Capítulo 158
Hernán le entregó la tarjeta a Jimena de manera decidida: —Tú eres la que tradujo el contrato, así que la recompensa debería ser para ti.

La tarjeta metálica rozó la palma aún juvenil de Jimena, causándole un ligero pinchazo.

Su frustración se acumulaba sin razón aparente, levantó la mirada y sostuvo una fría mirada con Hernán.

—Hernán, ¿te gusta tanto complicar las cosas para los demás? —Bajo su fría apariencia, se escondía un intenso resentimiento.

La cara de Hernán se oscureció ligeramente. Él solo quería pagarle, ¿y eso se interpretó como complicaciones?

Hernán estaba molesto. ¿Por qué ella era tan amable con todos, incluso con un extraño, pero solo mostraba frialdad y resistencia hacia él?

Rubén leyó la situación y trató de suavizarla con una sonrisa: —¿Qué tal si dividimos la recompensa a la mitad?

Daniel también sintió la atmósfera tensa y pareció comprender algo. Asintió con la cabeza: —Sí, señorita Jimena, me ayudaste mucho. De hecho, no merezco una recompensa. Deberías tomar
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