Hemos llegado al final de esta hermosa historia de amor donde se demuestra que para el amor no hay ni impedimento social. Espero la disfruten, muchas gracias por el apoyo brindado a esta historia. ^_^ ♡♡♡♡
Ella una mujer de treinta y tres años, viuda, codiciada por muchos hombres y envidiada por muchas mujeres, su vida no ha sido fácil después de la pérdida de su esposo, tiene que lidiar con una sociedad machista y con la envidia de muchas personas.Su vida da un giro inesperado cuando por cosas de la vida pasa por una escena cliché donde la chica choca con él chico y termina en sus brazos.Pero no todo termina hay, si no que sus día a día se vuelven a cruzar una y otra vez, donde la chispa y él deseo esta ahí latente sin ellos darse cuenta....Él un hombre de veinticuatro años está locamente enamorado de su novia con la cual piensa casarse pronto.El día que él había decidido dar el paso de formar una familia junto a ella, su mundo se derrumbo al encontrarla en una situación que él jamás pensó, su excusa fue que él jamás le brindaba la debida atención que ella merecía.Ella lo dejo con él corazón roto, se prometió y perjuro no poner sus ojos en ninguna otra mujer.Cuando su mundo solo
Hace dieciséis años contraje nupcias con él hombre más raro que pude conocer, y no digo raro de la manera en que sean cosas fuera de lo común, él era un hombre de otra época, era como si se hubiera atascado en el tiempo y no pudo volver a su época, él era de esos hombres del siglo pasado, pero aun así lo ame y eso que pensé que nunca lo podría amar.Nos casamos a los días de cumplir los dieciocho años, él era un hombre de buena posición y mi padre como quería formar parte de esa sociedad o como le dicen círculo social, pero yo lo veo, así como una sociedad que margina a las demás, me caso con él señor Michel Melitón. Michel tenía treinta años cuando contraje matrimonio con él, a pesar de parecer un hombre del siglo XIX era un hombre de buen ver, pero no por que pareciese de ese siglo me trataba como esos hombres de esa época donde las mujeres casi no tenían ni voz ni voto. No él me dejó ser a mi manera, pero eso si siempre me comporte como una esposa y señora.A pesar de no querer cas
Narra Dasha. Mi historia de amor empezó hace años atrás. Para ser precisos hace dieciséis años cuando me obligaron a casarme con él hombre más raro del universo entero, aunque después de su muerte pensé que todo había terminado para mí, lo llegué amar cómo una loca enamorada, con él era libre me sentía la dueña del mundo y del universo a decir verdad de todo. Con él conocí cosas que jamás había imaginado su manera de amar era única. Dieciséis años y cuatro meses antes. —Buenos días hija—. Miro a mi padre que irrumpe en mi habitación con una gran sonrisa. —Buenos días padres ¿cómo estas, como te fue? —. Él sonríe de gran manera. —Muy bien hija tengo una gran noticia que darle a tu madre y a ti, ¿dónde está ella Por cierto? —. Me encojo de hombros. —Supongo que es una gran noticia ya que sonríes de oreja a oreja—. —Si que lo es mi amor—. —Okey la dirás a la hora de la cena o me equivocó—. —Si termina de hacer tus deberes para que vengas a preparar la cena—. —Si padre—. Digo co
Lo prepare y cuando termine fui a pedirle a mi padre que me ayudara con la charola, pero en cambio el señor Wellington se ofreció.Mi padre según se opuso alegando que era un invitado, pero al final accedió que él me ayudase.No le creía su gesto de buena voluntad, pero no podía negarme a nada. En cuanto apareció en la cocina se acercó a mí y me acorraló contra el fregadero.—Pronto te convertirás en mi esposa, ya tengo todo un plan contigo—. Me quede perpleja ante su acto.Se acercó a mí y trato de besarme, pero increíblemente lo esquive para que sus labios no tocaran los míos.—Me encantan las niñas difíciles, y tú no te escaparas de mí—. Me presionó contra su panza y el mueble.Iba gritar, pero él intrépidamente me lo impidió tapando mi boca, su mano libre se introdujo dentro de mi vestido rozando mi muslo, mi cuerpo temblaba.—Me gustan las niñas sin experiencia y tu cuerpo me dice que no has sido tocada—. Mi corazón latía desbocado en mi mente llamaba a mi madre y a mi padre a gr
Esas palabras martillaban en mi cabeza, pero aún no le encontraba alguna razón por la cual mi madre me las decía, era tan inocente en ese aspecto que ni siquiera sospechaba de las tretas que estaba haciendo mi padre, como las iba sospechar. Mi padre entro por la puerta junto con un hombre de buen ver a simple vista, sus ojos color café eran atrayentes y su porte denotaba alguien con poder, pero a la vez mostraba un hombre sencillo. —Buenas tardes señora Estévez como ésta—. —Muy bien señor Melitón bienvenido a mi hogar—. —Te presento a mi hija Dasha—. —Es un placer conocerla linda doncella—. Solo escuchar esas palabras me traslado a otra época. —Es un gusto conocerlo señor Melitón—. —Tiene una linda hija señor Estévez—. —Lo sé, muy bien señor Michel—. Su mirada conecta con la mía. Pongo mi cara seria, aunque por dentro estoy algo desconcertada por su mirada atrayente. Y como siempre el vino no falto, mi padre gastaba lo poco que tenía para impresionar a esos hombres, siempre e
Un gran bullicio se escuchó en todo mi alrededor de pronto todo eso me empezó a molestar. —No... No voy a ser la esposa de un hombre tan anticuado como usted, y no quiero ser esposa de nadie—. Me levanté y salí corriendo. Yo no podía creer lo que me estaba sucediendo como se atrevían mis padres hacerme esto, sé que me castigarían, pero no me importaba no estaba dispuesta que jugaran así con lo que yo quería, quería ser diseñadora de joyerías tenía tres cuadernos llenos de bocetos de ellos. Yo pensaba ser una diseñadora y mis padres pensaban en casarme, empecé a llorar de la impotencia, solo era una chica de casi dieciocho años que apenas está aprendiendo de la vida. Corrí a todo meter de repente la lluvia empezó a caer. El pie se me doblo y el tacón del zapato se rompió, me los quite y los tire, ya me daba igual todo, yo había caminado el asfalto sin zapatos esta no sería la primera vez. La lluvia camuflajo mis lágrimas, de pronto sentí que alguien me tomo del hombro deteniendo mi
Narra Dasha.Mi padre se giró hacia mí y aproveché que me observaba. —Por favor padre te lo pido, por favor piedad haré lo que tú pidas te lo suplico no me cases con ese hombre—. Lo mire con dolor eso era lo que sentía.—Bien te escuchó Dasha ¿con cuál de los dos? —. Tenía esperanzas que me dijera que sugiera estudiando y que después veríamos con cual me casaba, pero no él quería que contrajera matrimonio ya. —Estoy esperando Dasha responde—. Era obvio que no me iba casar con ese viejo gordo, además de eso me doblaba la edad él tenía cuarenta años y se había casado cinco veces y todas sus esposas fueron chicas de diecinueve años.Yo no iba estar en su lista de divorciadas y maltratadas mi mejor opción era Melitón.—Con el señor Michel Melitón papá prefiero mil veces ser su esposa que ser esposa de ese hombre horrible—. Preferí lo anticuado y de otra época, además que él me respeto en todo momento, mientras estuvimos frente a frente, en cambio el otro no había llegado Navidad y ya quer
—Pasen por favor—. Nos invitó de una forma muy amable, él aún sostenía mi mano y no me incomodaba ya para que.Entramos a su casa, esta era hermosa si por fuera se veía hermosa por dentro era mucho mejor y ese toque de antigüedad no falto.Pasamos al salón y enseguida fuimos atendidos por tres mujeres mayores.A mis padres le sirvieron champán mientras que a mí me sirvieron un jugo natural.Luego de ello vino la plática tan amena entre ellos, media hora después estábamos en la mesa comiendo la exquisitez que habían servido.Después de cenar fuimos nuevamente al salón donde el señor Melitón estaba más nervioso.—Dasha me permites ponerte el anillo de compromiso—. Se acercó a mí y se arrodilló. —Me permites tu mano—. Le extendí mi mano izquierda, la tomo con delicadeza y colocó un hermoso anillo en mi dedo, mi madre al ver el anillo le brillaron los ojos, lo miro con una expresión como si quisiera que se lo colocaran a ella.El anillo era de oro con un elegante diamante incrustado, este