"Mi Señor". Leonard se dirige a él, inclinando ligeramente la cabeza. No me molesto en hacer lo mismo. Mantengo la cabeza alta, mirándole fijamente como si hubiera perdido la cabeza, porque está claro que sí.

¿Qué demonios hace él aquí?

"Yo me ocuparé a partir de aquí, Leonard", dice Alfa Reagan en un tono muy seco y con voz ronca. Leonard se gira y me dedica una sonrisa dolorida que me rompe el corazón en mil pedazos.

"Hasta mañana", dice con calma y pasa junto a mí hacia su coche. Veo con rabia en el pecho cómo se sube al coche y se marcha. Cuando giro la cabeza hacia Alfa Reagan, echo humo y estoy a punto de estallar en llamas ante él.

"Debes de sentirte muy poderoso ahora mismo".

"Por supuesto que sí. Estoy en tu presencia. Tu presencia me hace sentir poderoso". Pongo los ojos en blanco con tanta fuerza que casi se me atascan atrás de la cabeza.

"¿Estuviste esperando aquí todo el tiempo?". Mi expresión se ha endurecido al hacerle esa pregunta.

"¿Yo?", se señala a sí mismo y