Obviamente, estaba muy bien en el extranjero. ¿Por qué iba a volver a la Ciudad Nube a empezar de nuevo?Marta no quiso volver a casa debido a que estaba muy enojada con Pablo, en su lugar, se quedó en el bar a beber con sus amigos.—Marta, ven con nosotras, ¿qué sentido tiene beber sola?Una de las mejores amigas de Marta tiró con fuerza de ella, pero Marta, que ya había bebido copa tras copa, la ignoró por completo.—¿Cómo pueden ser tan parciales? ¿Qué tiene de bueno Lucía? Todos hablan de lo buena que es delante de mí.—Marta, ¿estás muy borracha? ¿De qué estás hablando?Marta levantó la vista y agarró la mano de su mejor amiga.—Ana, tú conoces a Lucía, ¿verdad?Ana se rascó perezosamente la cabeza.—Le recuerdo, es tu hermanastra, ¿por qué? ¿Qué ha pasado?Marta se enfadó muchísimo al recordarlo.—Es por culpa de esa “hermanita” que no tengo lugar en la empresa. Mi padre casi me dice en la cara que soy inferior a Lucía.Ana se sentó y escuchó atentamente sus palabras.—¿Tu herman
Tan pronto salió de la oficina le rugió el estómago. Lucía se frotó el estómago, luego miró alrededor y decidió comer en una calle cercana.Pero mientras cruzaba un parque cercano, vio vagamente sombras que brillaban desde las farolas. De repente, se dio cuenta de que había personas siguiéndola.Sintió como si su corazón se hubiera detenido un solo segundo, no sabía qué clase de personas la seguían. Hizo caso omiso de su valor y aceleró sus pasos, quería confundirse entre la multitud, pero las personas que estaban detrás de ella ya habían adivinado sus planes y se le adelantaron, deteniéndola con rapidez.El hombre que iba a la cabeza llevaba una gorra negra y tenía la boca cubierta.Lucía dio un paso atrás y miró a los hombres que la rodeaban, fingió estar muy tranquila.—¿Quiénes son ustedes?—¡No hagas preguntas y ven con nosotros! —El hombre empujó con fuerza a Lucía.—¿Quieren dinero? Se los daré todo, pero no me molesten —Fingió una sonrisa amable, pero su mente iba realmente a t
Los hombres se sintieron aliviados y se acercaron a Lucía paso a paso.Lucía estaba sorprendida, no esperaba que realmente supieran su identidad. Pero ahora también estaba segura de que se trataba de una acción premeditada.Al ver que los hombres que la rodeaban se acercaban poco a poco, y que no había forma de retirarse, Lucía sabía que las cosas irían mal, pero no había forma de pedir ayuda, por lo que solo podía ser empujada hacía donde ellos querían.Al ver que estaba a punto de adentrarse más en el parque, Lucía se detuvo de repente. Se quitó los tacones altos y se los arrojó a la cara, luego se dio la vuelta y salió corriendo.Algunos de los hombres fueron tomados por sorpresa por los tacones de Lucía. Se frotaron la cara con fuerza y escupieron.—¡Perra maldita! Siganla rápido, no la dejen escapar.Lucía corrió lo más rápido que pudo en dirección a un lugar con luz. Al ver al hombre detrás de ella acercándose cada vez más, Lucía no se atrevió a relajarse y corrió aún más tra
—Jefe, esta mujer realmente podría tener un trasfondo, ¿deberíamos continuar? Démonos prisa y vámonos. En caso de que realmente ofendamos a alguien, esto no será fácil de resolver.—Así es, jefe, esta mujer no parece estar mintiendo.Después de que Lucía dijera esas palabras, los pocos hombres que la rodeaban dudaron un poco. Lucía sonrió ligeramente, pero inmediatamente, recuperó la calma. Lo único que podía hacer era ganar tiempo desear que su llamada hubiera salido.Pero después de todo, era mejor ayudarse a sí misma que pedirle ayuda a los demás. Lucía empezó a observar el terreno y la situación a su alrededor.Esas palabras entraron claramente en los oídos de Jorge, quien frunció el ceño. Parece que Lucía realmente se encontró con algún tipo de problema.Los hombres habían dudado, naturalmente, no se atrevían a hacer daño a Lucía, pero el hombre que encabezaba el grupo había perdido la paciencia. Lucía era realmente astuta, tal y como había dicho Marta.El hombre que lideraba miró
Lucía negó con la cabeza.—De repente me doy cuenta de que no eres tan molesto. ¿Cómo se te ocurrió venir a rescatarme? Pensé que no te importaría mi llamada.Lucía se burló de sí misma, pero Jorge se sintió algo extraño con tantas emociones indescriptibles.—Ya que ahora eres mi esposa, debería haberte salvado de todas maneras.—Je, je eres muy amable. No estoy segura, si esos hombres fueron llamados por mi supuesto padre o por mi supuesta hermana —Lucía luchó con fuerza contra las lágrimas—. De todos modos, gracias por lo de hoy.Aunque era de noche, Jorge podía ver claramente los ojos enrojecidos de Lucía. Cada vez sentía más curiosidad por el motivo de su regreso al país, obviamente Lucía vivía muy bien en el extranjero y tenía un buen trabajo, ¿qué fue lo que la hizo entonces regresar?Además, primero intentaron ensuciar la reputación de Lucía y ahora consiguieron que unos pandilleros intenten violarla, ¿qué clase de odio tenían los de la familia González contra ella?Al pensar en
Al final todo salió bien y el pie de Lucía estaba vendado como si fuera un pan relleno. Jorge suspiró, lo único que podía hacer era cargar a Lucía hasta el coche.Condujo a Lucía de regreso a la casa.—Eh… ¿te quedaras esta noche? —preguntó Lucía. Al ver que los ojos de Jorge la miraban con cierta diversión, Lucía se sorprendió e inmediatamente y añadió—: No tengo otras intenciones. Es que ya es muy tarde y perderás mucho tiempo yendo y viniendo. Anteriormente limpié la habitación de invitados, así que puedes dormir ahí esta noche.Jorge caminó despreocupadamente por la sala, luego se sirvió un vaso de agua.—De acuerdo.—¿Eh? —Lucía parpadeó, luego lo comprendió y se alegró—. Voy a buscarte una manta limpia.Jorge miró la espalda de Lucía y se sintió un poco divertido. Se limitó a hacer lo que podía hacer fácilmente, ¿Lucía se había entusiasmado demasiado?Lucía se fue a dormir, se tumbó en su cama, y cuando recordó los sucesos del día sintió miedo, ¿quién era tan malvado como para ha
Al ver a Pablo, Marta inmediatamente tiró su bolso a un lado y lo abrazó con fuerza.—Papá… tú sí que sabes regañarme…Pablo extendió la mano y tocó con fuerza la frente de Marta.—¿Te has vuelto a meter en algún problema y quieres que lo arreglemos?En ese momento, Juliana se acercó casualmente con una bandeja de frutas y la colocó justo delante de los dos.—Marta ¿en qué te has metido esta vez?Marta dio un fuerte pisotón.—Mamá, papá, ¿qué acaso solo me meto en problemas? ¡Por qué me miran así!La pareja se miró y sonrió burlonamente.—Ah, Marta, ¿qué quieres?Marta estrechó con cariño el brazo de Pablo.—Papá, quiero pedirte ayuda.Pablo se quitó las gafas.—¿Qué es?Marta les contó lo que le había hecho a Lucía. Pablo se quedó muy sorprendido y después de un buen rato entendió completamente la situación.—¿Quieres que intervenga para ocuparme de esa gente?El tono de Pablo se había vuelto un poco desagradable y Juliana se sintió muy mal por dentro, inmediatamente le hizo un leve g
Al ver la mirada avergonzada de Pablo y pensar en la llamada telefónica de la mañana, Lucía frunció los labios con gran sarcasmo.¡Pablo en verdad quería mucho a Marta! Si el cuidado que Pablo tenía por Marta pudiera transferirse a ella, aunque fuera un poco, no haría… Negó la cabeza con gran disgusto. ¿En qué estaba pensando? Había mares de distancia entre ella y los González.Lucía perdió por completo la paciencia.—Padre, ¿qué quieres de mí? Aún tengo mucho trabajo en el departamento de diseño.Cuando Lucía lo señaló, Pablo perdió la compostura y dijo con gran irritación:—Es por tu hermana. Por favor, déjala tranquila esta vez.Lucía muy tranquila se cruzó de brazos.—¿Hermana? ¡Yo no tengo una hermana tan cruel!Pablo se ahogó al escucharla. El método de Marta era realmente demasiado cruel, pero no podía simplemente ver que algo le sucediera a Marta.Pablo suspiró profundamente y suavizó su voz.—Marta… no lo hacía en serio. Ambas están en el departamento de diseño y ella se sint