Con el apoyo de Soo-Min y llena de miedos e incertidumbre comencé a laborar en la compañía de la familia Yi. Ser asistente del vicepresidente, tenía muchas ventajas y sobre todo, una buena remuneración en dólares americanos que me permitía vivir muy cómodamente. A pesar de que insistí Soo-Min no me permitió pagar el dinero que gastó en nosotros desde que me encontró en el hospital, hasta que recibí mi primer salario, pero yo no permití que fuera él quien siguiera pagando el costo del alquiler y mucho menos los víveres y el colegio de mi pequeño Kwan-Ji; incluso, podía darme el lujo de tener una empleada doméstica que hacía a la vez de niñera quedándose con mi hijo desde que lo recogía en el colegio, hasta que yo volvía del trabajo. Sabía que en cualquier momento iba a estar frente a frente con Seung-Yi y yo no iba a tratar de evitarlo, pero tampoco pensaba en propiciarlo. Si nuestro destino era que nos volviéramos a encontrar, así sería tarde o temprano. Por supuesto cada vez que So
—¿Estás lista? — Me preguntó Soo-Min apenas abrió la puerta de mi oficina para entrar mientras yo trataba de respirar profundamente para contener los nervios que me estaban consumiendo.Asentí con la cabeza porque mi garganta se negaba a emitir algún sonido ¿Cómo se podía estar lista para enfrentar al hombre al que le mentí desde el primer día que lo conocí? ¿Cómo podía alguien preparase para enfrentar una verdad que podía llevarme no solo a la cárcel, sino a la separación de lo que más amaba en el mundo?Soo-Min estaba seguro de Seung-Yi no se atrevería a quitarme a mi hijo, ¿pero podría perdonarme por haber huido en lugar de decir la verdad y ocupar el lugar que me correspondía como su esposa?—¡Vamos!— Balbuceé tomando las carpetas que estaban sobre mi escritorio.El tiempo había pasado demasiado rápido, los días anteriores había tratado de mantener la calma preparando la presentación para los inversionistas italianos, pero mi mente y mi corazón estaban en una encrucijada ante el t
—¡Tú no vas a ningún lado! ¿Cómo pudiste engañarme de esta manera? ¿Sabías lo que yo sentía y aun así la convertiste en tu amante? — Gritó Seung-Yi tomando a Soo-Min por las solapas del traje y arrinconándolo contra la pared.—Seung-Yi, no es lo que estás pensando. ¡Por favor! Habla con ella y luego tú y yo hablaremos —Insistió Soo-Min.—¿Y qué me vas a decir? ¿Que mientras yo lloraba por su supuesta muerte ella y tú se burlaban de mí a mis espaldas?—Eso no es así Seung-Yi, por favor hablemos — dije tratando de contener el nudo en mi garganta, pero las lágrimas habían comenzado a rodar por mi mejilla.—¡No llores! No me vas a conmover con tus lágrimas — dijo mirándome con furia — eres la peor mujer que he conocido, no solo te enredaste conmigo, te metiste en mi casa, te enredaste con mi jardinero y con mi mejor amigo. ¿Cómo pretendes que te crea? ¿Me crees estúpido?—Hermano, tú me conoces, sabes que nunca sería capaz de traicionarte, por favor solo tienes que escucharnos, las cosas
Me temblaban las manos y la voz al ver como su pecho se expandía tratando de contener la furia que estaba a punto de estallar en su pecho, pero ya había comenzado a decirle todo y ya no había marcha atrás.—Esa noche—continué diciendo — cuando me atrapaste tratando de escapar con las joyas de tu esposa, fue porque tuve miedo de que me quitaras a mi hijo al nacer. En realidad, quería escapar porque Eun-Ji no quería ayudarme, se negaba a darme el dinero para solventar el nacimiento de mi hijo.—Yo te dije que solo tenías que esperar a que naciera para hacer la prueba de ADN, debes entender que no es fácil confiar en la palabra de una mujer que no hacía otra cosa que mentir. ¿Por qué escapaste con Dong-Yul? ¿Quiénes eran esas personas que murieron? ¿Ustedes los mataron?Mi cabeza comenzó a dar vueltas, no había desayunado por los nervios de la presentación y por el estrés que me provocaba este rencuentro. Sabía que me iba a enfrentar a esa pregunta, pero no era fácil admitir que me conve
Llegué al aeropuerto de la ciudad de Los Ángeles de madrugada, estaba amaneciendo y el sol comenzaba a salir por el horizonte. Yo solía relacionar el amanecer con el rostro de Eun-Ji, porque sus ojos y su sonrisa eran para mí como un nuevo amanecer.Me dolió el corazón al recordar que ella había muerto y que nunca iba a volver a verla y me llevé la mano al pecho al pensar en ese hijo que no pudo ver la luz del sol.Bajé del avión y ya un chofer me esperaba para llevarme directo a la compañía, no quería perder el tiempo en ir a mi departamento porque esa presentación con los inversores italianos era muy importante.Llegué a la oficina y todavía ninguno de los colaboradores estaba allí porque era muy temprano y todavía faltaban dos horas para el horario de entrada.Aproveché para lavarme el rostro y refrescarme la boca antes de la reunión. Salí de mi oficina y fui directo hacia la oficina de Soo-Min para que supiera que ya estaba ahí. Su secretaria todavía no llegaba, pero estaba seguro
Soo-Min comenzó a llamar al móvil desesperado, su asistente, porque en ese momento yo no sabía si llamarla Eun-Ji o Hana –Rhee como se hacía llamar en la compañía, no respondía el teléfono.Los inversores ya estaban en la sala de reuniones esperando por nosotros y los asiáticos éramos conocidos por nuestra estricta puntualidad, así que Soo-Min decidió empezar con la presentación sin ella.Durante toda la presentación yo solo podía pensar en los motivos que tenía Eun-Ji para no llegar a esa reunión y en definitiva solo se podía deber a que me seguía evitando.En varias ocasiones estuve a punto de terminar con esa reunión para obligar a Soo-Min a decirme dónde encontrarla, temía que se volviera a escapar y que perdiera la oportunidad de verla de nuevo.Los italianos no paraban de hablar y a mí el tiempo escuchándolos se me hacía eterno, por fortuna Soo-Min contestaba a todas sus preguntas sin titubear en ningún momento porque sabía que yo respaldaría cada decisión tomada.Las más de tre
No supe más de mí, pero cuando abrí los ojos Soo-Min estaba en la habitación sentado en un pequeño sillón junto a la cama.—Despierta dormilona — dijo con una sonrisa, como siempre tratando de darme ánimo.—Mi hijo ¿Dónde está mi hijo? —Pregunté, era lo único que tenía en la vida y me aterraba perderlo.—No te preocupes, el pequeño Kwan-Ji está con la única persona que lo puede cuidar y amar tanto como tú.Yo sabía que se refería a Seung-Yi, pero el temor de que me lo arrebatara me invadía el pecho y quería salir corriendo a buscarlo.—Por favor Soo-Min, no permitas que se lo lleve, no dejes que me quite a mi hijo — supliqué.—No tienes nada de qué preocuparte Hana, Seung-Yi ya sabe toda la verdad y nuca se atrevería a quitarte a tu hijo, él sabe que en ningún lugar estará mejor que junto a su madre.—El médico dice que debo quedarme hasta mañana — dije tratando de incorporarme.—Sí, ya me explicó el motivo de tu desmayo, tienes que ser fuerte, pensar que mañana que te hagan esos estu
Apenas llegué al hospital pedí hablar con el médico que estaba tratando a Hana-Rhee, lo que me dijo Soo-min sobre un posible tumor me devastó. No podía perderla ahora que la había recuperado, mi corazón no iba a resistir llorar otra vez por su muerte.Ni ella ni yo merecíamos tanto sufrimiento, a pesar de sus errores era una buena mujer, todo el sacrificio que había hecho por mantener a nuestro hijo a su lado debía tener su recompensa, no me resignaba a perderla de nuevo.El médico me explicó que los análisis de laboratorio indicaban que tenía una gran cantidad de antígenos tumorales, solo debían realizar un escáner completo de su cuerpo para detectar dónde se encontraba alojado el posible tumor.—Haga todo lo que sea necesario doctor, si tenemos que llevarla a un hospital especializado hágalo por favor——No se preocupe señor Seung-Yi, este hospital cuenta con la más alta tecnología y con médicos especializados en tratar padecimientos como el de la señora Hana. Le aseguro que no habrá