POV. Javier—Lo siento, no fue mi intención.Me acerqué y besé su frente, puse el café sobre la mesa y me hizo un hueco para sentarme con ella entre mis piernas.—Echaba de menos esto. Salir a buscarte cuando no estabas en la cama y venir a encontrarte aquí y quedarnos hasta tarde platicando, o haciendo el amor.Recorrí sus brazos con mis manos, necesitaba sentir su piel, olerla, su cabello descubrió una fragancia exquisita que le dejó el acondicionador de coco que usaba, la sentí relajarse y soltó su peso en mi pecho, eso me llenó por completo y solo nos quedamos abrazados por un rato.—Tengo cientos de preguntas por hacerte, y justo ahora no sale ninguna.—Hay tiempo, corazón. También yo tengo muchas, pero la mayoría no tienen respuesta y eso me frustra.Guardó silencio, nunca antes me dio que se quedara callada y ahora me aterraba, no sabía lo que podía estar pasando por su mente. Alejé de mi cabeza malos pensamientos y solo disfruté de tenerla en mis brazos otra vez, besé su cuell
POV. Amanda—Sigo pensando que no eres real —deja un suspiro escapar de su interior y su cabeza descansa hacia atrás sobre la mía. —Somos reales, yo de diferente manera, pero lo soy.El timbre del teléfono fijo interrumpe el momento y él lo toma y me lo pasa, es Vera.—¿Cómo estás? Te llamé a tu celular y no respondes, ya no es hora de que estés en la casa ¿Estás bien?—Estoy bien, tranquila. Solo traigo el teléfono en silencio, supongo —se toma tan en serio el cuidar de mi, especialmente porque ahora es ella sola, Iván y Vicky andan muy ocupados con una agencia de viajes que van a abrir en Guanajuato y vienen solo dos veces por mes.—¿Y entonces? ¿Irás tarde al trabajo?—Me tomaré el resto de la semana, haré lo que pueda desde acá. —¡Dios Santo! No me digas eso, Mandy. —Vera, no. Todo está bien, te lo prometo.No se queda muy tranquila y finaliza la llamada.Pretendo quedarme porque hay tanto por hablar, muchas cosas que me gustaría si no entender, al menos saberlas y es el moment
Lo que para Amanda y para mi es algo raro y difícil de asimilar, para Vera es algo fascinante y casi normal, una extraña mezcla de ambas cosas.No pasa desapercibido ante mi que Amanda tiene cierto recelo por verme distinto al que conoció y del que se enamoró, pero aunque quisiera parecerme al hombre que era es difícil, casi imposible.Ahora soy unos diez centímetros mas bajo, mi cabello mas claro, mis ojos son unos tonos mas claros del café que solían ser, mas delgado y mas cosas que habían cambiado y me hacían sentirme un completo extraño ante mi propio reflejo, con mayor razón ella me vería así. Me paro frente al espejo intentando reconocerme y no lo consigo, pero la veo a ella en el reflejo y me provoca sonreír ampliamente. —¿Me espías? —Le pregunto y ella me sonríe. —Te intento reconocer. —Ven —le pedí y extendí mi mano ante ella, sentí la suavidad de su piel acariciarme y la atraje hasta mi sin soltar su cálida mano, con mi otro brazo la abracé rodeando su cintura y permanec
El día de la cita con su amigo de Vera había llegado, ella vino por mi para llevarme. Javier se había quedado en casa con los niños. Acordamos que sería Javier para no confundir a Emilio y que hasta no tener certeza en el siguiente paso no habría ningún cambio en ello ni en el trato delante de él. Cuando llegamos a su consultorio me sentí un poco rara en ese lugar, siempre creí que la ciencia estaba peleada con ese tipo de creencias y me daba cuenta que no era así. Carlos había estudiado demasiado, psicología y también psiquiatría y eso era solo sus carreras base, porque me contó Vera que tenía infinidad de cursos y especialidades. Estudiaba también otro tipo de cosas y de manera distinta a lápiz y papel. El sitio tenía cuadros que no entendía, si bien no era una conocedora del arte al menos sabía que mis gustos no eran para nada eso que encontré ahí.—Bienvenida, Amanda —me recibió con un beso en la mejilla y yo me asombré un poco.—Gracias —respondí con algo de pena.—Pasa, por fav
POV. JavierAmo verla feliz y más amo saber que yo contribuyo a eso. Esta tarde cuando salió de casa aún notaba sombras en su mirada, dudas y mucho más y ahora se que vuelve a ser toda mía como yo de ella. Salimos del restaurante y fuimos a llevar a Vera a su casa, en cuanto la vimos entrar nos fuimos porque Emilio ya estaba con sueño y la bebé muy inquieta, ya era noche y echaba de menos su rutina de baño. —¿Te acuerdas la primera vez que comimos acá? —Le pregunto y ella sonríe, lo recuerda. —Claro que me acuerdo, esa tarde llovió como nunca, yo recién iba saliendo cuando se dejó venir la tormenta y me fui a refugiar en la parada de los camiones. —Te negabas a subir al auto, escurrías por todas partes y aún estabas de orgullosa. La escucho soltar una carcajada y no puedo evitar reír también. —Me había arruinado los aviones para esa tarde, no podia estar contenta. —Tu amigo Israel te había invitado al cine, no podía dejar que te fueras con él, sabía perfecto eran sus intenciones conti
POV. AmandaRecuerdo cuando ocurrió el accidente de Julián y me enfrenté a la realidad de ver mis días sin él y fue espantoso, la experiencia mas dolorosa de mi vida. Habíamos hecho aviones para una vida y tuve que cambiarlos en instantes, se los llevó el viento; esa pérdida para una madre debe ser peor aún, no quiero ni siquiera imaginar que pudiera pasarme con alguno de mis hijos y ahora la madre de Javier tiene que enfrentarse a esa realidad, mientras que mis suegros están por vivir la misma experiencia increíble que yo.—Tus papás vendrán en dos semanas a ver a los niños ¿Crees que sea el momento?—Corazón, el momento nunca será, sin embargo es algo que debo hacer.-Perder.Me avisaron dos días antes de su llegada, les gustaron quedarse en el departamento de Julián y fuimos a preparar todo, acordamos que Emilio no estuviera para no tener que preocuparnos de lo que pudiera o no escuchar. El día de la visita salimos temprano y llegamos para preparar una comida, Regina estuvo especia
POV. JavierMis días estaban llenos de desesperación, pasó de ser un profesor y abogado exitoso a estar metido en la casa, sin poder trabajar porque resulta que Javier Alcazar es el dueño de una cadena hotelera y de abogacía no sabe nada. Amanda traía trabajo de vez en cuando a la casa para que me despejara un poco e hizo lo que me gustó, era esa la finalidad y la disfrazaba diciendo que necesitaba ayuda. Pero la realidad es que no necesitaba nada de mi, era tan inteligente y tan capaz como ni ella misma lo creía.—¡Hemos vuelto! —Gritó al bajar del auto y yo estaba en la cocina terminando de preparar la comida.La escuché subir con Regina en brazos y haciendo difícil su labor de ir en zapatillas y subiendo los escalones.—Dame, te ayudo —le dije al verla cargada con la niña y la panalera —esta niña cada día mas pesada y tú con esos zapatos tan altos que no entiendo cómo es que te mantienes en pie.—No son los zapatos el problema, es Regina que crece sin medida —me dice entre risas y
POV. Amanda—¿Puedes cuidar a Regina mientras prepara la cena? —Le preguntó y él negó. —Tú vas y te relajas mientras yo preparo la cena, luego dormimos a los niños y te invito a un café en la terraza y que pase lo que tenga que pasar. —Que pase de todo, entonces. —Te gusta tentar mi autocontrol —me dijo al oído mientras me tocaba el trasero de manera lasciva. Me fui con Regina a la sala y Emilio salió de su habitación con el tablero de damas chinas y comenzamos una partida que se hizo en varias, hasta que Julián nos llamó a cenar. Puse a Regina en su mecedora y la acerqué a nosotros mientras cenábamos en familia, como antes de toda esa pesadilla. Luego de eso bañamos a los niños y los preparamos para la cama y no tardaron en quedarse dormidos.—Ahora sigues tú, princesa —me besó con ternura al tiempo que me soltaba la trenza que me había tejido en el cabello, me masajeaba con calma y luego me desvistió para ir a la ducha.Extrañaba tanto esos momentos juntos, esos pequeños detalles qu