El señor James no va a hacerme llorar.

Ryan está a mi lado mientras trabajo. Mirándome y sin decir nada, pero ayudándome en todo lo que necesito.

Tardo aproximadamente una hora en dibujar mis diseños. Y una hora y media para que mi equipo y yo les demos vida. Hay algunos errores en el proceso, pero los corregimos y los resultados finales se exhiben en los maniquíes tal y como se nos ha indicado.

Cuando suena la campana, hemos terminado y la mayoría de los diseñadores también, pero unos pocos siguen luchando con su diseño final.

Casi se me sale el alma del cuerpo cuando los jueces vuelven a reunirse en el centro de la sala para dirigirse a nosotros.

Sé que lo he hecho bien. Los bikinis lucen estupendos en los maniquíes, pero sigo sintiéndome nerviosa. Nunca había tenido una experiencia así. Dios, espero no llorar.

La siguiente hora transcurre con los jueces acercándose a los diseñadores y sus diseños y pidiéndoles que expliquen lo que han creado y por qué creen que la gente deberí