«CAPÍTULO 46»Bruno Harper Separo un poco las piernas, y me recuesto sobre el enorme sofá de cuero dentro de mi oficina, apenas, Marcus, mi abogado de cabecera se sienta con confianza delante de mí. Los nudillos de mis manos se vuelven blancos apenas termino de leer el mensaje de texto que me ha llegado a mi teléfono, en donde recibo amenazas contra la vida de April. Mi mandíbula se tensa, y las ganas de tirar el móvil contra la pared se hacen presentes, porque no es la primera vez que este tipo de advertencias llegan.Lo mejor para todos por ahora será mantener a mi novia al margen posible, tenía pensado enviarla a París de vacaciones con MacKenzie, y su mejor amiga, estando lejos, y en un lugar en donde sólo yo sabré, podría ayudarme a ganar tiempo y así poder encontrar a ese hijo de puta que insiste en hacernos daño. —
CAPÍTULO 47—Quizás más que mi propia vida. —Dije sin más—, necesito que esté al pendiente de estado clínico de Aine, apenas despierte, me lo hacen saber… —El hombre se levantó del sofá—. Tengo que decir algo más—, rugí buscando un sobre con la copia de los mensajes que me han estado enviado desde hace unos días. El anciano sujeto abrió los ojos perplejos.—¿Desde cuándo está pasando esto?—Desde hace tres días…Confesé.—¿Hace tres días? Es la misma cantidad de…—Del tiempo que Aine lleva en el hospital, ¿crees que sea ella? ¿Ella estará enviando estas amenazas en contra de mi mujer?Mi abogado se acomodó los lentes antes de hablar—Para ser franco, señor, no lo creo&hel
«CAPÍTULO 48»Mi cabeza me duele demasiado una vez logro abrir de nuevo mis ojos, el olor a hospital me obliga a querer vomitar, pero terminó suprimiendo aquel deseo al mirar con claridad la silueta de mi novio cruzar el umbral de la puerta. Me siento un poco mareada, un ardor horrible en mi estómago me incomoda un poco, entre tanto determino a Taewoo a un costado de Bruno, y Martin detrás de ellos.—¿Qué me pasó? —Es lo primero que pregunto, mis manos agarran mi cabeza porque realmente el dolor es insoportable—, ¿por qué se quedan callados? ¿Qué me pasó?El magnate británico carraspea un poco la garganta antes de tomar el control de la situación, —April, la cuestión es que… Alguien intentó matarte… —Pude sentir como mi corazón se detuvo de inmediato—, no quiero que te alteres, estamo
CAPÍTULO 49Apenas el castaño abrió la puerta de mi casa, un olor a podrido nos golpeó con fuerza, mis ojos se abrieron al ver el desorden en la sala, había restos de comida en el suelo, mis zapatos deportivos sobre el sofá, y ni hablar de la basura que me había prometido tirar desde hace algunos días. Bruno me observó sin ni siquiera decir una sola palabra. Solo observaba el panorama, quizás horrorizado al igual que yo.Es que si bien, esta era la segunda vez que mi novio venía a mi casa, pero jamás me imaginé que se llevaría esta horrorosa sorpresa. Deseaba con toda mi alma que la tierra se abriera ahora mismo y me tragara, antes de seguir pasando por esta bochornosa situación. —Lo siento, yo… —Mi voz tambaleó, en el justo momento en que intenté excusarme, mis piernas dieron algunos pasos, y logré recoger un par de bolsas de papas fritas, antes de que el dolor en mi muñeca derecha en donde estuvo el catéter me comenzara a aparecer. —¡Mierda! —Grité, al sentir una punzada recorrer to
«CAPÍTULO 50»De repente, todo quedó en silencio en mi habitación.Las cálidas manos de Bruno, se deslizaron suavemente por mis hombros, hasta llegar al inicio de mi camisa. El británico, observó con determinación mis ojos, antes de arrancar el primer botón de aquella prenda que me cubría de mi desnudez. El palpitar de mi corazón golpeaba con insistencia entre mis oídos, logrando que todo mi cuerpo se quedase paralizado delante de él.Tragué saliva una vez sus dedos hicieron contacto con la piel sensible de mi pecho, giré la cabeza un poco hacia un costado de la cama, para así permitirle al señor Harper continuar con su misión, mis piernas se sentían inquietas, ya que todo mi sistema no estaba reaccionando de la mejor manera. Había demasiadas cosas dentro de mi cabeza, ¿Me dolerá demasiado? ¿Lo har&
CAPÍTULO 51De repente, Bruno comenzó a empujar con suavidad hacia mi centro, cada vello de mi piel se enchinó porque aquella sensación era completamente nueva para mí. Sus brazos rodearon mi cintura, entre tanto mis glúteos se sacudían lentamente de atrás hacia adelante. Mis tetas se frotaban contra su pecho, entre tanto su miembro comenzaba a invadir mi zona.Ardor, fue lo que sentí primero.Vergüenza, fue lo que sentí después.Placer, fue lo que recorrió todo mi cuerpo luego de algunos segundos de forcejeo.—¿Estás bien? —Preguntó mi novio con preocupación, —¿Quieres que me detenga? —Negué tan rápido con la cabeza, que hasta yo misma me sentí aterrada de mi repuesta. Lo último que quería ahora mismo era que él se detuviera. Deseaba con toda mi alma que Bruno
«CAPÍTULO 52»Bruno Harper—¿Qué está sucediendo aquí?La voz de carolina, la mejor amiga de mi novia nos colocó a April y a mí en alerta.La rubia mujer se quedó debajo del marco de la puerta de la habitación de mi novia, estática y cruzara de brazos, al observar con detenimiento lo que estaba sucediendo aquí. Mi pulso comenzó a acelerarse al mirar como la pelinegra a mi lado se ocultó debajo de las sábanas con total vergüenza.—¿Podrías por favor salir de aquí? —Escupí cubriendo con mi cuerpo a mi novia. —¡La estas asustando! —Vociferé usando un tono de voz fuerte. Carolina sonrió a medio lado, le dio el último vistazo a la chica, para luego desaparecer delante de nosotros—, ya se fue… —Exclamé saliendo de en medio de las co
CAPÍTULO 53—¿De qué me perdí?Cuestioné, mientras Carolina tornaba sus ojos.—Nada que te importe, metiche.Escupió la rubia, logrando que April abriera los ojos de golpe.—Te hice algo, ¿o cómo?—¿De qué hablas?Volvió a hablar, pero esta vez fulminándome con la mirada.—Seré directo, señorita…—Troné los dedos para recordar su apellido—, Montenegro… ¿Estás en contra de que salga con tu amiga?Esta bufó sonriendo llena de sarcasmo.—Eres una peste, Bruno Harper… —Escupió, haciendo que mi pecho dolería repentinamente—, sin embargo, no puedo ir en contra de los sentimientos de mi mejor amiga, si ella te eligió, si ella te escogió entre cientos de chicos que deseaban amarla, es porque eres el indicado.—¿Entonces por qué me detestas tanto?Carolina bajó la cabeza, su mentón temblaba como si quisiese decir algo que no podía expresar con simples palabras—La estás arrastrando… —Mis piernas se sintieron como gelatinas—, el país la está odiando sin ninguna razón por tu culpa, April quedó com