Desde que me di cuenta de que entre mi esposo y mi sirvienta había algo extraño me di a la tarea de planear muy bien la manera de deshacerme de ella.Lo primero fue sacar pequeñas cantidades de dinero en efectivo para dárselas y que viera que tenía la buena voluntad de ayudarla para que pudiera tener a su hijo sin problema, y luego le pedí a Dong-Yul que se ganara su confianza para que pensara que él estaba dispuesto a ayudarla.Mi amante estaba comiendo de mis manos y más ahora que podíamos tener sexo cada vez que nos dieran ganas. Para un simple jardinero como él era toda una fantasía cumplida poder comerse a la esposa de su amo. Era como un perro fiel capaz de hacer cualquier truco a cambio de alguna migaja de mi parte.Por fortuna Seung-Yi llegaba a casa a dormir al menos dos veces por semana y después de que tuvimos sexo por primera vez, no era difícil para mí conseguir que lo hiciera de nuevo. Bastaba con poner mi cara de esposa abnegada dispuesta a que su matrimonio fuera lo má
—¡Despierta Eun-Ji! Es hora de irnos, tenemos que salir de aquí antes de que salga el sol— La voz de Dong-Yul me despertó al tiempo en que me sacudía para obligarme a despertar.—¿Qué hora es ?— Pregunté como si la respuesta hiciera una diferencia en lo que tenía que suceder.—Son las cuatro de la mañana, vamos date prisa nos están esperando.—¿Nos están esperando? ¿Quiénes? — Pregunté porque me extrañó su respuesta, yo no entendía a qué se refería.—Ya lo sabrás, no te preocupes, todo va estar bien.Ya tenía la maleta lista porque me advirtió desde la noche anterior que nos iríamos en cuanto amaneciera, pero afuera todavía estaba todo muy oscuro.Atravesamos la huerta y cuando estaba a punto de decirle que los guardias de la entrada no me dejarían salir por órdenes del señor Seung-Yi, él me arrastró hacia los jardines que colindaban con la montaña.Llegamos hasta la colindancia y allí junto al río, había una pequeña canoa. No cabía duda de que Eun-Ji lo había planeado demasiado bien.
Cuando escuché que la señora Suni-Kim decía que el jardinero y su esposa no se habían presentado a trabajar y que los habían buscado por toda la propiedad no pude evitar salir de la ducha para saber qué estaba pasando.Tuve que contenerme para no salir en ese momento a buscarlos personalmente. No podía permitir que Eun-Ji se fuera de mi vida, no sin antes comprobar que el hijo que estaba esperando no era mío.Odiaba reconocerlo, pero esa mujer me importaba más de lo que alguna vez me importaría mi propia esposa. Eun-Ji estaba metida en lo más profundo de mi corazón, tanto, que apenas podía respirar por la conmoción que me había causado la noticia. Estaba furioso porque se había atrevido a escapar, pero sobre todo me moría de celos al saber que se había ido con él.Me vestí e inventé una excusa para irme sin desayunar, no tenía ganas de fingir y representar mi papel de esposo perfecto cuando lo único que necesitaba era saber dónde demonios se había metido Eun-Ji.Fui directo a los pues
—Disculpe señora… ¿Nos conocemos? — Pregunté porque yo conocía muchas personas, pero estaba seguro de que en particular a esta mujer no la había visto nunca en mi vida.—¡Eeeh! No, en realidad no, pero… ¿Quién no conoce al CEO de la compañía Yi? Es bien sabido que hasta hace muy poco usted era el soltero más codiciado en Jeonju. La noticia de su boda dejó a muchas jovencitas con el corazón destrozado.Sonreí porque su respuesta hizo que me sonrojara, pero no me convenció su respuesta, yo era muy cuidadoso con el tema de la prensa, no solía permitir que me tomaran fotografías para las revistas y tampoco usaba redes sociales que pusieran en evidencia mi posición social.Si acaso las personas que me conocían habían sido mis compañeros en la universidad y en el servicio militar, que había hecho ya hacía algunos años y mi vida social nunca fue expuesta en ningún medio, porque precisamente debido al estatus de mi familia yo prefería tener mis aventuras solo cuando estaba de viaje en algún o
Cambié de inmediato de canal porque la noticia era atroz, estaban transmitiendo en vivo el levantamiento de los cuerpos de esos pobres incautos que se adentraron en parque nacional más allá de los linderos permitidos para los turistas. no era la primera vez que se reportaban decesos de personas a causa de los osos negros, en esta época del año se avistaban mucho más cerca de la civilación en busca de alimento.Me dio escalofríos al pensar que debieron tener una muerte espantosa al ser casi devorados por completo por un animal salvaje.Quería dejar de pensar en Eun-Ji, así que comencé a cambiar de canal, pero era imposible, todo me la recordaba a ella, así que me di por vencido y apagué el televisor.Me di una ducha y me metí a la cama tratando de dormir un poco, aunque sabía que eso iba a ser imposible, al menos hasta que supiera el paradero de Eun-Ji.Con la cabeza en la almohada recapitulé cada uno de solo detalles desde que nos conocimos. El día que llegué al aeropuerto de Shanghái
El jefe de seguridad me llevó hasta el depósito de cadáveres, durante el camino yo solo no podía dejar de suplicar porque fuera un error, no podía tratarse de Eun-Ji, esto no podía estarme pasando. Ya era suficiente sufrimiento estar enamorado de una mujer prohibida, teniendo que seguir casado con otra.Tampoco podía dejar de pensar en las palabras que me dijo Soo-Jin —“¡Es tu hijo!” “¡Es mi amiga y yo le creo!”Tenía tanta confusión en mi mente, pero en ese momento solo podía suplicar para que se tratara de un error y no fuera su cuerpo el que estaba en esa morgue.—Soy Seung-Yi, me dijeron que los cuerpos que encontraron en el parque nacional podrían ser de dos de mis empleados, por eso vine a ver si puedo identificar los cadáveres — Le dije al policía que estaba a cargo de la morgue.—Señor Seung-Yi, no era necesario que viniera usted personalmente, si gusta el reconocimiento puede hacerlo su jefe de seguridad.—Encárgate de reconocer el cadáver masculino, tal vez logres reconocer
—¡Despierta Eun-ji! ¡Corre! ¡Tienes que irte!— Me gritaba Dong-Yul mientras sacudía mi cuerpo tratando de que despertara.Abrí los ojos y no pude evitar gritar al ver los cuerpos de dos hombres muertos tirados en el piso y Dong-Yul con las manos llenas de sangre.—No me hagas daño— le supliqué llorando y rogando por mi vida, no podía haberme equivocado con él al pensar que no era mala persona.El tiempo que convivimos juntos en el Hanok, llegué a pensar que era un buen hombre, pero había matado a dos personas, aun cuando eran delincuentes, se trataba de quitarle la vida a dos seres humanos.—Escúchame bien Eun-Ji, no sé qué fue lo que le hiciste a Hana-Rhee para que te odie tanto y quiera verte muerta. Lo que sí sé, es que me traicionó y envió a esos dos a matarme a mí también y eso no se lo voy a perdonar. ¡Ahora vete y huye lo más lejos que puedas o vas a terminar como esos dos!En ese momento me percaté de que él también estaba sangrando, tenía una herida que parecía profunda en e
Agradecimos a los ancianos que nos ayudaron y muy de madrugada tomamos un autobús hacia la ciudad de Pohang, según Dong-Yul, iba a ser más fácil salir de Corea en un barco rumbo a Japón y volar desde ahí hacia América.Los dos nos poníamos a temblar cada vez que veíamos un policía cerca de nosotros, pero respirábamos al darnos cuenta de que ni siquiera nos miraban. Abordamos un barco pesquero que nos cobró muy barato por llevarnos como parte de la tripulación, no nos convenía gastar dinero de más, ni arriesgarnos en un crucero de pasajeros que por lo regular estaban más controlados.Una vez en Japón fue muy fácil conseguir un vuelo hacia América y por fortuna logramos abordar sin ningún problema. Decidimos seguir haciéndonos pasar por esposos ya que nuestros apellidos no tenían ninguna similitud, era difícil que nos creyeran que éramos hermanos.Gracias a mi dominio del inglés conseguimos pronto alojamiento y nos dimos a la tarea de buscar un apartamento económico y la manera de conse