—Dasha has algo—. Vociferó Johan. Solo la mire. —Michel basta no vale la pena, sabes bien qué sería incapaz de si quiera corresponder algo con este hombre—. Su mirada conecto con la mía. Soltó al poco hombre de Rafael y se acercó a mí. —Lo se amor—. —Vamos a casa—. Le dije con un tono suave. Estaba tan decepcionada del acto de mi supuesto amigo. —¿Por qué seguiste manteniendo una amistad con él? —. Su lado posesivo había salido. —Porque fueron los únicos que se acercaron a mi sin intenciones de pretender algo—. —En este círculo social no sabes quiénes son tus verdaderos amigos amor, todo es competencia y más si los negocios son de la misma clase—. Y lo aprendí en tan solo unos meses. —Para la próxima tendré cuidado—. Le dije con angustia. —Lo se mi amor disculpa por hacerte semejante escandalo sabes que no soy un hombre de pleitos, pero no pude contenerme cuando te vi abrazada a él—. —Se supone que me estaba felicitando por haber llegado a las finales—. —Pasaste amor—. Ase
—Dame una pista—. Lo mire con suplica esa mirada nunca fallaba. —Es una nueva empresa—. Asintió, lo único que se me cruzo por la cabeza fue que tendría más compromiso. —Es una nueva empresa sí, pero para ti, de aquí saldrán las mejores joyas para las joyerías importantes del país y del mundo entero—. Hablaba con una visión que me hacía creer en ella. Él era así un gran visionario que si siguiera con vida quien sabe que hubiera logrado en estos cinco años de su ausencia, ausencia que cada día me pesa más, Pero la sobrellevó de la mejor manera posible. Regresando al pasado donde era sumamente feliz. Sus palabras se volvieron realidad al cabo de año y medio cuando la empresa Dasha Melitón recobró fuerza en el ámbito de joyerías de innovación, así fue como mi esposo la nombró con muchas objeciones de mi parte claro que primero se iba llamar Dasha Estévez, me opuse ante eso no quería darle una retribución al apellido que tanto me había pesado tener, quería a mis padres pero después de t
Salimos de su oficina y fuimos al médico, al llegar tomamos asiento y esperamos a que el doctor llamará a Michel, a los cinco minutos él lo llamo, pase junto a él escuché las preguntas y respuestas después de media hora salimos con una solicitud para una prueba de tomografía y otras más, a los días se hizo la prueba, al día siguiente volvimos con él doctor nuevamente, esa vez Michel prefirió hablar con el médico solo, no me quedo de otra que esperar afuera, estuvo dos horas en el consultorio y cuando salió su rostro estaba acojonado, por más que le pregunté no me quiso decir nada.Está vez se encerró y construyó un muro el cual me era imposible penetrar, por más que le preguntará no quiso decirme nada siempre me decía que me amaba que lo estuviera presente, no me dejó opción que ir con su médico y preguntar qué era lo que le sucedía a mi esposo, no obtuve respuesta ya que el galeno se refugió en la confidencialidad de paciente médico, ni si quiera por ser su esposa obtuve respuesta.E
Los meses transcurrían y Michel decaía más y más cada día, mi miedo de perderlo crecía con las horas y los días, un día su cuerpo no pudo más llame a los médicos, mandé acondicionar una habitación especial para nosotros, no pensaba separarme de él ningún segundo, había tres enfermeras y el doctor que venía todos los días a verlo.—Dasha siento que ya no puedo más—. Me dijo en un día lluvioso, era como si el cielo había confabulado con él. —Quiero que seas feliz mi amor, sé que un día llegará un hombre que te ame con la misma intensidad que yo te amo—. Negué ante sus palabras.—No mi amor no habrá ningún otro hombre tan anticuado como tú y que me ame igual como tú lo haces, no me dejes—. Dije con una sonrisa, los ojos acuosos y el corazón en la mano.—Vas a ver qué si mi amor, no será anticuado, pero sé que te amará, por que tu mereces que te amen, eres una gran mujer; eres maravillosa; inteligente; buena esposa y buena amante, quien no quisiera una mujer como tu—.—No, mi amor no diga
Los días se volvieron semanas y las semanas meses, respiraba porque tenía que hacerlo, me sentía sola y devastada, me sumí en una depresión que estuve que ser tratada por ello, meses después recordé todo lo que me dijo Michel, mire esa fotografía que él dijo que traerían quise mostrarle que si podía pero una cosa era pensarlo y otra hacerlo, no pude superar su muerte y no creo poder hacerlo, pero de una cosa estaba segura y era que iba mantener el legado de Michel, por ello decidí usar su apellido, en el día me dedicaba atender sus negocios y le mostraba al mundo que era una mujer fuerte, pero en la noche en mi refugio que era mi hogar ese hogar vacío sin mi amado esposo me rompía en mil pedazos.Lloraba hasta la madrugada para en el día seguir mostrando a esa mujer fuerte.Así fueron pasando los años después de cuatro años empezaron a llover los pretendientes sin éxito alguno, yo no estaba dispuesta a involucrarme en una relación además sabía que ellos solo me pretendían por lo que p
Dasha.—Se encuentra bien señorita, está bien no se golpeó—. Lo miro a sus ojos, tiene un color exótico, uno de ellos es color miel y el otro de un café verdoso, su voz hace que mi cuerpo se estremezca y la calidades de su aliento en mi rostro hace que mi piel se erice.Mi corazón late desbocado que me estaba pasando con ese muchachito tendría como unos veinticuatro años o veintiséis. Me separo de él, vaya escena más cliché pensé.—Si estoy bien, lamento mucho mi torpeza—. Dije firme, ningún hombre me iba poner nerviosa, el único que tenía ese efecto era Michel además ya no era ninguna quinceañera.—No discúlpame tu a mi es que estaba lanzándole un frisbee a mi perro y no me di cuenta que usted venía—.—Descuide no le estoy pidiendo explicaciones con permiso—. Trote de vuelta a casa con un circo de mariposa revoloteando en mi estómago.Tomé mi desayuno, luego me di un baño, debía prepararme para iniciar mi día ajetreado. Media hora después salí no sin antes ir a ver a mi madre.Subí a
Hace un año me preparé como diseñador de joyas, Elías me comento que donde él trabaja estaban buscando nuevos diseñadores para la compañía, aplique con uno de mis diseños y ahora estoy a la espera de la llamada a ver si soy uno de los afortunados.Ya quiero dejar el trabajo de celador eso no es para mí. Horas después mi teléfono suena lo tomo de inmediato.-Bueno-. Digo al descolgar la llamada.-Buenos días hablo con el señor Josiah Nathaniel Valmiera-.-Si él habla-.-Es un gusto, le hablo de industrias Dasha Melitón era para comunicarle que la señora Dasha Melitón desea hablar con usted personalmente sobre su diseño, podría presentarse hoy mismo-. Escuchar eso hizo que mi corazón se detuviera, tal vez la vida me iba volver a sonreír y al fin trabajaría de lo que me gustaba y para lo que me había preparado. -Esta ahí señor-.-Si estoy aquí lo siento a ¿qué hora? disculpe la pregunta-.-Si es posible ya, en cuanto llegue puede anunciarse en recepción y ellos lo pasarán en seguida-.-S
En la tarde fui al trabajo que tenía y renuncié según en una semana tendrían el depósito de mi dinero.Al día siguiente hice mi rutina matutina y con el deseo de encontrarme a esa linda señorita de ojos verdes selva, no sé cómo le haré, pero la tendré en mi cama en cualquier momento.Por más que haya recorrido la playa no la he visto, de pronto Mac sale corriendo y tengo que salir detrás de él.—Mac que rayos te pasa ven aquí Mac—. Le grito. —Mac, Mac—. Le sigo gritando y nada que se detiene hasta que lo pierdo de vista. —Lo voy a castigar por una semana—. Busco hasta que lo veo sentado al lado de alguien me acerco.—Eres hermoso—. Esa voz hace que mi corazón vuelva a vibrar. —Te perdiste, donde esta tu dueño—.—Tu dueño soy yo, digo yo soy su dueño—. Ella se levanta y no puedo evitar mirarla de arriba abajo, su cuerpo es todo tentación.Su mirada verdosa me examina detenidamente. —Y como sé que en verdad eres su dueño, qué tal si solo te estás haciendo pasar por su dueño—. Sonrió.—N