capitulo 2

¡La secretaria de mi padre es una belleza única! Ella pudo reconocerme. ¡Me agrada! ¡Me gusta cómo me mira y me pone sus palabras como un desafío!

Unos minutos después, el presidente recibió a Katty en su oficina en la villa. Estaban otros empresarios. Su belleza resaltaba donde quiera que ella estuviera. Su presencia en la oficina causó que los demás se preguntaran: ¿quién era ella? Era como una dama misteriosa. El presidente soltó una carcajada al ver la cara de confusión que tenían sus invitados y cómo sus ojos estaban perdidos en el cuerpo y la belleza de su secretaria.

Todo en la sala siguió su ritmo.

¡Ella es mi secretaria Katty, la chica que nadie supera, ni siquiera yo!

¡Gracias por el cumplido, señor presidente! dijo ella. ¡Pero nadie supera su magnífico intelecto en esta industria!

¡Has trabajado muy duro estos días! ¿Qué tal si también tomas unas vacaciones? dijo el presidente.

En ese momento apareció el chico playboy. Como lo había marcado Katty, desde que lo vio, su mente se llenó de un solo nombre: Jack, el playboy. Pero tampoco podía negar que era un hombre seductor. A lo largo de estos dos años, se había vuelto aún más guapo y endemoniadamente sexy.

Jack era alto y tenía una presencia dominante, vestía ropa de marca y tenía una mandíbula cuadrada. Era un demi-god en el cuerpo de un hombre, era guapo.

¡Buenas noches a todos!

¡Jack! Hijo mío, ven aquí.

¡Padre!

Jack y su padre se abrazaron. El presidente pidió a todos que salieran, pero la secretaria Katty podía quedarse.

Le comentó a Jack que la secretaria Katty no debía ser removida de su cargo.

¡Ella será tu secretaria personal también!

Katty se sintió agradecida. Por lo menos no estaba en la lista de perder su empleo.

¡Padre, descuida! Ella será mi secretaria personal, como lo ordenes, dijo Jack a su padre.

¡Señor, aquí están los documentos que me pidió que trajera!

¡Claro! Mira que lo olvidaba, no sé qué sería de mí sin ti, Katty, dijo el presidente con una sonrisa.

En la mente de Jack, no estaba la secretaria Katty, sino su cuerpo. Ella tenía un cuerpo de muñeca, con sus curvas bien definidas. Una cabellera corta y unos pechos que dejarían a cualquier hombre loco y dispuesto a estar de rodillas.

Ella se marchó, dejándolos solos. Jack la seguía mirando mientras Katty caminaba hacia la salida de la oficina. Su padre siguió la mirada; todo recayó en el cuerpo de Katty.

¡Te gusta su cuerpo, verdad?! le dijo el presidente a Jack.

¡Padre, estaba distraído, perdón!

¡Esa es la razón por la que la dejé a ella como tu secretaria! Ella te hará entrar en razón y sacarte la distracción, le dijo el presidente a Jack.

Momento después, ella se mezcló en la fiesta, bailando y siguiendo el ritmo. Ella celebraba porque acababa de mantener su trabajo. Era motivo suficiente para celebrar.

Jack y su padre salieron a la pista de baile. Cuando vieron que el presidente estaba solo con esa persona, hablando constantemente y sonriendo, supusieron que debía ser el nuevo presidente. Su aspecto y magnitud lo decían por sí solos: el hijo mayor, Jack Bill.

Todos estaban comentando sobre su esmoquin Gucci, que su cuerpo era atlético. Otros decían que era un bombón. “Una noche con él, bastaría.”

Algunos argumentaban que “Machos así te comen completa.” “Tus orgasmos se duplicarían suplicando por más.”

Esa es la razón por la que, para Katty, él era un playboy, y así era. Ese tipo de comentarios eran los que le gustaban a Jack, porque él ya sabía que podría darse un festín en la empresa de su padre.

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