Luego de todo ese drama nos fuimos almorzar, los meses siguieron su curso sin más novedades, pero eso no significaba que nuestra vida era aburrida, no es más hacíamos de todo un poco fuera de casa como también nos encerrábamos en casa disfrutando de nuestro amor lejos de todo.Pero un día nuestra paz fue interrumpida por mis padres.—Dasha hija cuanto tiempo sin verte si nosotros no venimos a verte tu no vas a visitarnos—. Me abrazo y beso.—Madre que haces aquí porque no avisaron que venían—.—No necesitamos avisar Dasha somos tus padres—.—Señores Estévez bienvenidos—. Michel los saludo. —Mi amor disculpa por no decirte que tus padres venían hoy, pero ellos querían darte la sorpresa—. Y sí que me sorprendieron días después.Esa tarde los llevamos a cenar a un restaurante popular entre la raza pura.Al regresar ellos se fueron a la habitación de huésped y nosotros a la nuestra, no me gustaba su visita.Al día siguiente me levanté temprano para preparar el desayuno para Michel y para
—¿Estudios y disfrutar?, más bien digan que Dasha no quiere darle hijos, conozco muy bien a Dasha, yo la crie y cuando se le mete a la cabeza algo no hay quien se lo saque, es eso o me equivoco, Dasha no quieres darle hijos a Melitón—. Ira, impotencia y dolor era lo que sentía en ese momento, pero era más el dolor que sentía al escuchar a mi propia madre que yo no quería darle hijos al hombre que amaba y decir que ella me conocía ni siquiera a su propio esposo lo conocía.Michel vio mis intenciones de levantarme, tomo mi mano y le dio un apretón mostrándome que él estaba a mi lado.—No creo que usted quiere que la haga abuela suegra está usted muy joven para convertirla en abuela no lo cree—. Mi madre se llevó la mano al pecho.—Tienes razón aún no, esperen unos años más—. Michel me sonrió y beso mi mano.—Quería proponerles algo ya que me imagino que se sienten solos aquí, como ve Dasha y yo casi nos las pasamos fuera de casa y me gustaría darle una habitación en el hotel, ahí pueden
—Dasha has algo—. Vociferó Johan. Solo la mire. —Michel basta no vale la pena, sabes bien qué sería incapaz de si quiera corresponder algo con este hombre—. Su mirada conecto con la mía. Soltó al poco hombre de Rafael y se acercó a mí. —Lo se amor—. —Vamos a casa—. Le dije con un tono suave. Estaba tan decepcionada del acto de mi supuesto amigo. —¿Por qué seguiste manteniendo una amistad con él? —. Su lado posesivo había salido. —Porque fueron los únicos que se acercaron a mi sin intenciones de pretender algo—. —En este círculo social no sabes quiénes son tus verdaderos amigos amor, todo es competencia y más si los negocios son de la misma clase—. Y lo aprendí en tan solo unos meses. —Para la próxima tendré cuidado—. Le dije con angustia. —Lo se mi amor disculpa por hacerte semejante escandalo sabes que no soy un hombre de pleitos, pero no pude contenerme cuando te vi abrazada a él—. —Se supone que me estaba felicitando por haber llegado a las finales—. —Pasaste amor—. Ase
—Dame una pista—. Lo mire con suplica esa mirada nunca fallaba. —Es una nueva empresa—. Asintió, lo único que se me cruzo por la cabeza fue que tendría más compromiso. —Es una nueva empresa sí, pero para ti, de aquí saldrán las mejores joyas para las joyerías importantes del país y del mundo entero—. Hablaba con una visión que me hacía creer en ella. Él era así un gran visionario que si siguiera con vida quien sabe que hubiera logrado en estos cinco años de su ausencia, ausencia que cada día me pesa más, Pero la sobrellevó de la mejor manera posible. Regresando al pasado donde era sumamente feliz. Sus palabras se volvieron realidad al cabo de año y medio cuando la empresa Dasha Melitón recobró fuerza en el ámbito de joyerías de innovación, así fue como mi esposo la nombró con muchas objeciones de mi parte claro que primero se iba llamar Dasha Estévez, me opuse ante eso no quería darle una retribución al apellido que tanto me había pesado tener, quería a mis padres pero después de t
Salimos de su oficina y fuimos al médico, al llegar tomamos asiento y esperamos a que el doctor llamará a Michel, a los cinco minutos él lo llamo, pase junto a él escuché las preguntas y respuestas después de media hora salimos con una solicitud para una prueba de tomografía y otras más, a los días se hizo la prueba, al día siguiente volvimos con él doctor nuevamente, esa vez Michel prefirió hablar con el médico solo, no me quedo de otra que esperar afuera, estuvo dos horas en el consultorio y cuando salió su rostro estaba acojonado, por más que le pregunté no me quiso decir nada.Está vez se encerró y construyó un muro el cual me era imposible penetrar, por más que le preguntará no quiso decirme nada siempre me decía que me amaba que lo estuviera presente, no me dejó opción que ir con su médico y preguntar qué era lo que le sucedía a mi esposo, no obtuve respuesta ya que el galeno se refugió en la confidencialidad de paciente médico, ni si quiera por ser su esposa obtuve respuesta.E
Los meses transcurrían y Michel decaía más y más cada día, mi miedo de perderlo crecía con las horas y los días, un día su cuerpo no pudo más llame a los médicos, mandé acondicionar una habitación especial para nosotros, no pensaba separarme de él ningún segundo, había tres enfermeras y el doctor que venía todos los días a verlo.—Dasha siento que ya no puedo más—. Me dijo en un día lluvioso, era como si el cielo había confabulado con él. —Quiero que seas feliz mi amor, sé que un día llegará un hombre que te ame con la misma intensidad que yo te amo—. Negué ante sus palabras.—No mi amor no habrá ningún otro hombre tan anticuado como tú y que me ame igual como tú lo haces, no me dejes—. Dije con una sonrisa, los ojos acuosos y el corazón en la mano.—Vas a ver qué si mi amor, no será anticuado, pero sé que te amará, por que tu mereces que te amen, eres una gran mujer; eres maravillosa; inteligente; buena esposa y buena amante, quien no quisiera una mujer como tu—.—No, mi amor no diga
Los días se volvieron semanas y las semanas meses, respiraba porque tenía que hacerlo, me sentía sola y devastada, me sumí en una depresión que estuve que ser tratada por ello, meses después recordé todo lo que me dijo Michel, mire esa fotografía que él dijo que traerían quise mostrarle que si podía pero una cosa era pensarlo y otra hacerlo, no pude superar su muerte y no creo poder hacerlo, pero de una cosa estaba segura y era que iba mantener el legado de Michel, por ello decidí usar su apellido, en el día me dedicaba atender sus negocios y le mostraba al mundo que era una mujer fuerte, pero en la noche en mi refugio que era mi hogar ese hogar vacío sin mi amado esposo me rompía en mil pedazos.Lloraba hasta la madrugada para en el día seguir mostrando a esa mujer fuerte.Así fueron pasando los años después de cuatro años empezaron a llover los pretendientes sin éxito alguno, yo no estaba dispuesta a involucrarme en una relación además sabía que ellos solo me pretendían por lo que p
Dasha.—Se encuentra bien señorita, está bien no se golpeó—. Lo miro a sus ojos, tiene un color exótico, uno de ellos es color miel y el otro de un café verdoso, su voz hace que mi cuerpo se estremezca y la calidades de su aliento en mi rostro hace que mi piel se erice.Mi corazón late desbocado que me estaba pasando con ese muchachito tendría como unos veinticuatro años o veintiséis. Me separo de él, vaya escena más cliché pensé.—Si estoy bien, lamento mucho mi torpeza—. Dije firme, ningún hombre me iba poner nerviosa, el único que tenía ese efecto era Michel además ya no era ninguna quinceañera.—No discúlpame tu a mi es que estaba lanzándole un frisbee a mi perro y no me di cuenta que usted venía—.—Descuide no le estoy pidiendo explicaciones con permiso—. Trote de vuelta a casa con un circo de mariposa revoloteando en mi estómago.Tomé mi desayuno, luego me di un baño, debía prepararme para iniciar mi día ajetreado. Media hora después salí no sin antes ir a ver a mi madre.Subí a