Capítulo38
Al ver la mirada avergonzada de Pablo y pensar en la llamada telefónica de la mañana, Lucía frunció los labios con gran sarcasmo.

¡Pablo en verdad quería mucho a Marta! Si el cuidado que Pablo tenía por Marta pudiera transferirse a ella, aunque fuera un poco, no haría…

Negó la cabeza con gran disgusto. ¿En qué estaba pensando? Había mares de distancia entre ella y los González.

Lucía perdió por completo la paciencia.

—Padre, ¿qué quieres de mí? Aún tengo mucho trabajo en el departamento de diseño.

Cuando Lucía lo señaló, Pablo perdió la compostura y dijo con gran irritación:

—Es por tu hermana. Por favor, déjala tranquila esta vez.

Lucía muy tranquila se cruzó de brazos.

—¿Hermana? ¡Yo no tengo una hermana tan cruel!

Pablo se ahogó al escucharla. El método de Marta era realmente demasiado cruel, pero no podía simplemente ver que algo le sucediera a Marta.

Pablo suspiró profundamente y suavizó su voz.

—Marta… no lo hacía en serio. Ambas están en el departamento de diseño y ella se sint
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