Lucía negó con la cabeza.—De repente me doy cuenta de que no eres tan molesto. ¿Cómo se te ocurrió venir a rescatarme? Pensé que no te importaría mi llamada.Lucía se burló de sí misma, pero Jorge se sintió algo extraño con tantas emociones indescriptibles.—Ya que ahora eres mi esposa, debería haberte salvado de todas maneras.—Je, je eres muy amable. No estoy segura, si esos hombres fueron llamados por mi supuesto padre o por mi supuesta hermana —Lucía luchó con fuerza contra las lágrimas—. De todos modos, gracias por lo de hoy.Aunque era de noche, Jorge podía ver claramente los ojos enrojecidos de Lucía. Cada vez sentía más curiosidad por el motivo de su regreso al país, obviamente Lucía vivía muy bien en el extranjero y tenía un buen trabajo, ¿qué fue lo que la hizo entonces regresar?Además, primero intentaron ensuciar la reputación de Lucía y ahora consiguieron que unos pandilleros intenten violarla, ¿qué clase de odio tenían los de la familia González contra ella?Al pensar en
Al final todo salió bien y el pie de Lucía estaba vendado como si fuera un pan relleno. Jorge suspiró, lo único que podía hacer era cargar a Lucía hasta el coche.Condujo a Lucía de regreso a la casa.—Eh… ¿te quedaras esta noche? —preguntó Lucía. Al ver que los ojos de Jorge la miraban con cierta diversión, Lucía se sorprendió e inmediatamente y añadió—: No tengo otras intenciones. Es que ya es muy tarde y perderás mucho tiempo yendo y viniendo. Anteriormente limpié la habitación de invitados, así que puedes dormir ahí esta noche.Jorge caminó despreocupadamente por la sala, luego se sirvió un vaso de agua.—De acuerdo.—¿Eh? —Lucía parpadeó, luego lo comprendió y se alegró—. Voy a buscarte una manta limpia.Jorge miró la espalda de Lucía y se sintió un poco divertido. Se limitó a hacer lo que podía hacer fácilmente, ¿Lucía se había entusiasmado demasiado?Lucía se fue a dormir, se tumbó en su cama, y cuando recordó los sucesos del día sintió miedo, ¿quién era tan malvado como para ha
Al ver a Pablo, Marta inmediatamente tiró su bolso a un lado y lo abrazó con fuerza.—Papá… tú sí que sabes regañarme…Pablo extendió la mano y tocó con fuerza la frente de Marta.—¿Te has vuelto a meter en algún problema y quieres que lo arreglemos?En ese momento, Juliana se acercó casualmente con una bandeja de frutas y la colocó justo delante de los dos.—Marta ¿en qué te has metido esta vez?Marta dio un fuerte pisotón.—Mamá, papá, ¿qué acaso solo me meto en problemas? ¡Por qué me miran así!La pareja se miró y sonrió burlonamente.—Ah, Marta, ¿qué quieres?Marta estrechó con cariño el brazo de Pablo.—Papá, quiero pedirte ayuda.Pablo se quitó las gafas.—¿Qué es?Marta les contó lo que le había hecho a Lucía. Pablo se quedó muy sorprendido y después de un buen rato entendió completamente la situación.—¿Quieres que intervenga para ocuparme de esa gente?El tono de Pablo se había vuelto un poco desagradable y Juliana se sintió muy mal por dentro, inmediatamente le hizo un leve g
Al ver la mirada avergonzada de Pablo y pensar en la llamada telefónica de la mañana, Lucía frunció los labios con gran sarcasmo.¡Pablo en verdad quería mucho a Marta! Si el cuidado que Pablo tenía por Marta pudiera transferirse a ella, aunque fuera un poco, no haría… Negó la cabeza con gran disgusto. ¿En qué estaba pensando? Había mares de distancia entre ella y los González.Lucía perdió por completo la paciencia.—Padre, ¿qué quieres de mí? Aún tengo mucho trabajo en el departamento de diseño.Cuando Lucía lo señaló, Pablo perdió la compostura y dijo con gran irritación:—Es por tu hermana. Por favor, déjala tranquila esta vez.Lucía muy tranquila se cruzó de brazos.—¿Hermana? ¡Yo no tengo una hermana tan cruel!Pablo se ahogó al escucharla. El método de Marta era realmente demasiado cruel, pero no podía simplemente ver que algo le sucediera a Marta.Pablo suspiró profundamente y suavizó su voz.—Marta… no lo hacía en serio. Ambas están en el departamento de diseño y ella se sint
Aun así, tendría que hablar con Jorge sobre Marta de antemano.Lucía retiró de inmediato la mirada, justo cuando iba a avanzar, chocó con alguien y le tiró el agua que llevaba en la mano.—Perdón, perdón —Lucía ayudó a limpiar las manchas de agua mientras tímidamente se disculpaba.—No pasa nada, sólo es un poco de agua —una suave voz sonó.Lucía levantó la cabeza estupefacta, vio a un hombre que sonreía parado frente a ella.La sonrisa del hombre era muy suave y cálida. Aunque lo salpicaron con agua no estaba para nada enfadado, al contrario, se mantenía muy tranquilo. Madurez y estabilidad fue la primera impresión que Lucía tuvo de este hombre quien tenía el encanto único e indescriptible de un hombre de treinta años, con el que ni siquiera Jorge podía compararse.El hombre vio rápidamente que Lucía lo miraba desconcentrada. Sonrió y alargó la mano con la intención de ayudar a Lucía a apartarse el pelo de la cara, pero acababa de extender la mano cuando se dio cuenta de que su movimi
Lucía, sin embargo, frunció el ceño.—¡No has contestado la pregunta que te acabo de hacer!—Tu carácter también es como el de ella, te falta paciencia.El hombre se rio entre dientes, luego agarró con sutileza la cartera y sacó una foto con gran solemnidad.—Mira, ¿no te pareces a ella?Lucía agarró la foto desconfiadamente, pero en cuanto vio fijamente a la persona de la foto, lloró:—¿Quién realmente eres? ¿Cómo tienes una foto de mi madre?La persona de la foto no era otra que la madre de Lucía cuando era joven, Camila. La mujer de la foto sonreía feliz mientras se apoyaba con ternura en el hombro de un hombre.Lucía levantó la cabeza, luego miró la fotografía de nuevo y los dos rostros se fueron superponiendo poco a poco.—¿Cuál es tu relación con mi madre?La voz de Lucía se suavizó un poco porque se trataba de su madre y porque podía darse cuenta de que la relación de aquel hombre con su madre no era una cualquiera.—Tu madre y yo… La mirada de aquel hombre se volvió vaga, como
Lucía levantó la cabeza bastante sorprendida.—¿Cómo sabes…?¿Cómo sabe que regresé al país para recuperar la empresa?Lucía no lo dijo en voz alta, pero supuso que Rogerio podía entender claramente lo que quería decir.Como era de esperarse, Rogerio sonrió con gran indiferencia.—Se supone que esto debería ser tuyo, ¿necesita haber más razones?Los ojos de Lucía se enrojecieron, por fin alguien podía entenderla.Rogerio extendió la mano y le dio una suave palmada en el hombro a Lucía.—Hija mía, has sufrido todos estos años. Cuando naciste, yo no estaba en la ciudad. Cuando regresé, te enviaron nuevamente al extranjero. Estos años, debiste haberla pasado tan mal.Lucía negó con la cabeza, con enormes lágrimas en los ojos.—Estoy viviendo una buena vida, es solo que no tengo parientes cercanos.No se sabe por qué, pero cuando vio a Rogerio, Lucía tuvo una leve sensación de familiaridad, sintió un fuerte calor en su corazón. Por eso creyó tan fácilmente las palabras de Rogerio. Después
Por desgracia, cuando ambos charlaban en el café, Jorge, que estaba haciendo su ronda por el centro comercial, los vio por casualidad.—Presidente mire, ¿no es esa la señora?El centro comercial al que los dos habían acudido estaba bajo la gestión de la familia Fernández, y daba la casualidad de que Jorge lo estaba inspeccionando hoy.Jorge acababa de dar unos pasos cuando escuchó las frías palabras de Alberto, y no pudo evitar mirar en dirección al dedo de Alberto.Vio por casualidad a un hombre elegante sentado frente a Lucía, y en ese momento la mano del hombre estaba apoyada sutilmente en el hombro de Lucía, con los ojos llenos de gran preocupación. Parecía que Lucía también estaba muy sentimental. El hombre era guapo y la mujer hermosa. El corazón de Jorge estaba muy abrumado.—Qué hay que ver aquí —Jorge dijo estas palabras con cierta pereza y frialdad, obligándose a retirar la vista.Alberto levantó con rapidez la cabeza, no entendía qué le pasaba a su jefe, sólo pudo cerrar la