CAPÍTULO 20
¿Por qué?
¿Para qué hacía todo esto?
Mis manos apretaron mi pecho cuando una extraña sensación y que jamás había sentido se instaló en mi estómago, quería sonreír, claro que quería hacerlo, pero entendía que si lo hacía estaría en el borde del precipicio. Bruno Harper, no me puedo enamorar de Bruno Harper. Intenté convencerme a mí misma que todo esto lo hacía para elevar su ego, que su único propósito era llevarme a la cama y deslumbrarme con su dinero para tenerme a sus pies.
Al salir de la universidad, Diego, su chófer de confianza ya me estaba esperando, o eso creí antes de ver a mi propio jefe saliendo de su coche, tan elegante, tan mancho, tan alfa como solo él era. Una sonrisa amplia sacudió mi corazón, entre tantos cientos de estudiant
«CAPÍTULO 21»Bruno Harper.Todo mi cuerpo se descompuso en el justo momento en que mis oídos escucharon aquella estúpida confesión que venía de parte del bastardo de Kim Taewoo. Sus ojos acusadores me observaron detenidamente, mientras yo solo veía como su mano sostenía con vehemencia la muñeca de April Parker. Mis pies se movieron inquietos por el deseo que invadía mi cuerpo al querer quitarle esa sonrisa de satisfacción de la cara.—¿Qué acabas de decir? —Escupí dejando reposar mis dedos sobre mi cadera, la chiquilla de ojos oscuros, me observó asustadiza, si bien, sabía que en cualquier momento podía explotar, sin embargo, no podía ser ni aquí ni ahora. Debía cerrar un contrato millonario con los franceses, y por nada del mundo podía echar a perder algo que me costó demasiado obtener. &mdas
CAPÍTULO 22Fulminé con la mirada a Diego una vez me sacó de mi trance, —¿No va a esperar a la señorita Parker? —Mi cara se tuvo que haber descompuesto al escucharlo pronunciar su nombre, ya que mi chófer bajó la cabeza y echó andar mi camioneta son decir una sola palabra más.No entendía porque me sentía de aquella manera, sin embargo, cualquier sentimiento que estuviese naciendo por April Parker debía ser eliminado de raíz. Apenas llegué a mi compañía caminé con pasos apresurados hasta oficina, me tiré de espalda contra mi silla giratoria y maldije al ver el pequeño escritorio dentro del lugar y el cuál yo había mandado a traer para que mi nueva secretaria usara.Quería que ella estuviese lo más cerca posible de mí, es por eso que había solicitado a mantenimiento acomodarle su
«CAPÍTULO 23»Mi cuerpo me está enviando esas señales de peligro que solo yo puedo escuchar, la enorme mano suave y fría de mi jefe, se desliza descaradamente por mis muslos internos, y lo peor de todo es que no lo estoy deteniendo. Un hilo cristalino y salado de sudor, recorrer mis mejillas hasta llegar a mi pecho, una extraña sensación se apodera de mi estómago en el justo instante en que el británico hombre separa mis rodillas tan bruscamente, que me es imposible ahora respirar.Mis hombros suben y bajan rápidamente porque tengo miedo, estas cosas no son normales para mí, y tengo temor de ser una estúpida inexperta que termine por aburrir al señor Harper. Mis codos me ayudan a apoyar mi espalda contra el escritorio, y suprimo un pequeño y angustiado grito al recibir los dedos de Bruno entre mis bragas.Para este punto mi corazón está latiendo d
CAPÍTULO 24—Señor…Susurré hundiendo mi mentón sobre su hombro una vez las caricias se intensificaron. —Tranquila, April Parker… si en algún momento quieres detener esto, solo dilo… —Su mano libre levantó mi mentón para así obligarme a mirarlo, —Cierra los ojos, y siente esto… —Mis caderas comenzaron a moverse por sí solas en el momento en que una líquido viscoso y transparente empezó a escurrir de mi interior.Los muslos de mis piernas arden por la presión del cuerpo de mi jefe contra el mío, mi lengua relame mis labios dejando una capa de saliva brillante sobre estos, logrando que la mirada penetrante y lasciva de Bruno se instalara en mi boca. Su dedo índice tocó mi labio inferior, mi pecho subía y bajaba al observar como la cabeza del británico se iba a cercando poco a poco, con caut
«CAPÍTULO 25»Me siento tan mareada por todo esto, los ojos fulminantes de Kim Taewoo recorren bruscamente el rostro de nuestro jefe, para luego jalar de mi cuerpo de un solo tirón, algunas secretarias me miran sin saber que hacer o que decir. Los ánimos ahora mismo penden de un hilo, si bien, las cosas se están saliendo de control y la única perjudicada en todo esto seré yo.Intento calmar el ambiente, pero el par de enormes hombres delante de mí, lo único que hacen es ignorarme, mis manos comenzaron a sudar porque sabía y entendía que, si esto no paraba ahora mismo, todos lo íbamos a lamentar. —Señor… —La forma en como Bruno Harper me miró apenas lo llamé, logró desestabilizar mis piernas, podía ver el enojo que brotaban de aquel par de pupilas claras, la forma erguida de su espalda mostraba superioridad delante de su empleado
CAPÍTULO 26—¡April! —Roberta, la dueña del lugar me da la bienvenida apenas me ve—, ¿Cómo sigue Carmenza?Hablar de mi madre dolía demasiado.—Ya inició un nuevo tratamiento, esperemos que mejore pronto… —La señora asintió mirándome con lastima, odiaba que las personas me vieran de aquella forma, porque me hacían sentir más miserable de lo que ya era. —¿Vas a comer lo de siempre?Negué, porque si lo hacía terminaría arruinándolo todo por mi llanto.Estar aquí me hace pensar en mi madre. Estar aquí me hace sentir cerca de mi madre, pero es doloroso, duele demasiado pensaré que, en cualquier momento de nuestras vidas, mamá perderá la batalla contra el cáncer, y terminaré estando sola en este maldito mundo que lo único que ha hecho por m
«CAPITULO 27»Carolina aprieta su labio inferior desde la parte posterior del señor Harper, apenas me ve pasando el umbral de la puerta de mi casa, mi cabeza se siente un poco pensada, ya que hoy ha sido un día de locos. Jamás me hubiese imaginado ver a mi jefe en mi humilde casa, y menos en este vecindario que no tiene buena fama en la ciudad.Mi mejor amiga me hace una seña con su cabeza con disimulo para que le cuente quien es aquel extraño hombre que ella no conocía, sin embargo, negué para que guardara su compostura, la conocía, Caro era ese tipo de chicas que llamaba la atención apenas llegaba a algún sitio, no obstante, al ver el horror reflejado en su rostro, lo más probable es que el británico no se halla sorprendido con su sensualidad y belleza.—¿Qué hace aquí, señor? —Pregunté embravecida, aún me sent&i
CAPÍTULO 28Bruno Harper.¡Maldición!Golpeé mi escritorio lanzándole una patada apenas entré a mi oficina una vez llegué de la casa de April Parker. Mis manos se hicieron puño sobre el borde de la mesa, entre tanto mi respiración empeoraba. Mi vista se sentía nublosa, y no quería entrar en pánico, sin embargo, mi cuerpo estaba llegando a su límite. Odiaba con toda mi alma sentirme de esta manera, necesitado por su maldita atención.¿Qué tenía April Parker que no tuviesen las demás chicas?¿Qué la hacía tan especial para traerme loco detrás de ella?La virginidad no es una virtud, así que no pretendo creerme que solo estoy detrás de ella por eso, sin embargo, ver la pureza de su mirada, la claridad de su rostro, y la forma en cómo se ruboriza cuando alguien la mira más de la cuenta, me hacen perder los estribos. Tiré un poco de mi cabello porque me siento frustrado, quisiera poder decirle en la cara que nada de lo que dijo es cierto.¡Jamás he pagado por sexo! ¡Jamás antes de ella le