–¿A dónde vas? – preguntó Dante con la voz pastosa al ver a Emma levantarse de la cama.–Es hora de ir a la oficina – respondió ella – no quiero llegar tarde, tengo una cita con mi asesor financiero.El hombre se incorporó en la cama y entonces la miró con el ceño fruncido.–¿Realmente estás planeando ir a la oficina hoy? ¿Después de lo que pasó ayer?Emma asintió con la cabeza y se metió en la ducha antes de tener que seguir dándole explicaciones a su esposo.–¡Está mujer está loca! – él se pasó la mano por el rostro, soltó un bufido y se acostó de nuevo en la cama, pensando en cómo iba a hacer para soportar los cambios de humor de Emma y las locuras que se incrementaban a medida que el tiempo pasaba.Él la amaba, pero ella tambien le hacía las cosas demasiado difíciles.Lo que Dante no sabía era que Emma necesitaba encontrar un motivo para no pensar en su enfermedad y en lo que eso podía generar en el bebé, si se quedaba en la casa no iba a dejar de darle vueltas al asunto y termina
El resto del día Emma estuvo intranquila por lo que sucedería esa noche, eso no significaba que estaba arrepintiéndose de asistir a aquel coctel, sin embargo, no podía dejar de recordar lo que sucedió en el último evento en que ellos estuvieron juntos y Emma estaba usando el anillo de la bisabuela. Ciertamente ella no quería ser tratada de la misma forma, por el contrario, la mujer esperaba que aquella guerra estúpida entre la familia Neville y ella, se acabara de una vez por todas.Por como ella veía las cosas, los padres de Dante debían entender que ella no era igual a Ezra, que ella no pretendía hacerles daño, Emma lo único que deseaba era ser tratada con respeto, ni siquiera estaba buscando que la trataran como a otra hija, porque sabía que eso era algo muy complicado de lograr.–¿Lista para irnos? – cuestionó Dante, yendo a recogerla a la oficina antes de que el atardecer hiciera su aparición.Ambos debían estar temprano en la mansión para alimentar a Perséfone y a Zeus, además d
–Eres la mamá más bonita del mundo – dijo, halando su mano hasta meterla dentro de la ducha, donde abrió el agua caliente para que la mojara a ella.Allí en la ducha, Emma se quedó en silencio porque su pobre corazón no era capaz de dejarla soltar palabra alguna, todo su cuerpo estaba temblando de deseo y las mariposas en su barriga no dejaban de hacerle cosquillas.–Déjame consentirte, Emma – susurró Dante en su oído.Ella asintió con la cabeza y entonces él agarró el jabón líquido para el cuerpo, se puso un poco en la mano y después comenzó a enjabonar el cuerpo de su esposa, primero dejo que el jabón resbalara por sus hombros, donde hizo algunos masajes, después subió hasta su cuello.–Date la vuelta – pidió él.Ella obedeció, de modo que quedó de espaldas al pecho de Dante, estando en aquella posición él puso sus manos en los pechos de Emma, enjabonando y masajeando cada uno de ellos, lo mismo hizo con su vientre, donde se tomó su tiempo para después bajar hasta la zona sensible d
–¿Están esperando un hijo? – preguntó Briana, como si hubiera escuchado mal.Dante y Emma se quedaron en silencio, sin embargo, a la mujer solo le bastó bajar la mirada a la barriga de su nuera para darse cuenta de que era cierto, por un par de segundos Briana se sintió estúpida, ¿Cómo no lo había notado antes? Aquella barriga que tenía Emma era obviamente producto de un embarazo.–Ella lleva en la barriga a tu nieto y tú la estás tratando como si no fuera merecedora de respeto o de comprensión, aun cuando Emma jamás ha hecho nada en tu contra – Dante pensó que aquella noticia ablandaría el corazón de su padre, sabía que Axel no se arrodillaría a pedirle perdón a su nuera, pero aun asi, esperaba que por lo menos fuera capaz de tratarla con un poco más de delicadeza. Pero eso no sucedió, por el contrario, Axel soltó una gran carcajada y después hizo un gesto de asco con el rostro.–¡¿Y estás seguro de que ese niño es tuyo?! – preguntó, poniendo en tela de juicio el honor y la fidelid
Emma se quitó los anteojos de descansó que el oftalmólogo le recetó, los dejó a un lado y se rascó los ojos, ver tantos número le generó jaqueca, de modo que llegó el momento de un descanso. –No se frustre, señora Neville, lo está haciendo muy bien – dijo su asesor financiero, mediante la videollamada que estaban haciendo.–Lo sé, confió en tus capacidades y en las mías tambien, es solo que estamos contra las cuerdas con el tiempo, ya casi es el día de la presentación y me muero de los nervios – confesó al hombre – de hecho, lo he estado pensando mucho y creo que tu deberías hacer la presentación.Su asesor negó con la cabeza frente a la cámara, no era la primera vez que Emma hacía una insinuación como esa y lastimosamente él no podía permitírselo, Emma debía tomar el coraje que se requería para pararse delante de todos aquellos hombres y exponer una idea que al fin y al cabo nació de su cabeza.–Lo siento, pero ese día estaré de viaje – respondió.–¡Estas mintiendo! – la joven lo m
–Te hice una pregunta, papá – insistió Dante, mirando con intriga la actitud sospechosa de Axel.En un acto de completa hipocresía, Axel bajó la cabeza y puso una mirada triste digna de un actor de Hollywood.–Estoy aquí porque he venido a disculparme – soltó – después de aquella noche de mi cumpleaños en que nos confesaste el embarazo de Emma, tu madre habló conmigo y me hizo caer en cuenta de una cosa.–¿De qué? – Dante intentó no buscar la tercera pata al gato, así que prefirió darle el beneficio de la duda a su padre, después de todo, él tambien había estado esperando por ese momento en que las familias pudieran estar en paz.–Briana me dio a entender lo importante que era construir una relación con nuestro futuro nieto – frunció los labios y suspiró de manera dramática – sin importar lo que haya pasado entre nosotros, ese pequeño no tiene la culpa de nada y no deberíamos condenarlo como tal, mucho menos privarle la posibilidad de crecer en una familia unida.Dante asintió con la
Después de haber ayudado a ultimar los detalles de la sorpresa que Dante quería hacer a su esposa, Susan se puso en pie y se dispuso a organizar todo, quería que aquel regalo fuera algo perfecto que Emma pudiera disfrutar, realmente se sentía muy sorprendida por lo amable, gentil y amoroso que se comportaba Dante con Emma. Aunque, a decir verdad, ella siempre supo que ese amor que él sentía por ella era puro y real.–¿Qué estás haciendo? – preguntó Mathew a Susan, mientras la mujer entraba en uno de los sets de fotografía. –Tengo una sesión dentro de un rato.–Yo ya estaba por irme, pero te veo con tanto afán que puedo ayudarte un poco si quieres – dijo con intriga, no era normal que su hermana organizara los set.–No, tú tienes que irte – soltó – cuando vayas de salida llama a tu colega – pidió.–¿Por qué me estas echando? ¿Por qué no puedo tomar las fotos yo? – cuestionó.Susan no tenía tiempo para perder en explicaciones absurdas, asi que después de soltar un bufido de frustració
–¿Estás lista, cariño? – pregunto Dante a su esposa. Ella, que estaba sentada enfrente de su tocador retocando el hidratante labial que estaba usando, asintió con la cabeza, a pesar de que estaba muerta de los nervios y lo que menos deseaba era ir a esa cita médica, porque, aunque sabía que era necesario, no sabía si estaba preparada para escuchar malas noticias.Dante se dio cuenta del temblor en la mano con la que se ponía el bálsamo labial, durante un par de segundos eso lo hizo sentir estúpido, porque sabía que no había forma alguna en que él podía ayudarla o evitar aquella enfermedad.–Vamos, Emma – le dijo, agarrándola de la mano – no podemos llegar tarde.–Dame un minuto, dejé una carpeta en tu estudio – aseguró, mientras trataba de ganar tiempo y tranquilizarse un poco.Esa mañana tambien era el día de las presentaciones de los diferentes planes de negocio, asi que, además de prepararse para su cita médica, tambien debía estar lista para exponer delante de todos los miembros