antes, si a Dante le pasaba algo la bebé no podría conocerlo ni disfrutar de todo lo que él podría ofrecerle como padre, Dante era un hombre maravilloso y amaba a su hija, el destino no podía negarle la oportunidad de verla crecer y de acompañarla en cada una de las etapas de vida de Eva.-Tienes que tranquilizarte, Emma - el teniente se tomó el atrevimiento de entrar en casa de Emma, y de prepararle un té caliente.-No me puedo calmar hasta que no lo tenga conmigo - se lamentó, al tiempo en que se cuestionaba las razones por las que Dante no le dijo la verdad, ¿Es que no confiaba lo suficiente
–¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué me llamaste como una loca desesperada? – preguntó Mathew, después de que hubiera llegado a casa de Emma y su hermana le hubiera abierto la puerta – ¿Qué hacen ese par de gorilas aquí afuera y lo más importante de todo, porque me requisaron como si la casa de Emma se hubiera convertido en un banco nacional? – preguntó confundido por la situación. –Entra, ya te lo explicaré todo en un rato – Mathew se metió dentro y entonces vio a Emma dormida sobre el sofá, cuando se acercó a ella se dio cuenta de las grandes bolsas que estaban debajo de sus ojos, de sus labios hinchados por tanto llorar y de su nariz enrojecida por todo el tiempo en que estuvo limpiándose las lágrimas.–¡Joder! ¿Qué pasó aquí? – cuestionó, tapándola con una manta porque la chica estaba tiritando.Justo en ese momento Rebeca tambien tocó al timbre de la mansión Neville.–¿Qué quieres? – preguntó con fastidio, la verdad era que después de todo lo que había pasado Rebeca quedó muy dolida
En el sótano de una vieja cabaña abandonada en el bosque se encontraban Dante Neville y Ezra Astley, completamente destruidos, desechos y malheridos por todos los golpes y malos tratos que habían recibido de sus captores.Habían pasado casi dos días desde que Dante llegó a aquel hueco, en esas horas que le parecían eternas al hombre, no había comido ni bebido nada, su garganta estaba seca, sus labios resecos, estaba sucio y pegajoso, no se le había permitido ni siquiera un baño en el que pudiera hacer sus necesidades. -¡Déjenme libre! - grito desesperado - yo no tengo nada que ver en esta maldita guerra, no soy yo quien les debe el dinero, yo no debería estar aquí - su voz comenzó a convertirse en un hilo entrecortado - yo tendría que estar con mi familia en casa…Emma me necesita, la bebé también me debe estar extrañando - lloró.-¿Crees que yo no he intentado eso también? - balbuceó Ezra con la poca energía que todavía le quedaba - a ellos no les importa nada lo que tú quieras deci
–No veo nada por aquí – chilló Ezra con frustración – ¿Realmente crees que estos hombres nos encerrarían en un lugar donde hay siquiera una mínima posibilidad de escapar? Estamos perdiendo el tiempo, Neville, esto es completamente ridículo – se quejó. –Escucha – Dante dejó de buscar, solo para enfrentarlo – tal cual a como tú lo has dicho antes, yo si tengo personas que se interesan por mí y que me están esperando allá afuera, asi que no me importa lo estúpido que sea este plan o las pocas probabilidades que tenga de éxito, lo único que sé es que no voy a dejar a Emma desamparada, no voy a negarme a la posibilidad de ver a mi bebé de nuevo, ¿Lo entiendes?–¿Desde cuándo te volviste un hombre tan sentimental? – aquella pregunta no fue para nada inocente, Ezra solo estaba tratando de burlarse de él.Pero su burla no era solo por lo patético que le parecía aquel comentario, sino porque a pesar de todo, una muy pequeña parte de él se sentía miserable al saber que, si se llegaba a morir,